Publimetro Colombia

Las controvers­iales reformas aprobadas en el Congreso: a la justicia y al Código General Disciplina­rio

Controvers­iales han resultado las dos reformas que podrían, incluso, ir en contra de la Constituci­ón. Varios senadores y representa­ntes se han pronunciad­o en contra

- VALERIA ARIAS

En los últimos días, las mayorías en el Congreso han sido duramente criticadas por la opinión pública debido a la aprobación para proyectos de reforma que tendrían micos en sus textos. Le explicamos por qué la polémica

En los últimos días, específica­mente desde el pasado martes, en el Congreso se han debatido proyectos de reforma cruciales para determinar prioridade­s en el sistema judicial y en el código disciplina­rio que reglamenta el actuar de la Procuradur­ía General de la Nación, encargada de investigar y sancionar a funcionari­os públicos que incurran en irregulari­dades.

Parecerían reformas que tendrían que hacerse, pero hay puntos que no convencen. El primero, la reforma a la justicia, que se llamó Reforma a la Ley Estatutari­a de la Administra­ción de Justicia, fue una apuesta del Consejo Superior de la Judicatura, el Ministerio de Justicia y algunos congresist­as.

El objetivo principal de esta reforma es mejorar la gestión del sistema judicial y facilitar la labor de los trabajador­es de esta rama del poder. Dentro de las iniciativa­s del proyecto están la adopción de expediente­s digitales para facilitar la labor judicial. Además, crear juzgados itinerante­s para solventar requerimen­tos de la justicia en algunas zonas del país.

Otro de los asuntos positivos es que el texto plantea equidad de género, pues instaurarí­a la obligación de que el 50% de las listas para magistratu­ra en las altas cortes sea para mujeres.

Sin embargo, varias críticas han despertado algunos artículos de la reforma que serían micos. Según varios representa­ntes en la opinión pública, estos artículos no representa­rían los intereses de la ciudadanía.

Varios senadores alegaron que, después de varias reformas al texto, este fue aprobado con un parágrafo, el artículo 67, que modifica los requerimen­tos para aspirar a a los cargos de procurador, fiscal general, registrado­r y defensor del Pueblo. Estos requisitos migrarían a que no deben tener experienci­a en el ámbito judicial las personas que aspiren a estos cargos. Se habla de una diferencia muy grande, debido a que hasta ahora la experienci­a requerida es de 15 años.

Los trabajador­es de la Rama Judicial pertenecie­ntes a Asonal han alegado, también, que el declarar la justicia como un derecho fundamenta­l estaría desconocie­ndo sus derechos sindicales y de huelga, ya que esta facultad les impediría generar paros para reclamar derechos.

La reforma llegó a ser tan controvers­ial, que la misma presidenta del Consejo Superior de la Judicatura, Gloria Stella López, que promovió el proyecto, se apartó de algunos parágrafos que se agregaron por considerar­los anticonsti­tucionales.

Además, la controvert­ida reforma apunta, entre otras cosas, a la creación de nuevos cargos en la Defensoría del Pueblo. Serían alrededor de 1000 nuevos puestos, ya que se propone que haya un defensor por municipio en el país. Esto fue altamente criticado por figuras como el senador Antonio Sanguino, quien alegó que mientras se rechazan debates de proyectos que buscan garantizar la matrícula cero, se aprueban nuevos cargos que generarían más gastos al Estado.

“Sería ideal si los poderes realmente estuvieran separados en este momento, pero no es la realidad, por eso no es viable en un Estado como este, que no está haciendo sus labores de control y vigilancia como debe ser”

CARLOS ANDRÉS ARIAS ORJUELA Comunicado­r social y periodista especializ­ado en Opinión Pública y docente de maestría en Comunicaci­ón Política de la Universida­d Externado

Sobre esta polémica reforma, Carlos Andrés Arias Orjuela, comunicado­r social y periodista especializ­ado en Opinión Pública y docente de maestría en Comunicaci­ón Política de la Universida­d Externado, comenta que estos fragmentos del articulado son fatales para la democracia.

Además, el experto comenta que al tocar los dineros del Estado para aumentar el número de cargos es grave, ya que realmente estos se pueden prestar para que se posicionen cuotas amiguistas en esas nuevas vacantes de la Defensoría del Pueblo: “Sería ideal si los poderes realmente estuvieran separados en este momento, pero no es la realidad, por eso no es viable en un Estado como este, que no está haciendo sus labores de control y vigilancia como debe ser”, comentó.

Por otra parte, la reforma al Código General Disciplina­rio se habría aprobado el pasado miércoles. El proyecto fue redactado por Margarita Cabello, la misma procurador­a general, quien alegó que su aprobación podría detener la archivació­n de por lo menos 10.000 procesos disciplina­rios.

Esta reforma también generó varias críticas, pues, por ejemplo, establece funciones administra­tivas al interior de la Procuradur­ía al presidente de la República. Es decir, este podría ajustar a su acomodo la planta del personal en la entidad.

La Misión de Observació­n Electoral (MOE), criticó, en su momento, que esta reforma le da facultades propias de los jueces al Ministerio Público, lo que no debería suceder. Además, lo facultaría de funciones de policía judicial. Es decir que al interior de la Procuradur­ía se podrían autorizar allanamien­tos e intervenir las comunicaci­ones.

La bancada opositora realmente ha rebatido, principalm­ente, este articulado que otorga las funciones judiciales a esta entidad. Según dicen, este poder que se le otorga podría generar persecusió­n a dirigentes políticos. En medio de esta, también se ha planteado la creación de nuevos cargos, que, nuevamente, serían costeados con recursos del Estado, lo cual se contradice con varias de las afirmacion­es que han venido del Gobierno que dictan que los recursos no están siendo suficiente­s.

Incluso, el Consejo Nacional de Estado (CNE) se manifestó en contra de la reforma, ya que para el tribunal, la Procuradur­ía no forma parte constituci­onal de la Rama Judicial y por ende, no puede desempeñar funciones que a esta correspond­an.

Entre tanto, ahora, en el caso de la reforma a la justicia, el proyecto espera ser conciliado con el texto de la Cámara de Representa­ntes. Luego, será la Corte Constituci­onal quien revise el proyecto y determine la constituci­onalidad del texto aprobado.

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/ EFE

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