La constitución del consenso
30 años después. Hablamos con Antonio Navarro Wolff, Fernando Carrillo, Eduardo Verano de la Rosa y líderes indígenas sobre el proceso para hacer la Constitución de 1991 y qué hace falta para cumplirla.
Tratado de paz. En el momento más duro de la violencia, la respuesta de los colombianos fue llamar al diálogo y al consenso
Derechos
humanos. La carta de derechos que conforma la Constitución Política de 1991 es muy completa, “solo faltan gobiernos que se complementen”
“No es una utopía, es una Constitución que no se ha cumplido de la manera que debió haberse cumplido”, así se refiere Antonio Navarro Wolff, uno de los presidentes de la Asamblea Nacional Constituyente, a la Constitución Política de Colombia que se firmó hace 30 años, el 4 de julio de 1991.
Expertos y personajes que participaron en el proceso coinciden en que esta es una Constitución que tiene tantas promesas que aún no se han podido cumplir. Pese a esto, en estos últimos 30 años también ha sido el manto protector de todos los colombianos que han necesitado reclamar sus derechos.
Hoy, cuando Colombia atraviesa por una crisis social debido al inconformismo de los colombianos hacia el Gobierno y que se desató por completo con el reciente paro nacional, la celebración de los 30 años de la Constituyente se hace oportuna para demostrarle al país que en el consenso siempre será la mejor opción.
Los jóvenes: los protagonistas
Navarro, exmilitante del M-19, recordó en PUBLIMETRO la importancia de la gestión de los jóvenes que tuvieron la iniciativa de abrirle paso al cambio.
“En ese periodo había una violencia muy grande por parte de Los Extraditables. Mataron candidatos presidenciales, jueces, funcionarios del Estado, ciudadanos, pusieron bombas. Había una violencia muy grave”, dijo haciendo alusión, incluso, a la toma y retoma del Palacio de Justicia en 1985.
Sin embargo, en medio de esa debacle, surgió el movimiento juvenil de la Séptima Papeleta que le dio paso a la constituyente.
“Ese movimiento propuso que en las elecciones del 11 de marzo de ese año hubiera un voto adicional que era esa séptima papeleta, pidiendo una asamblea constituyente”, resaltó el excongresista.
Luisa Fernanda García, profesora de Derecho Constitucional de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, también mencionó a PUBLIMETRO el contexto en el que surgió la idea de una constituyente.
“Esto también coincidió con un proceso de cambio que se estaba dando en LAtinoamérica, en los inicios de los años noventa, cuando buena parte de los países estaban saliendo de sus dictaduras. Ese era el escenario latinoamericano, que estaba cambiando hacia gobiernos democráticos”, indicó.
La violencia y el clamor de estados democráticos que pedían en Latinoamérica llevaron a los jóvenes colombianos
"Hoy estamos en un periodo de polarización nacional, posiblemente el más difícil en la historia del país. Siento mucha nostalgia de todo esto porque aprendí que el consenso es lo que permite construir colectivamente” ANTONIO NAVARRO Expresidente de la Asamblea Constituyente
a contagiar al país para pedir un cambio.
Según la profesora García, “eso demostró que los procesos de cambios se pueden dar por una vía pacífica y por medios legítimos, donde no hubo violencia”.
Este hecho quedó demostrado con la icónica Marcha del Silencio. “Lo primero que hicieron fue la Marcha del Silencio y fue emblemática porque en ese momento estaban las bombas de Pablo Escobar y les pidieron a los estudiantes que no marcharan para protegerse, pero ellos dijeron que marcharían en paz, con camisetas blancas y con la bandera de Colombia. Eso fue diciente porque fue una marcha en la que no hubo gritos ni arengas y ese fue el punto de partida para la Séptima Papeleta”, recordó la constitucionalista
La Colombia de hoy
Para muchos habrá cierta relación entre la violencia que hoy enfrenta el país, debido a las denuncias por violaciones de derechos humanos, y lo que se vivió en aquel momento. Sin embargo, Navarro Wolff fue enfático en resaltar que Colombia es un Estado social de derecho y que tiene una carta de derechos muy completa. Sin embargo, “en la vida diaria, a estos derechos todavía les falta políticas públicas más claras y gobiernos que se comprometan más con ese Estado social de derecho”.
“Esta Constitución sigue estando vigente, pero es necesario que se vuelva más real en la vida diaria de los colombianos”, agregó.
Para él, este es el punto de llegada más importante, el Estado social de derecho, “un Estado donde haya derecho a la educación, a la salud, al trabajo, a la participación, a la protesta pacífica, a los derechos de los indígenas, de las minorías, de las mujeres, de los niños, de los jóvenes, de todos, son derechos que protege la Constitución”.
El excongresista afirmó que actualmente estamos en un país muy polarizado “y precisamente en la Constituyente quedó demostrado que cuando somos capaces de tener consensos nacionales y de trabajar juntos se hacen cosas que valen la pena”.
“Hoy estamos en un periodo de polarización nacional, posiblemente el más difícil en la historia del país. Siento mucha nostalgia de todo esto porque aprendí que el consenso es lo que permite construir colectivamente. Hay que calmar los ánimos y ponernos a aplicar el Estado social de derecho en la vida diaria de los colombianos”, manifestó.