Jhon Jairo Bodmer, el colombiano que asistirá a Suárez en el Mundial de Catar 2022
El joven entrenador está viviendo un sueño de infancia al integrar el cuerpo técnico de una selección en una cita orbital
Jhon Jairo Bodmer Restrepo, un director técnico bogotano de 40 años, es uno de los otros tres colombianos que estará acompañando a Luis Fernando Suárez en el reto de dirigir a la selección de Costa Rica en el próximo mundial.
Además de el entrenador principal y su asistente, el cuerpo técnico de los ticos también cuenta con los colombianos Iván Niño y Felipe Camacho, que desempeñan los roles de preparador físico y psicólogo, respectivamente.
El de Bodmer es un apellido sonado en el fútbol local, ya que en 2016, se convirtió en el entrenador más joven del balompié colombiano en obtener el ascenso a primera división al frente de Tigres F.C., club con el que dejó una buena imagen en la liga. En su carrera también dirigió a Jaguares y estaba con Valledupar F.C. cuando recibió el llamado para convertirse en el segundo entrenador de Luis Fernando Suárez en la selección centroamericana, algo que, a hoy, él no termina de asimilar.
Lo que significa Suárez para Bodmer
“Se convirtió en mi papá del fútbol por esta oportunidad tan maravillosa de trabajo. Estoy haciendo una maestría en fútbol al lado de él, ejecutando día a día en el campo.
Es un maestro del fútbol que tiene claro cómo se construye un modelo de juego y cómo se va puliendo. Me ha dejado bases muy claras de qué es lo que hay que hacer y cómo se debe hacer”.
Su rol en el cuerpo técnico
“Me ha dado la oportunidad de ejecutar. Si yo fuera el asistente cruzado de brazos que solamente habla al oído, no sé si resistiría. A mí me pica estar en el campo trabajando, desarrollando, corrigiendo, aprendiendo, interactuando y aquí me ha abierto esa puerta inmensa”.
La oportunidad
“En un doble amistoso, él con La Equidad y yo con Tigres, al despedirme, recuerdo las palabras cuando me dejo que le había gustado mucho el trabajo de mi equipo, que tal vez el fútbol en algún momento nos iba a poner a trabajar juntos. Lo tomé como un halago.
Después nos hablamos por temas académicos y profesionales. Estuvimos en contacto y el año pasado, cuando yo estaba con Valledupar F.C., me llamó y me hizo la oferta de ser su asistente”.
Sensaciones
“Quedé sorprendido e incrédulo, debo decir que no lo creía. Me decía el profe que había una opción y que si me gustaría trabajar con él. Yo le dije que sí, pero realmente no cabía en la ropa de la emoción. Luego se hizo realidad”.
Su aporte
“Como dice él: somos un complemento perfecto. Él tiene una capacidad inmensa de absorber lo mejor de todos, de gestionarlos y manejarlos.
Lo que ha hecho es decirme: ‘Haga lo que a usted más le gusta y sabe hacer. Sorpréndame con lo que ha estudiado, transmítamelo’. Y eso hicimos desde el principio”.
El acople
“El conocimiento de mis estudios sobre las nuevas metodologías, él lo fue ajustando a sus ideas tradicionales muy bien desarrolladas y fuimos construyendo ese modelo acorde que él combinó”.
Nueva Zelanda como rival en el repechaje
“Lo estudiamos de pies a cabeza. Sabíamos la estructura que iban a usar, sus principios de juego ofensivos y defensivos. Teníamos clara su ruta de juego desde los posicionamientos, dinámica, conexiones, hombre a hombre, sectores más usados, todo. Estudiamos mucho al rival”.
Australia vs. Perú los aterrizó
“El tema del día anterior generó un sentimiento a favor de nosotros y fue de no confiarnos. Entender que teníamos que respetar muchísimo al rival”.
El gol de camerino
“Nuestro plan de trabajo cambió muy rápido, porque no vamos a decir que planificamos hacer un gol en los primeros cinco minutos. Llegó, y por el instinto de protección, había que aguantar algunos minutos para ir a un mundial. Ya ganando, uno tiene que cuidar el bendito resultado y de a poco ir mirando cómo iba ajustando su plan con lo que va pasando en la cancha”.
Cuestionados por cómo se dio el partido
“El cómo siempre será importante. Depende de la filosofía de cada entrenador. Para mí, la forma es importantísima. Si yo fuera el entrenador, hubiese querido que el desarrollo del juego fuera otro. Sé que el profe también. Pero muchas veces no es lo que se quiere desde la raya, sino que el contexto lo va a llevando a uno a eso. Los jugadores también adentro van adaptándose a las circunstancias y deciden por ellos”.
Pragmáticos
“Si somos prácticos, si me estoy jugando la clasificación a un mundial, yo no me voy a poner a intentar jugar bonito para darle gusto a la retina de la hinchada o de los críticos. Puedo jugar bonito y si pierdo, la noticia no va a ser que Costa Rica jugó el mejor partido de la vida con alta posesión. No, va a ser que Nueva Zelanda clasificó al mundial y nosotros no”.
La felicidad del objetivo cumplido
“Fue un desahogo por muchas cosas que atravesamos durante un proceso con mucha presión y dificultad. Fueron lágrimas de felicidad, yo miraba a todo el mundo y me preguntaba si era verdad o si estaba en algún sueño. Por siempre será de los mejores recuerdos de mi vida”.
Paralelo al ascenso de Tigres
“Ir a un mundial es una cosa maravillosa, ser parte de un cuerpo técnico mundialista es algo único, pero lo que yo sentí cuando ascendimos a la
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De noviembre será el primer partido de Costa Rica en el Mundial de Catar
A, en unas circunstancias similares, porque había muchas dificultades y las probabilidades de ascender eran muy bajistas, es otro cuento.
La diferencia está en que yo era el entrenador principal. Estoy muy feliz, pero son sentimientos distintos. Una cosa es ser la cabeza del proyecto y otra cosa es ser el segundo entrenador. Aquí he hecho un aporte al 1000% de mis capacidades, pero cuando subimos con Tigres en ese entorno de dificultad y lo que hicimos en primer división: qué belleza. Lo tengo grabado, es una cosa que jamás voy a olvidar ni a sacar de mi corazón”.
El jugador costarricense
“Es muy culto, estudiado, recibe la información muy bien y hace las cosas fáciles, por el profesionalismo y el nivel de cultura que tiene”.
Los referentes
“Son tres los capitanes fuertes dentro del grupo: Keylor Navas, Bryan Ruiz y Celso Bor