Samantha Lawler
Profesora de Astronomía, Universidad de Regina, Regina (Saskatchewan), Canadá
1 Háblenos del grave problema que representan hoy los desechos espaciales.
Estamos poniendo satélites en órbita alrededor de la Tierra más rápido que nunca en la historia de la humanidad, con muy poca regulación. Actualmente hay casi 30 mil objetos rastreados en órbita, y sólo 4 mil 500 de ellos son satélites activos y funcionales.
La Agencia Espacial Europea calcula que hay casi un millón de piezas de basura espacial de más de un centímetro: se trata de diminutos trozos de desechos procedentes de lanzamientos de cohetes, despliegue de satélites, explosiones, colisiones e incluso herramientas arrojadas por los astronautas. En órbita viajan a 7 km por segundo, muchas veces más rápido que una bala. Un disco de hockey que se desplace a esta velocidad tiene una energía cinética equivalente a la energía explosiva de 1 kg de TNT. Como la órbita alrededor de la Tierra está cada vez más poblada, las colisiones son cada vez más probables.
2 ¿Qué se está haciendo para resolver este problema?
Debe haber una reglamentación mucho más estricta: las órbitas alrededor de la Tierra deben tratarse como un recurso limitado y supervisarse cuidadosamente. Ya existen regulaciones mucho más estrictas para la órbita geosíncrona (la órbita extremadamente útil en la que un satélite permanece fijo sobre un punto de la Tierra), y este nivel de cuidado debería aplicarse a todas las órbitas alrededor de la Tierra. Con el reciente y rápido aumento del número de satélites, muchas personas (sobre todo astrónomos) han empezado a abogar con más urgencia por la regulación. Se han sugerido varios planes para satélites que eliminarían la basura espacial en órbita, pero con poco o ningún incentivo monetario, no está claro si alguno se hará realidad.
3 ¿Qué consecuencias tendrá la humanidad si este problema se sale de control?
Cuando se produce una colisión entre dos grandes piezas de basura espacial (o satélites), se crean muchas piezas más pequeñas de basura espacial, todas ellas viajando en órbitas similares. Estos pueden colisionar y causar daños a otros satélites, creando potencialmente aún más desechos. En algún momento, un número suficiente de satélites se verá afectado por estas colisiones y empezaremos a perder servicios de los que todos dependemos: previsiones meteorológicas, televisión y radio por satélite, comunicaciones y navegación, además de hacer que la órbita terrestre sea demasiado peligrosa para los astronautas. Las colisiones entre la basura espacial y los satélites activos ya están aumentando, y seguimos lanzando más satélites sin planes concretos de limpieza.