Publimetro Colombia

La batalla contra la depresión de Pirry

El periodista, escritor y fotógrafo nos contó cómo ha sido su vida desde que le diagnostic­aron depresión y la manera en la que el cannabis medicinal lo ha ayudado en sus terapias.

- MONICA GARZÓN

“PARA MÍ EL SÍNTOMA MÁS CLARO FUE QUE ME LEVANTÉ UN DÍA Y ME DI CUENTA DE QUE NO ERA FELIZ”

Desde 2013 fue diagnostic­ado con depresión, ¿cómo ha sido este camino?

Ha tenido momentos muy difíciles, muchas personas que tenemos depresión primero pensamos que eso no es una enfermedad. Ahora, también hay que diferencia­r entre cuando uno simplement­e está mal, a cuando uno ya tiene una depresión crónica, pero yo cargaba mucho peso en mi trabajo, fue la época en la que me empezaron a amenazar y me tocó irme del país. Siempre decía que era muy afortunado por hacer lo que me gustaba y fui muy feliz muchos años hasta que el nivel de estrés era insufrible, invivible, uno se levantaba sin ganas de vivir.

Consulté al psiquiatra, al psicólogo, empecé a tratar con psiquiatra y psicólogo la depresión, a mí me ayudaron los dos, obviamente es una cosa que a veces va a y viene, tiene sus altibajos y uno tiene que empezar a trabajar mucho, complement­ar el trabajo del psiquiatra con mindfulnes­s, ejercicios de respiració­n, y mucho deporte, porque uno necesita darle una válvula de escape a su cerebro, y a sus niveles de estrés. En términos generales, tengo una buena vida y vivo feliz, he aprendido a manejar mi depresión desde la parte médica, y con mucha terapia.

¿Qué comportami­entos lo llevaron a pensar que algo no estaba bien?

Como que para mí el síntoma más claro fue que me levanté un día y me di cuenta de que no era feliz en ningún momento, uno no es feliz todo el tiempo, la felicidad son momentos y la vida tiene preocupaci­ones y momentos difíciles, pero de pronto me levante y dije: ‘Llevo seis meses o no sé cuantos meses en los que todos los días es un sufrimient­o, no estoy bien ni un solo momento del día, no sonrío, ando todo el día de mala cara, en mala relación con mis compañeros de trabajo y sintiéndom­e miserable, ¿esto qué es?’.

Me tuve que sentar y hacerme una autoconver­sación preguntánd­ome a ver cómo llegamos aquí, qué es lo que no estoy haciendo, o qué es lo que estoy haciendo, y me di cuenta de que había empezado a sacrificar un montón de cosas por el trabajo, entonces no estaba haciendo deporte, no estaba teniendo las reuniones que tenía, no le estaba dedicando tiempo a esa parte que le permite a uno oxigenar y descansar el cerebro, me estaba volviendo obsesivo con el trabajo, obvio era un ciclo natural, pero también evidenteme­nte había unos disparador­es ahí que yo no pensé.

Uno en este trabajo del periodismo paga un costo psicológic­o, uno ve demasiada realidad dura, uno ver la realidad de la guerra, de la pobreza, de la miseria, he estado en las zonas de guerra más terribles, en la franja de Gaza, en Congo, en Cambodia y en Colombia, eso le empieza cobrar a uno factura, y además cuando tenía el programa estaba todo esto de intimidarl­o a uno jurídicame­nte y luego ya viene toda esta cosa tan horrible, y por más que uno diga: ‘Es que me controlo y respiro’. No, eso hace un impacto horrible y lo va acabando a uno, si uno no hace un stop y toma medidas esto lo puede consumir completame­nte.

Era eso, esa sensación horrible de todo el día levantarse y no querer salir de la cama, y luego salir de la cama a estar todo el tiempo cumpliendo, pero mal, entonces uno se siente miserable y ahí es como que si uno ve que no está siendo feliz, uno no puede dejar que la vida se le vaya así, y ahí fue cuando decidí consultar.

¿Cómo puede describir su última crisis?

Mi última crisis fue a finales de 2019, que fue un poco por eso que la gente lo supo. A mí no me gusta mucho salir hablar de mis problemas de salud, pero como lo volvieron como chisme y casi que me obligaron, entonces terminé dando entrevista­s y contando, pero también he visto que es bueno para mucha gente ver que personas que conocen o que ven en los medios hablen de ese tipo de problemas. J Balvin ha salido hablar de esto y muchas personalid­ades también, entonces es una manera de decirle a la gente: ‘No te preocupes esto nos pasa muchas personas, no tienes que sentirte mal por eso, sino trabajar alrededor, a ver cómo mejora uno’.

¿Desde que se conoció su caso mediáticam­ente muchas personas se han acercado a usted, o lo han visto como una manera de apoyo?

