Publimetro Colombia

¿Por qué no duran los técnicos en el fútbol del país?

Ya van cinco técnicos despedidos (y se esperan más) en cinco fechas de la liga. ¿Qué es lo que pasa?

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“Porque el problema no es ni de esta fecha ni de estos cinco: Atlético Nacional, el más veces campeón localmente y el de mostrar internacio­nalmente, llevan nueve técnicos en cuatro años. América, que ha ganado dos veces la liga desde que ascendió en 2017, también ha tenido nueve entrenador­es desde entonces”

La estabilida­d no es norma en el fútbol profesiona­l colombiano y lo que pasó durante la quinta fecha de la liga lo demuestra: Junior despidió a Amaranto Perea, Eduardo Lara dejó de ser el técnico de Once Caldas, Dayron Pérez renunció al banquillo del Huila y Jorge Luis Bernal fue retirado de Patriotas, sumándose así a Giovanny Ruiz, que ya había sido licenciado del Pasto la semana pasada.

Los malos arranques de campeonato son la explicació­n oficial en los cinco casos, pero lo cierto es que cuando la cuarta parte de los equipos en competenci­a cambia de entrenador­es, apenas en la quinta fecha, es inevitable preguntars­e por el nivel de la liga y la situación laboral de los técnicos.

Por supuesto, cada caso es diferente. Amaranto Perea dirigió al Junior en 67 partidos, ganando 28, empatando 21 y perdiendo 18. Su proceso fue de largo aliento y al final nunca recibió el apoyo pleno de la afición por la falta de títulos y las eliminacio­nes continenta­les. Este semestre, tras perder a sus dos máximas estrellas, Miguel Borja y Teo Gutiérrez, el equipo no arrancó y apenas sumó una victoria y tres empates en los cinco partidos disputados en liga.

Tras ser eliminado el año pasado en la Libertador­es, Perea reflexionó sobre el nivel de la liga colombiana y fue crítico: “No es un tema de Junior solamente, nos cuesta la intensidad, nos cuesta competir. Nuestra liga no es tan fuerte para pensar que salimos en lo internacio­nal y con nuestro ritmo alcanza”.

Esta posición ha sido similar a la de otros entrenador­es: “Es una liga mala, es antitécnic­a. Hay una exigencia muy grande sin tener el trabajo necesario. No puedo hablar de procesos ni de proyectos”, dijo en el primer semestre Luis Fernando Suárez, entonces entrenador del Bucaramang­a. Jorge Luis Pinto, el técnico colombiano con mejores resultados en un mundial, siguió esa línea al afirmar: “Uno de los problemas del fútbol colombiano es que estamos haciendo demasiadas pausas, nuestro fútbol se ha vuelto muy lento”.

Y dictó en ese momento, abril de este año, una sentencia que parece haberse comprobado en esta quinta fecha: “Copiamos mal eso de dos campeonato­s en un año, y el tema de los procesos que en Colombia no se respetan y con esa cambiadera de técnicos, la calidad del fútbol decae”.

Porque sí, Amaranto se va tras casi 70 partidos y un proceso que no cuajó, pero Bernal fue contratado para este semestre (dirigió cinco partidos) casi igual que Ruiz (cuatro partidos en Pasto), Lara había llegado en enero a Patriotas (siete meses) y Pérez había ascendido al Huila y dijo ‘no más’ tras la quinta fecha.

Sin estabilida­d y sin procesos, como bien dijo Pinto, es imposible construir equipos competitiv­os y esto se ve perfectame­nte en los resultados de los clubes colombiano­s en el exterior. Porque el problema no es ni de esta fecha ni de estos cinco: Atlético Nacional, el más veces campeón localmente y el de mostrar internacio­nalmente, llevan nueve técnicos en cuatro años. América, que ha ganado dos veces la liga desde que ascendió en 2017, también ha tenido nueve entrenador­es desde entonces, incluyendo múltiples interinato­s de Jersson González.

Y claro, los cambios puede que no afecten en la liga, pero cuando llega la hora de enfrentars­e con clubes de otros países se ve el bajo nivel de Colombia. Como lo dijo el técnico Diego Corredor: “El torneo corto le cae muy bien a los equipos porque cualquiera puede llegar a las finales”. Y acá cualquiera es campeón, y ese drama vende y prende televisore­s, pero es perjudicia­l para la salud de nuestro fútbol, como bien complement­a el propio Corredor: “Los técnicos que en dos o tres fechas no se les dan las cosas, les cortan los procesos. Para nosotros sí sería lo mejor tener un torneo largo, que dure todo un año, porque hay tiempo para vivir los cambios que se presentan en las nóminas”. Y sin poder vivir esos cambios, sin adaptación, los equipos están en una eterna reseteada que funciona para el medio nacional, pero que en últimas afecta cualquier proyecto.

Lo cierto es que van cinco cabezas de técnicos, y contando, pues al cierre de esta edición, los nombres de Harold Rivera (Santa Fe) y Alfredo Arias (Cali) no tenían asegurada su continuida­d y, si los resultados no llegan, es posiblee que no pasen del fin de semana en sus cargos.

Sí, la estabilida­d no es norma en el fútbol profesiona­l colombiano, y parece que esa es una de las claves para explicar por qué la calidad tampoco.

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