Mompox: el pueblo del realismo mágico en clave chic Otros recomendados:
A donde hay que ir. Uno de los lugares que Gabriel García Márquez retrató en varias de sus obras, se vuelve un lugar de ensueño y sofisticación al lado del Magdalena
Basta con mirar cualquier libro de historia –para documentos recientes, el libro Magdalena, bellísimo relato del investigador Wade Davis– para saber que un accidente natural causó que Mompox pasara de ser un centro de opulencia a un lugar detenido en el tiempo. Pero no en el mal sentido: sus ensoñadoras casas coloniales al lado de la arteria principal del país, sus mecedoras, las mariposas, los olores de sus flores y árboles y su música cadente y llena de espíritu han hecho que el pueblo se haya transformado en un lugar ideal para aquellos que quieren vivir ese universo que creó Gabriel García Márquez en sus novelas y que gracias a eso lo volvió patrimonio histórico de la humanidad en 1995.
Eso sí, de maneras exquisitamente sofisticadas a través de su oferta gastronómica, de ocio, artesanía y hotelería. Por esta razón, le mostramos por qué este destino es mágico y un lugar para transportarse en el norte de Colombia.
Hospedaje
Puede ir de vuelta al siglo XVII en el Hostal Doña Manuela, el hotel más grande de Mompox, construido por una de sus figuras más importantes, el comerciante y filántropo Pedro Martínez de Pinillos. Con amplias y cómodas habitaciones al estilo colonial, una tienda de artículos sofisticados, piscina, bar y restaurante, más un gran árbol que es centro del patio, puede ver la combinación entre tradición, naturaleza y relajación. Ahora bien, si quiere adentrarse también en la historia del siglo XX y cómo pasó por el pueblo, puede hospedarse en Casa Lina, que aún conserva tecnología de comienzos y mitad del siglo pasado y ofrece una evocadora vista hacia el río a través de sus ventanales coloniales. Está regentada por su amable dueña, quien se ha enfocado en la familiaridad y la calidez y eso se nota en la disposición de su comida, muebles e incluso en las colchas elaboradas de las habitaciones.
Otros lugares recomendados: Bioma Boutique Hotel, Portal de la Marquesa.
¿Qué hacer?
Si quiere conocer las maravillas de la ciénaga y ver cómo se une con el Magdalena, puede rentar un viaje desde las 3:00 p.m. para nadar en la inmensidad, ver naturaleza y los mejores atardeceres de su vida. Incluso hay un tour algo menos aventurero en el que usted por 50.000 pesos disfruta de una copa, el atardecer y de música viajando a través del río Magdalena.
Ahora, si lo que le gusta es la historia, puede contratar a guías turísticos como Luis Alfredo Domínguez (en Instagram, @alfredomompox), quien le explicará el origen y evolución de distintos puntos emblemáticos de la ciudad, como el de su ilustre Cementerio y todas las historias que hay detrás. Una de ellas, el porqué hay tantos gatos que pueblan este lugar y cómo se reprodujeron debido al sobrenombre de una de las familias más ilustres del pueblo (la familia Serrano), que perdió a uno de sus jóvenes integrantes al que llamaron Gato. Una felina que pasaba por allí fue alimentada por ellos y se reprodujo, hasta llegar a la población de gatos que tienen actualmente.
Otros recomendados:
puede ir al Museo Cultural de Arte Religioso a ver los custodios de la mayor época de opulencia del pueblo.
Gastronomía
Desde hace algunos años se han erigido propuestas gastronómicas que fusionan la cocina contemporánea con elementos locales como la butifarra, sus diversos tipos de arroces, la influencia árabe con los quibbes, y el jugo de corozo, así como la comida de río. De esta manera, puede por ejemplo tener una experiencia en Santa Coa, influenciado por los sofisticados restaurantes de Cartagena, con una exquisita decoración ecléctica, donde puede comerse un arroz caldoso con butifarra y entradas locales. También puede ver la belleza de la arquitectura colonial y la imponencia de Ambrosía, con sus exquisitos ceviches y cocteles. Ahí puede probar su lomo momposino, hecho con reducción de corozo y queso de capa. Por otro lado, en Inmaculada (su decoración es azul pastel, combinada con toques tropicales y contemporáneos), puede también disfrutar de cocina fusión con música exquisita.
para amenizar un rato especial, puede disfrutar de la música de Don Evelio y sus Traviesos, grupo de folcloristas que se especializan en los diversos ritmos de la música caribe. Asimismo, hay panaderías orgánicas y cafés con lo último en repostería y agradables ambientes para relajarse con la brisa del río.
Compras
Mompox es un pueblo de orfebres. Varios jóvenes se capacitan para llegar a ser oficiales de joyería, fundir la plata, hacerla hilos y comenzarla a tejer en varios diseños, que han evolucionado para adaptarse a la contemporaneidad. Así, encuentra obras de arte que dependiendo del peso y el trabajo pueden costarle desde 40.000 hasta 500.000 pesos o más. Puede ir a Wamaris Joyería, que por tradición familiar le da una experiencia para hacer su propia joya por 75.000 pesos, y donde le explican y lo guían en todo el proceso, por ejemplo. Además, los precios son fijos. Por otro lado, en el Hostal Doña Manuela puede encontrar artesanías de la costa Caribe, como sombreros wayúu, e individuales, entre otros.
Otros recomendados:
en el centro histórico puede encontrar variedad de artesanías para todos los presupuestos, incluida la orfebrería. Puede llevarse dijes e incluso joyas pequeñas para toda la familia.