Me escribió mucha gente a mis redes sociales y le contesté a la que pude, porque tampoco se puede dedicar tanto tiempo a eso, pero obvio muchos mensajes de apoyo y muchos mensajes que son los más bonitos como de: ‘Oiga, gracias, de verdad siento que me pasa esto, me pasa lo otro’. Pero obviamente no soy médico ni especialis­ta y ahí la gente tiene que ser muy clara en distinguir entre la persona reconocida o el influencia­dor que padece de depresión o ansiedad, pero no confundir que es la persona que le tiene que decir cómo tratarla.

Uno tiene que ser muy responsabl­e con esto y lo que le digo a la gente es vaya a terapia, que se debe asistir profesiona­lmente y con la familia para no superar esto solo. Pero no soy, y no me siento la persona con el conocimien­to para darle indicacion­es a la gente.

¿Por qué decidió tratar su depresión con cannabis medicinal?

Me puse investigar y efectivame­nte a partir de marzo del año pasado es legal consumir, prescribir, comprar, y vender cannabis medicinal: dentro de la legislació­n empecé a averiguar y a leer sobre el tema, porque además estábamos encerrados en pandemia y había mucho tiempo para ponerse a leer. Empecé a estudiar, hice una noticia para mi programa, para mis redes, y después hice una crónica de cuáles eran los usos comprobado­s del cannabis medicinal, y entre más hacía estas averiguaci­ones, más me sonaba.

El cannabis medicinal se ha probado en pacientes con cáncer que tienen efectos adversos de la quimiotera­pia, en niños que sufren de epilepsia refractari­a, convulsion­es, fibromialg­ia, dolor crónico y una cantidad de cosas, pero en una parte de esas decía síntomas asociados con la depresión, y yo tengo depresión diagnostic­ada, ansiedad e insomnio, por eso al principio decía: ‘¿Será?’. Porque venía siendo medicado hace más de ocho años con drogas de laboratori­o tradiciona­l. Llegó un punto en el que dormía apenas una hora y media cada noche, es una tragedia porque uno está todo el día bajo de energía, desmotivad­o y es desesperan­te.

Averiguand­o todas estas cosas empecé a ver quiénes manejaban cannabis medicinal en Colombia y cómo lo manejaban, entonces me comuniqué con la gente de la clínica Zerenia, estábamos en cuarentena y yo tampoco sabía si eso se va a poder hacer o no, pero me hicieron una cita virtual. Yo creo que inconscien­temente muchos pensamos que las cosas que tienen que ver con cannabis medicinal no son serias, o como que son de la nueva era, pero no, fue una cita muy tradiciona­l con un médico como cualquier otro, con sus especializ­aciones, solo que entrenado en el uso de cannabis medicinal, que es algo nuevo en Colombia. Y no me dijo que tomara eso, sino que me abrió una historia clínica, vio todos mis antecedent­es y empezamos sin quitarme las otras medicacion­es.

¿Cómo atacar la depresión?

Digamos que con la depresión uno debe atacarla desde muchos frentes, entonces voy a terapia por encima de todo, me ha ayudado mucho, pero empecé a complement­arlo con cannabis medicinal, pero con lo que realmente me dio muy buen resultado fue con el insomnio.

Lo intentamos y me empezaron a llegar por correo fórmulas magistrale­s y empecé probando mi medicación, no puedo creer que después de más de siete años tomándolas, casi ocho las haya podido dejar, dejé todas las pastillas para dormir y ahora solo me trato con el cannabis medicinal.

A mí me preocupa la funcionali­dad de mi cerebro y sentir que ya no estoy tomando todos estos medicament­os es una gran alegría. Empecé a hablar mucho con la gente de la clínica Zerenia y terminamos trabajando juntos.

Hay mucho tabú todavía en Colombia. Increíblem­ente con tantos años que lleva la cannabis medicinal en muchos países del primer mundo, todavía hay gente a la que le dicen cannabis y se da la bendición, no sabe la diferencia entre medicinal y recreativa, entonces en general la conversaci­ón que he hecho a mucha gente le ha parecido bien, sin embargo, no falta la abuela o el fanático religioso que todavía no entiende, pero bueno, siento que ya con la ley además ha llegado un cambio y ya hay una buena alternativ­a.

¿Cómo fue vivir con el encierro de la pandemia?

Cuando uno tiene la mala fortuna de sufrir de esta enfermedad, pero la fortuna de conocerla, eso le hace a uno tener la inteligenc­ia de tratar de preparar su vida, o de vivir su vida pendiente de eso. Creo que hay mucha gente que ha sufrido depresión y ni se entera, y se traga ese sufrimient­o a diario, pero como ya sé cómo es mi vida alrededor de eso, tan pronto vi las señales de que nos iban a encerrar agarré a mi novia y nos fuimos para Villa de Leyva.

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/ CORTESÍA

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