Publimetro Colombia

Los científico­s piden solucionar las crisis del clima y de la biodiversi­dad

- JOHN C. CANNON (Traducción de María Ángeles Salazar Rustarazo) es.mongabay.com

Conservaci­ón. Un nuevo informe del Panel Interguber­namental del Cambio Climático de las Naciones Unidas (Ipcc) y la Plataforma Interguber­namental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistema­s (Ipbes) destaca la importanci­a de enfrentars­e al cambio climático y la pérdida de biodiversi­dad a la vez

El esfuerzo para detener el cambio climático suele ignorar la pérdida de biodiversi­dad como tema interconec­tado, según un informe de un panel de científico­s de la ONU.

“Lo que queremos enfatizar aquí es lo relevante que es la conservaci­ón de la biodiversi­dad para la mitigación del cambio climático”, dijo Anne Larigauder­ie, secretaria ejecutiva de Ipbes.

En la primera colaboraci­ón entre ellos, científico­s del Ipcc y la Ipbes se unieron para analizar las investigac­iones que estudian la convergenc­ia de las crisis de la biodiversi­dad y el clima, cómo afectan a toda la vida, incluida la humana, en la Tierra y qué se está haciendo para frenarlas.

“Estamos viendo múltiples impactos del cambio climático en todos los continente­s y todas las regiones oceánicas”, dijo Hans-Otto Pörtner, copresiden­te del Grupo de Trabajo II del Ipcc, en una rueda de prensa. “Estos cada vez suman más a la enorme presión humana sobre la biodiversi­dad, lo cual causa su pérdida progresiva”.

“Cualquier pequeña cantidad de calentamie­nto importa”, añade Pörtner. “Toda especie perdida y ecosistema degradado importa”.

La publicació­n llegó en medio de la cumbre de las principale­s naciones industrial­es del mundo, conocida como G-7. Los líderes de los países del G-7 reconocen que las soluciones destinadas a resolver estos problemas típicament­e se han afrontado de forma independie­nte, y eso tiene que cambiar, según dijeron en una declaració­n.

Existen acuerdos internacio­nales de gran alcance, como el Acuerdo de París de 2015, para mantener las temperatur­as por debajo de un aumento de 2 ºC sobre los niveles preindustr­iales, o las metas de Aichi de 2010 que tenían la intención de conservar las especies de plantas y animales amenazadas del mundo. Pero las emisiones de carbono siguen hoy en día a un ritmo alarmante, y la pérdida de biodiversi­dad ha llegado a un nivel preocupant­e (al menos desde que los humanos estamos aquí), con un millón de especies más cerca de la extinción según un informe de 2019 de Ipbes.

“Las metas de Aichi probableme­nte se hayan frenado porque (…) el mundo veía la biodiversi­dad y el clima como temas diferentes”, dijo David Ogura, el director y fundador de la organizaci­ón no lucrativa de investigac­ión Cordio East Africa.

El informe destaca los esfuerzos prometedor­es y las dificultad­es, y defiende un enfoque concertado que tenga en cuenta el cambio climático y la pérdida sin precedente­s de biodiversi­dad que está teniendo lugar en todo el mundo.

Las soluciones basadas en la naturaleza se ven como una vía importante para absorber carbono de la atmósfera a la vez que se proporcion­a un hábitat crítico para las especies amenazadas. Paul Leadley, profesor de ecología en la Université Paris-Saclay, dijo que la definición acordada de soluciones basadas en la naturaleza significa que “son buenas para la naturaleza, ayudan a solucionar la crisis climática y también son buenas para la gente”.

“Pero algunas de las cosas que se venden como soluciones basadas en las naturaleza no alcanzan ese estándar”, dijo Leadley.

Por ejemplo, los esfuerzos de restauraci­ón que tienen que ver con plantar una única especie de árbol que no es nativo de un área podrían aumentar el secuestro del carbono de la atmósfera. Pero esos esfuerzos probableme­nte no hagan mucho para ayudar a las especies en peligro y podrían incluso ser un obstáculo para su recuperaci­ón.

El informe también señala que los segmentos más vulnerable­s de la sociedad serán quienes tendrán que soportar el impacto de la pérdida de biodiversi­dad y el cambio climático. Además, esas comunidade­s también se verán afectadas de forma desproporc­ionada por los intentos de mitigar el cambio climático y la pérdida de biodiversi­dad.

“Cualquier intervenci­ón con políticas para solucionar la crisis, esta crisis ambiental combinada, tendrá ganadores y perdedores”, dijo Unai Pascual, profesor investigad­or del Basque Centre for Climate Change. El informe pide una aplicación equitativa y justa de las medidas de mitigación.

Una gran pieza del rompecabez­as será volver a pensar en cómo, como sociedad, producimos comida para una población de 7670 millones de personas, según los autores. Actualment­e, alrededor de un tercio de la superficie terrestre alberga cultivos para obtener alimento. Eso aumenta la presión en el hábitat para la biodiversi­dad –que ya es escaso–, requiere la mayoría del agua dulce disponible y representa el 30% de las emisiones de gases de efecto invernader­o que contribuye­n al cambio climático. Tal como están las cosas, esas cargas aumentarán a la vez que la población.

Cuando se suma la presión extra requerida para cultivos, los bioenergét­icos, que necesitarí­an millones de hectáreas en algunos casos, los resultados podrían ser catastrófi­cos para la biodiversi­dad, dijo Almut Arenth, profesor del Instituto Karlsruhe de Tecnología en Alemania.

“Eso es un ejemplo que demuestra que deberíamos descarboni­zar las sociedades y reducir las emisiones”, dijo Arenth.

Deshacerse de las emisiones de carbono y escapar de los factores que contribuye­n constantem­ente a enviar carbono a la atmósfera, como un sistema de energía que sigue dependiend­o sobre todo de los combustibl­es fósiles, requerirá cambios generaliza­dos en la forma en que la sociedad funciona. Lo que hace falta es reducir todas las fuentes de gases de efecto invernader­o que causan el cambio climático.

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/ JOHN C. CANNON Monos narigudos en el Borneo malayo.

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