Gobierno sudanés creó fuerza conjunta con exrebeldes para pacificar Darfur
El Consejo Supremo de Seguridad de Sudán decidió formar una fuerza conjunta entre las fuerzas regulares y los movimientos armados rebeldes que firmaron la paz el año pasado con el Gobierno para acabar con los brotes de violencia en Darfur
“La fuerza conjunta tendrá amplios poderes para controlar, contener y resolver todas las violaciones, recolectar armas y someter a todos los involucrados y acusados a los tribunales establecidos para tal motivo”, indicó el Consejo Soberano, el máximo órgano de poder de Sudán desde que comenzó el periodo de transición democrática en 2019.
Esta medida se anuncia en unos momentos en que se han multiplicado los brotes de violencia en la región occidental de Darfur, que todavía se encuentra en una situación volátil tras la cruenta guerra civil de tintes étnicos que vivió entre 2003 y 2008, con más de 300.000 muertos, y donde todavía hay 1,8 millones de desplazados.
El acuerdo de paz firmado entre el Gobierno sudanés y los principales movimientos armados rebeldes el año pasado estipulaba la formación de una fuerza conjunta de las partes firmantes para proteger a los civiles en Darfur, compuesta por 12.000 miembros.
El Consejo Supremo de Seguridad, encabezado por el presidente del Consejo Soberano y comandante el jefe del Ejército, Abdelfatah al Burhan, decidió que esta fuerza conjunta estaría integrada por las Fuerzas Armadas, las fuerzas de los grupos rebeldes, el Servicio General de Inteligencia, la Policía y las Fuerzas de Apoyo Rápido.
Resulta que estas últimas, reconvertidas ahora en un cuerpo militar regular, son una antigua milicia acusada de crímenes contra la humanidad en el conflicto de Darfur.
Esta región, donde hubo una misión de paz de Naciones Unidas hasta el año pasado, se ha visto sacudida en las últimas semanas por varios brotes de violencia.
El pasado sábado, el Comité de Médicos del Sudán dijo en un comunicado que durante octubre y noviembre la violencia tribal había dejado en Darfur del Sur 45 ciudadanos muertos a tiros.
En Darfur Oeste estalló el 20 de noviembre un conflicto entre nómadas y agricultores de la tribu árabe misseriya que, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), ha dejado más de 50 muertos, unas 600 casas incendiadas y casi 10.000 desplazados.
Otro estallido de violencia en ese estado entre la tribu árabe rizeigat y la africana masalit se ha saldado con al menos 48 muertos desde el sábado y en Darfur Norte cuatro personas murieron y tres resultaron heridas de bala el domingo en un ataque cerca de un campamento de desplazados.