Luchar. Más allá de los cuentos de hadas: Maritza Soto, una mujer real que inspira a pequeñas y a grandes
“El camino no será nada fácil, pero valdrá cada centímetro recorrido”
¿Recuerda lo que quería ser cuando era niña? Tal vez doctora, veterinaria o enfermera, a veces el destino y los caminos de la vida nos pueden llevar por rumbos inesperados y, si tenemos la suficiente suerte, el sueño de nuestra niñez se verá materializado y hará sonreír a su yo de seis u ocho años.
El libro Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes celebra el lanzamiento de una nueva edición, bajo la premisa: “100 jóvenes que están cambiando al mundo”, donde contarán la historia de mujeres de la vida real como Greta Thunberg, Taylor Swift, Zendaya y The Linda Lindas inpirarán a las nuevas generaciones.
Hay un personaje en particular que se encuentra entre las páginas de tan valioso libro, Maritza Soto, una mujer que se convirtió en una de las estrellas que tanto estudia, pero que vive aquí en la tierra. El equipo de Nueva Mujer, tuvo la fortuna de hablar con ella sobre sus retos, satisfacciones y sobre cómo se siente respecto a que su historia esté plasmada en esta obra.
“Espero que mi historia, junto con la historia de muchas otras mujeres increíbles, logre inspirar a una nueva generación de niñas a que se atrevan a seguir sus sueños, sin importar lo que la sociedad diga de ellas”, comentó Maritza Soto durante la entrevista.
En 1990, Santiago de Chile, vio nacer a Maritza Soto, una apasionada por la astronomía que haría historia por el descubrimiento de dos exoplanetas gaseosos que se encuentran orbitando estrellas diferentes, el K2-237 b y K2-238 b que son más grandes que Júpiter.
Su gusto por esta ciencia, comenzó cuando todavía era una niña, mientras leía enciclopedias que hablaban de los planetas y el sistema solar. Sus padres, al ver esto, continuaron apoyando y fomentando su gusto por la astronomía a través de libros e incluso llevándola a conocer uno de los observatorios en el Norte de Chile; tiempo después, optó por estudiar esa carrera en la universidad de su país.
Entre sus mayores satisfacciones se encuentran haber concluido sus estudios y haber encontrado un trabajo, en el área de descubrimiento de exoplanetas y Soto, logró su cometido, “Para mí fue más una especie de validación a mi trabajo, ya que elegí el área de la astronomía correcta para mí, y que hago un buen trabajo en esa área y puedo aportar al conocimiento científico universal”, la astrónoma también comentó que lo que más disfruta de su carrera es poder aportar algún dato a la comunidad científica.
Eso sí, en sus ratos libres Maritza deja por un momento la astronomía, para disfrutar de una caminata al aire libre, si es posible, en un lugar donde haya mucha naturaleza, también visitar museos, tejer, bordar y cocinar pasteles.
A diferencia de lo que muchos creerían, no hay una figura o personalidad que la inspire más que su propia madre, quien durante todo su camino se convirtió en su pilar y más grande apoyo, pues ha sido ella quien la alienta a seguir el camino que la haga más feliz: “Creo que la única figura que me inspira en mi vida es mi mamá, ella es la persona a la que más admiro y la persona en que me quiero convertir
“Espero que mi historia, junto con la historia de muchas otras mujeres increíbles, logre inspirar a una nueva generación de niñas a que se atrevan a seguir sus sueños, sin importar lo que la sociedad diga de ellas”.
MARITZA SOTO Astrónoma chilena
en el futuro, no por su carrera, pero por su forma de ser y de tratar a las personas”.
Actualmente, Maritza Soto dejó su trabajo en detección de exoplanetas a cargo de otras manos para colaborar en empresas privadas, aun así ella confía en que logró dejar su huella durante su estancia.
La astrónoma dejó un mensaje para impulsar a las pequeñas a seguir sus sueños, “Lo único que les diría es que se atrevan a seguir la carrera de sus sueños. No va a ser algo fácil, va a requerir de mucho trabajo y sacrificios, pero al final del día van a saber que lo intentaron, y que dieron lo mejor de ellas. Puede que todo salga bien, puede que no, pero lo intentaron. Y al final del día, lograron aprender algo”.