Luisa Castellanos: moda, feminismo y visión a través de la ilustración
Es una de las artistas de moda más reconocidas del país y representa a una nueva generación de creativos con amplias posiciones políticas y con nuevas formas de ver la moda
LUZ LANCHEROS
Tener una pieza de Eloisa Studio es vestir una obra de arte. La belleza de la tela, su calidad, su suavidad, se combinan con una silueta versátil y sobre todo poderosa por sus estampados: pueden ser homenajeando a la mitología griega y a sus musas, o las experiencias que nos han reconfortado en pandemia. Incluso, cuentan historias de resiliencia ante los horrores de un país eternamente violento. Esto, a través de trazos sofisticados, composiciones elegantes y rupturistas que hacen de la marca una de las firmas más apetecibles de los últimos años en el país.
Pero aún así, esto sería muy poco para describir el trabajo de Luisa Castellanos, su fundadora y directora creativa, quien a sus 27 años es una de las ilustradoras de moda más prestigiosas de Colombia y que no solo se ha destacado en la moda: su trabajo también se puede ver en campos como el feminista, al lado de Las Viejas Verdes, o en los libros de Adriana Convers (Fat Pandora) y la escritora y activista Catalina Ruiz- Navarro (Las mujeres que luchan se encuentran). ¿Pero cómo llegar a traducir su sensibilidad para temas que se tocan en tantos puntos y sobre todo, construir una marca alrededor de ello?
El camino para Luisa ha sido como el de muchos jóvenes, que van descubriendo su vocación mientras están desempeñándose en algo totalmente distinto: estudiando odontología por presión familiar y con excelentes notas, comenzó a adentrarse mucho más en el mundo de la ilustración, hasta que en el tercer semestre cambió su vocación a moda. Y desde ahí, comenzó una práctica diaria y empírica que poco a poco le abrió las puertas: “Yo le daba y daba, aunque mis dibujos eran horrorosos. Irónicamente fui muy mala estudiante de moda, pero dibujaba todo el tiempo. Esto me ayudó a formar
“Es irónico que la gente diga que quiere que las marcas sean humanas, pero los humanos sentimos y tenemos posiciones políticas. Quieren que las marcas sean humanas para lo bueno, pero para lo otro quieren que uno calle”
un portafolio que luego pasó a redes sociales. Y luego de hacer estampados inspirados en Rayuela y una tela para un forro de una ruana, enfoqué mi energía en hacer estampados. Luego de estar en Pamplona dibujando mucho más, gané varias convocatorias, incluida la del Bogotá Fashion Week”, expresó.
Esta oportunidad de ganar convocatorias y trabajar en marcas como Azulu se dio en pleno auge del Tropical Chic, con Johanna Ortiz como referencia, siendo su marca la fórmula más vendible en el mercado nacional. Tanto así, que de varias marcas le pidieron imitar su estilo (dibujar elementos botánicos y selváticos) y esto la saturó. Así que decidió seguir su intuición: crear su propia marca comenzando por unos kimonos y pañoletas que fueron el comienzo de Eloisa Studio y que se vendieron bien en B Capital. Luego migró a Países Bajos y ha organizado la marca de tal manera que estos estampados no sean una pálida imitación de fórmulas más comerciales, pero repetitivas. “Quiero que cada estampado tenga un significado, cada colección y pieza cuente una historia. Que sean estas versátiles, fáciles de usar y te hagan resaltar. Mi sueño es, a futuro, ser únicamente la directora creativa de Eloisa Studio”, expresa.
Por su estilo único a la hora de plasmar con un toque particular, sobre todo en los trazos y en las paletas, muchas expresiones estéticas, es una de las ilustradoras más famosas y cotizadas actualmente. Pero el camino creativo no es fácil. Y evoluciona, constantemente. “Cuando empecé, sentía que mis ilustraciones eran caricaturescas, adolescentes, pero ahora siento que estas son mucho más maduras, que he mejorado en el trazo y experimento más con paletas de colores. Y sobre todo, algunas tienen contenido político”, le cuenta a NUEVA MUJER.
Pintando aprendizajes del feminismo
Luisa no teme, como muchas personas en la industria que son más jóvenes y están renovando su visión y sus estéticas, en opinar ampliamente sobre lo que sucede en el país y su filiación feminista es clara. Pero como muchas personas de su generación, se desligó de la academia para aprender de maneras más fáciles y accesibles, como las herramientas visuales. Y su proceso también implicó conocer más de fondo la realidad nacional: “Yo era apolítica y normalizaba la violencia de este país un montón. Pero en la universidad tenía una banda de rock y nuestra baterista trabajaba en el Centro de Memoria Histórica. Ella me enseñó estas realidades. Con el feminismo, yo le temía, por los estereotipos que vende la sociedad y los estándares de lo que supuestamente debía ser. Solía decir que era una mujer fuerte y no feminista, hasta que me di cuenta de que gracias al feminismo, podía ser fuerte”, afirma.
Poco a poco, gracias a Ita María, Fat Pandora y el colectivo de Las Viejas Verdes, así como con TED Talks de varias feministas, entre ellas Chimamanda Adichie, fue aproximándose al feminismo y plasmó esto en su trabajo. Si bien considera que el feminismo no es un eje central, considera que también es importante hablar del tema. E incluso ha plasmado estas inquietudes dentro de una industria claramente conservadora y con tendencias ultraderechistas, cosa que no ha sido exenta de polémica. “Es irónico que la gente diga que quiere que las marcas sean humanas, pero los humanos sentimos y tenemos posiciones políticas. Quieren que las marcas sean humanas para lo bueno, pero para lo otro quieren que uno calle”, analiza.
Pero ella está lejos de quedarse callada: su talento artístico ha sido una voz que la ha hecho destacar con originalidad en medio de la moda colombiana y también, ayudado a plasmar las visiones activistas de sus inspiradoras y amigas, así como su propio pensamiento. Y no hay nada más complejo y que requiera de talento como un mensaje, un sentimiento o un momento hecho una obra de arte. Y Luisa las crea todos los días.