“La misión aumentará nuestros conocimientos sobre cómo pudo empezar la vida en la Tierra”
RICHARD CARTWRIGHT Científico investigador del Instituto SETI, Centro de Investigación Ames de la Nasa
“La exploración de Urano proporciona un banco de pruebas ideal para entender los sistemas de satélites gigantes de hielo. Las superficies de las lunas uranianas podrían estar recubiertas de material orgánico y otros componentes químicos para la vida. Comprender la naturaleza de la materia orgánica en el sistema uraniano sería crucial para aumentar nuestros conocimientos sobre cómo pudo comenzar la vida en la Tierra y quizás en otros lugares del Sistema Solar, como en los océanos internos de lunas heladas como Encélado y Europa.
Un orbitador de Urano equipado con un magnetómetro debería ser capaz de determinar si alguna de sus lunas posee océanos salados internos mediante la detección de campos magnéticos inducidos, de forma similar a las mediciones que detectaron campos inducidos en las lunas de Júpiter Europa, Ganímedes y Calisto, todos ellos mundos oceánicos. Un orbitador de Urano también podrá determinar hasta qué punto la actividad endógena ha moldeado las superficies de sus grandes lunas, y si esta actividad está en curso o ha quedado relegada al pasado geológico.
Un orbitador equipado con un espectrómetro de mapeo en el infrarrojo cercano podrá determinar si el hielo de CO2 detectado en las grandes lunas uranianas es nativo de sus superficies y posiblemente proveniente de sus interiores, o si el CO2 se genera por las interacciones entre las partículas cargadas atrapadas en la magnetosfera de Urano y el material rico en carbono de sus superficies heladas. Entender el origen del CO2 proporcionará, por tanto, información complementaria sobre la estructura de la magnetósfera de Urano”.