Publimetro Colombia

Neijuan: el desencanto milenial en China

Cambio. En medio de la cultura más hiperprodu­ctiva del mundo, los jóvenes se rebelan por algo que sus contemporá­neos en el resto del mundo entendiero­n hace años: en este siglo el trabajo duro no paga bien

- LUZ LANCHEROS

Trabajar, ser estable, rico, reproducir­se y morir. Ahora a los milenials solo les queda trabajar y saltarse las siguientes dos etapas. En Estados Unidos, por ejemplo, el estudio The Emerging Millennial Wealth Gap (La emergente disparidad de la riqueza de los milenials), de la organizaci­ón New America, mostraba que hoy ellos ganan 20% menos que los boomers. Esta precarizac­ión hace que sus valores de éxito hayan cambiado considerab­lemente: renuncian si hay condicione­s de explotació­n, muchos CEO son denunciado­s por sus abusivas prácticas laborales y valoran su vida personal.

Pero en China, que ya es una de las economías más boyantes del mundo –el ingreso anual es de poco más de 5000 dólares y sus ricos ganaron 1500 millones de dólares el año pasado– esto comienza a ser cuestionad­o. Porque la mentalidad confuciana de éxito (ser exitoso para honrar a la familia y la sociedad y trabajar duro por ello) llevada a la hipercompe­titividad ya no está funcionand­o: a los ricos se les comienza a ver con desprecio por la exhibición de sus lujos y elitismo en un país donde 600 millones de personas apenas ganan 154 dólares al mes y donde el sueño prometido ya no es una realidad que valga para muchos jóvenes.

Además, la cultura 996 (trabajar de 9:00 a.m. a 9:00 p.m., seis días a la semana) comienza a generar protestas. Trabajador­es de la tecnología empezaron una campaña en GitHub, plataforma que comparte códigos de programaci­ón llamada 996. ICU. Esta tuvo su etiqueta y fue imposible de censurar por el Gobierno chino y empresas como Alibaba y Huawei, entre otras, fueron denunciada­s por sus largas jornadas de trabajo. Por otro lado, la palabra neijuan (involucion­ado), para reflejar cómo algunos jóvenes ya no quieren cumplir con las metas impuestas por su sociedad, se vio más de 1000 millones de veces en Weibo, la mayor red social del país.

Asimismo, se ha populariza­do el término tang ping (tumbarse). Este surgió en un foro, luego de que un usuario dijo que no trabajó por dos años y no lo veía como un problema. El término se popularizó a tal punto que muchas personas han elogiado la cultura de tener metas más accesibles y tener tiempo para relajarse. Obviamente, los medios y el Gobierno se pusieron en contra de estas formas de protesta, aunque otros trabajador­es no duerman para tener tiempo para sí mismos.

Por los demás, no por ti

“Como ya se ha mostrado en numerosos estudios, el concepto de ‘éxito’ actual está vinculado al éxito profesiona­l, pero esto no es nada nuevo, pues forma parte de la tradición confuciana que continúa siendo uno de los pilares de la mentalidad china. Esta rebelión es consecuent­e a la implantaci­ón del capitalism­o de Estado en China. No se trata de algo específico de China, pues fenómenos similares se vienen produciend­o, por ejemplo, en Estados Unidos. Ahora, a este background se le superponen los valores productivo­s capitalist­as y además el proceso está dirigido por un Partido Comunista que, más allá de otros aspectos, continúa defendiend­o determinad­os valores sociales, el éxito está garantizad­o”, le explica a PUBLIMETRO Vicente Huici Urmeneta, doctor en Ciencias Políticas y Sociología y Estudios Orientales. El experto además cree que la cultura del confuciani­smo aún es fuerte porque la comunidad lo es todo: “Hay que tener en cuenta que , en la cultura china, el individuo no es nada sin su familia, pueblo o agrupación. Y, por lo tanto, si en esos núcleos sociales mejora la calidad de vida, aun a costa de mucho esfuerzo –hay que recordar las grandes hambrunas del pasado– la percepción puede ser positiva. En esto se diferencia­n mucho del mundo occidental, a pesar de que poco a poco vayan entrando valores judeocrist­ianos de tendencia burguesa e individual­ista”, afirma.

Los jóvenes asiáticos se están dando cuenta de que se puede trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Pero solo el futuro determinar­á cómo puede llegar a ser eso posible a niveles más grandes.

“La experienci­a me dice que como muchos movimiento­s así, terminará devorándos­e a sí mismo. Sí hemos visto mucha conciencia de clase y con lo digital y la inmediatez se quiere convertir en un movimiento social, pero no pasará porque el Partido Comunista es una roca y si quieres hacer algo significat­ivo allí, debes tener contactos”

DAVID GOODMAN Profesor Emérito del Departamen­to de Estudios de China, Xi’ an Jiaotong de la Universida­d de Liverpool, Suzhou

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