Eurocopa: en el Viejo Continente también hay fútbol
Si por aquí hemos tenido obstáculos para hacer la Copa América, por allá tampoco ha sido un camino de rosas. Así se jugará la Eurocopa.
En Europa se respira por estos días fútbol. Aunque la pandemia no se ha ido, el Viejo Continente le está ganando la batalla al virus y lo celebrará con la realización de la Eurocopa más estrambótica de todas. Se jugará en 11 países simultáneamente, celebrando el aniversario número 60 de la casa madre, la Uefa. Sin embargo, para que hubiera algo que celebrar, antes hubo muchas batallas que ganar y otras que todavía se están dando.
Armando el rompecabezas
De entrada, supuso un enorme esfuerzo poder alinear todos los detalles en las 11 sedes, que originalmente eran 13 (quedaron por fuera Bélgica e Irlanda), con logística propia para cada una de las ciudades. Esto trajo consigo temas de horarios, hoteles, reglas de visas, políticas locales, valores monetarios, diferencias lingüísticas y temas legales, entre otros, expuestos por el propio Aleksander Čeferin, presidente de la Uefa.
Por ejemplo, Bélgica no pudo sostener su sede. El estadio de Bruselas no logró tener todas las exigencias del comité ejecutivo de la Uefa y no estaría lista a a tiempo, por lo que debió hacerse a un lado. Los partidos fueron trasladados al templo del fútbol europeo, el estadio de Wembley, en Londres.
La pandemia retrasó todo
Si lo anterior revestía un reto enorme, apareció el coronavirus y dejó el panorama aún más complejo. La Eurocopa no fue ajena a la enfermedad de la covid-19 y, al igual que todos los eventos deportivos de relevancia para 2020, se debió postergar por un año.
La cancelación no era opción. El impacto financiero de esta decisión habría significado la posible quiebra de algunas de las federaciones que dependen de los ingresos de la Uefa para su subsistencia. Así lo dejó saber el propio Čeferin: “Si se pospone, se puede negociar y la pérdida es menor. Pero si dices: ‘No jugaremos en absoluto’, este es un gran impacto financiero”.
Las proyecciones financieras de la Uefa para el torneo se han revisado a la baja en al menos 300 millones de euros. No obstante, ante la coyuntura, es el mal menor y se quiere hacer con ambiente festivo.
También se llegó a contemplar la posibilidad de realizar todo el evento en una única sede. Una de las alternativas fue hacerla en una burbuja sanitaria, bien fuera en Inglaterra o en Rusia. Sin embargo, el objetivo siempre fue dar marcha al evento de forma original, sin trastocar demasiado los planes.
En el camino, Dublín y Bilbao perdieron la posibilidad de ser sedes ante la imposibilidad de tener público en sus estadios. Por ello, sus juegos se trasladaron a San Petersburgo, en Rusia, y los de la ciudad vasca a Sevilla.
España y su cuestionada vacunación
La Roja sorprendió con la decisión de vacunar a su plantilla, luego de conocerse que dos de sus jugadores dieron positivo. Tras los contagios de Sergio Busquets y Diego Llorente, el Ministerio de Sanidad anunció que el combinado nacional sería inmunizado con la vacuna de Pfizer.
El tema genera molestias en parte de la población, quienes reprochan que los jugadores sean priorizados antes que personal esencial dentro de la comunidad.
La selección de Suecia también sufrió los positivos de Dejan Kulusevski y Mattias Svanberg, por lo que decidió extremar sus medidas de control. Vaya paradoja, ibéricos y escandinavos se enfrentarán en el debut de la Euro, en el estadio de La Cartuja (Sevilla).
En la Euro también habrá controversia política
Para más morbo, la selección de Ucrania despertó molestia en Rusia por la camiseta con la que participará. Los soviéticos consideran al uniforme de los dirigidos por Andriy Shevchenko como una provocación política.
En la camiseta aparece estampado como novedad el mapa de Ucrania, incluyendo la península de Crimea. Ambas naciones llevan años en disputa por dicho territorio, por lo que a los rusos no les gustó para nada. Por si fuera poco, también se pueden leer los lemas ‘gloria a Ucrania’ y ‘gloria a los héroes’, considerados ultranacionalistas ucranianos. Rusia elevó el reclamo ante la Uefa, sin respuesta de momento.
Economía, coronavirus, política, distancias… sin duda alguna no será la Eurocopa más prolija de todas. Sin embargo, eso no le quita el entusiasmo al aficionado que, diferente a lo que ocurre en Sudamérica, cree que este sí es momento de la fiesta del fútbol, avivando el espíritu deportivo y no solo compitiendo porque hay que comer.