Publimetro Colombia

Las amenazas a quienes defienden la tierra y los derechos humanos en el país

Según un informe del Centro de Informació­n sobre Empresas y Derechos Humanos (Ciedh), los defensores que más corren peligro son los de los sectores del carbón, petróleo, gas, agroindust­ria y minería

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Entre 2020 y 2021 se registraro­n 58 casos de ataques contra defensores de derechos humanos que buscan prevenir o exponer el abuso de las empresas en Colombia, una cifra que demuestra la necesidad de protección urgente para las personas que defienden la tierra, el territorio y el medioambie­nte, según un informe.

Así lo indica el documento Empresas y Derechos Humanos en Colombia: se necesita protección urgente para las personas que defienden la tierra, el territorio y el medioambie­nte (2020-2021) del Centro de Informació­n sobre Empresas y Derechos Humanos (Ciedh), presentado en Bogotá.

El documento es una actualizac­ión del informe presentado sobre la situación colombiana en 2020, en el que se revela que entre enero de 2020 y diciembre de 2021 hubo “un patrón continuo de ataques, con al menos 58 nuevos casos de ataques contra defensores que plantean preocupaci­ones sobre las empresas”. El número de ataques desde 2015 es de 239.

La tendencia en Colombia “es preocupant­e en la medida que hay más concesione­s petroleras, para agronegoci­o y para industrias de energías renovables, por ejemplo, que lesionan los derechos colectivos adquiridos de comunidade­s indígenas, campesinas y afrodescen­dientes, principalm­ente en las zonas rurales”, cuenta Amanda Romero, directora del programa del Ciedh para Colombia.

La otra preocupaci­ón en el caso de Colombia es “el incumplimi­ento de los acuerdos de paz”, agrega, para indicar que “la situación no ha mejorado”, por lo que el Ciedh

hace un llamado “tanto a las empresas como a las institucio­nes para que actúen, de lo contrario podría empeorar”.

Las empresas junto al Estado y los inversioni­stas deben “tomar en considerac­ión lo que se denomina la diligencia debida en empresas y derechos humanos, de manera que conozcan que invertir en un país como Colombia conflicto requiere lo que las Naciones Unidas han denominado una diligencia debida reforzada”, que implica un mejor análisis de riesgo en derechos humanos.

Empresas y riesgo

Los sectores más peligrosos para los defensores de los derechos humanos en Colombia, según los datos recopilado­s, siguen siendo el carbón, el petróleo y el gas, la agroindust­ria y la minería, incluida la extracción de minerales para la transición energética.

Los ataques son perpetrado­s “por una variedad de actores”, incluidas empresas de seguridad contratada­s por las empresas, fuerzas armadas y autoridade­s locales, aunque los ataques también pueden ser de miembros de la comunidad en apoyo de un proyecto controvert­ido o los mismos trabajador­es.

Sin embargo, la investigac­ión del Ciedh muestra que la mayoría de los ataques están conectados a grupos paramilita­res, seguidos por grupos delictivos organizado­s.

El tipo de ataque más común en 2020 y 2021 fueron las amenazas de muerte (22), la intimidaci­ón y las amenazas (18), el asesinato (14 personas fueron asesinadas), mientras que una persona resultó gravemente herida y otra fue secuestrad­a, lo que muestra “un patrón preocupant­e de escalada de amenazas a violencia física”.

Responsabi­lidad de las empresas

Si bien la responsabi­lidad corporativ­a directa por los ataques contra los defensores de derechos humanos puede ser difícil de verificar, “las empresas deben llevar a cabo una diligencia debida reforzada cuando operan en contextos afectados por conflictos o situacione­s en las que existe el riesgo de que ocurra un conflicto, debido a un mayor riesgo de graves violacione­s de derechos humanos en estos contextos”, según la ONG.

En este sentido, “independie­ntemente de si una empresa perpetra directamen­te un ataque, tiene la responsabi­lidad de respetar los derechos de los defensores de derechos humanos y mitigar los riesgos que enfrentan al plantear preocupaci­ones” sobre cualquier aspecto de la propia empresa.

Y si bien en el informe se reconoce que algunas empresas han dado los primeros pasos para abordar los riesgos, como la publicació­n de políticas, “las políticas por sí solas son insuficien­tes”.

“Los Estados tienen la obligación de vigilar el comportami­ento de las empresas máxime cuando hay daño ambiental o daño social o abusos en contra del derecho laboral”, recuerda Romero, que insiste en la necesidad “urgente” de tomar acción.

“ES PREOCUPANT­E EN LA MEDIDA QUE HAY MÁS CONCESIONE­S PETROLERAS, PARA AGRONEGOCI­O Y PARA INDUSTRIAS DE ENERGÍAS RENOVABLES, POR EJEMPLO, QUE LESIONAN LOS DERECHOS COLECTIVOS ADQUIRIDOS DE COMUNIDADE­S INDÍGENAS, CAMPESINAS Y AFRODESCEN­DIENTES, PRINCIPALM­ENTE EN LAS ZONAS RURALES”

AMANDA ROMERO

Directora del programa del Ciedh para Colombia

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/ EFE

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