Matt Reeves entrega al Batman más melancólico y violento
The Batman. No guarda relación con ningún otro proyecto del Universo Extendido de DC Batman Ego y The Long Halloween. Los cómics que inspiraron la nueva película del Caballero de la Noche
Matt Reeves hizo una obra maestra en lo que respecta a Batman, pues nos da algo que no habíamos visto nunca en las adaptaciones del héroe y esa es su mayor virtud: la innovación en un género que parece haberse estancado. Por primera vez veremos a un Batman que sí es un detective hecho y derecho que explota sus habilidades con un guion fuerte e inteligente que pone a prueba las habilidades de un Bruce Wayne que está en camino a ser Batman.
En las tres horas que dura la película, que no se siente para nada pesada, podemos entender y comprender cuál es la visión de Reeves sobre Gótica; fue un total acierto marcar la independencia del DCEU para no estar atado a ningún universo previo.
La visión que tiene Reeves es un tétrico thriller con pinceladas de cine, oír la voz de Bruce está allí contándonos un poco de la historia y objetivos, traumas tal y como un detective, y claro, son una alusión a los cómics.
No hay más que decir, Robert Pattinson cerrará la boca de los haters, pues su versión de Bruce era algo que no habíamos visto antes; no tenemos al joven atractivo, millonario y un poco engreído, sino a un personaje roto en todos los sentidos, obsesionado y frustrado, con una mirada perdida que nos dice todos los traumas que ha sufrido de niño y frustración de no haber podido bajar el nivel del crimen en su tiempo como vigilante.
Como en Batman Ego, Bruce y Bats son dos entidades distintas que convergen en la misma mente y que buscan acabar con la porquería de Gótica. Pattinson es brutal, sus secuencias de pelea son intensas y el nivel de violencia por su inexperiencia de héroe y demonios internos.
En cuanto a Zoë Kravitz, es una excelente Selina Keyle, con una gran construcción de personaje e historia que hace empatizar casi al instante.