Un accesorio que pasó de objeto de lujo a pieza imprescindible
Al presentarse como objetos únicos, los relojes han tenido, por mucho tiempo, un estatus inalcanzable. Pero esta vez, se democratizan a través de la tecnología
“VARIAS MARCAS TECNOLÓGICAS HAN COMENZADO A LANZAR MODELOS QUE ESTÁN EN CONSONANCIA CON LA COTIDIANIDAD Y EL BIENESTAR Y QUE, DE PASO, TIENEN UN DISEÑO ATRACTIVO, ASÍ COMO VERSÁTIL, QUE CUENTA COMO UN ELEMENTO MÁS PARA COMPLEMENTAR CUALQUIER LOOK”
James Bond, Don Draper, Jackie Kennedy, ¿Chiara Ferragni? Íconos de la ficción y de la vida real que usaban el reloj como pieza statement y de lujo. Y todavía: si bien lo único que vemos en estos meses de moda son talentos emergentes, todas las firmas fundacionales tienen sus propios relojes. Claro, eso sí, tan caros como la artesanía tradicional dedicada a este rubro puede permitirlo.
Pero esto ha cambiado: con líneas mucho más accesibles, dentro de lo que cabe y con el auge de muchos más universos de vestuario, los relojes vintage o los deportivos comenzaron a tener cabida en los últimos años. Esto, hasta llegar a los smartwatches, relojes inteligentes, que, precisamente, mezclan todo este antiguo imaginario en códigos nuevos y con más funcionalidad que nunca.
De este modo, varias marcas tecnológicas han comenzado a lanzar modelos que están en consonancia con la cotidianidad y el bienestar y que, de paso, tienen un diseño atractivo, así como versátil, que cuenta como un elemento más para complementar cualquier look. Y que, de paso, no chirría si usted es bastante conservador o, simplemente, quiere tener un accesorio que llame la atención sin necesidad de una amplia ostentación.
Es por eso que si hay una gama amplia de estos dispositivos en todos los colores (siendo los diseños cuadrados y los tonos pasteles y metálicos los más populares y venestrés, didos), hay modelos como el Huawei Watch GT3 Pro Titanium que vienen en colores neutros y que permiten que este dispositivo no solo sea esto, sino un accesorio cotidiano y versátil. Además, que viene en una presentación tradicional (titanio), deportiva (fluoroelastómero) y un poco más versátil, como el cuero.
Además, si usted practica deportes, por supuesto, este accesorio será parte fundamental de su atuendo, sin necesidad de que esto sea un aditamento estorboso para su práctica diaria. De hecho, así como puede usarlo con cualquier atuendo sin importar el dress code para mirar sus notificaciones, monitorear sus pasos, calidad de sueño, ritmo cardíaco o, sencillamente, para ver el rendimiento de su entrenamiento.
El auge de los wearables en la moda
Según CCS Insight, se espera que para 2024 se vendan 303 millones de wearables en el mundo. Esto no solo incluye a los smartwatches o a los audífonos, también tienen en cuenta a los sensores de sudor o dispositivos que miden alimentación e, incluso, hasta control de vicios (es real, ya hay aplicaciones que miden consumo y gastos de tabaco y alcohol, por ejemplo). Esto, debido a que en el confinamiento hubo un incremento en la preocupación por el bienestar.
De esa manera, muchas personas comenzaron a comprar dispositivos que controlaran su actividad física y salud diaria, entre esos, los relojes inteligentes, que poco a poco han cambiado su diseño para incluso ser adoptados y adaptados por marcas de lujo como Burberry y Gucci, entre otras.
Ahora bien, ya desde hacía varios años, y en terrenos más experimentales, ya han existido varias colaboraciones, como la de Levi’s, con Google Project Jacquard, donde su icónica trucker jacket está hecha para ciclistas urbanos, y con su chaqueta pueden cambiar pistas musicales o responder llamadas, por ejemplo. En cambio, la colaboración de The Unseen para la legendaria tienda de departamentos de Selfridges (ya lanzada para 2015) tenía piezas básicas como mochilas, bufandas o forros de teléfono que medían los elementos exteriores. Por otro lado, Emel y Aris era una colaboración que iba más en tono con la ropa exterior, pues, a través de la tecnología, se podía conseguir calefacción inmediata.
Incluso, la moda, también relacionada con los deportes, no solo está en el terreno del bienestar personal, como el reloj inteligente. Zenta se usa de igual manera y le permite al usuario desconectarse del ruido digital, priorizando las notificaciones de su teléfono inteligente y rastreando sus emociones.
Poco a poco, los wearables y la moda tendrán una relación más estrecha que se nos hará menos sorprendente y utópica. Quizás hasta en el metaverso existan piezas que permitan traducir emociones a través de lo digital y que también, en la vida real, nos permitan ir más allá en cuestiones de bienestar inmediato.
Por ahora, los relojes inteligentes ya han ganado un amplio terreno en cuanto a ser considerados, más que un artículo de unos pocos o de otra época, un accesorio imprescindible y versátil.