Back to Black La historia menos contada de Amy Winehouse
La película, protagonizada por Marisa Abela, se inspiró en el álbum Back to Black, lanzado en 2006, que la catapultó a la fama mundial
Contada desde la perspectiva de Amy e inspirada en sus letras profundamente personales, la cinta descubre a la mujer detrás del fenómeno mediático y una tormentosa relación
Desde la muerte de Amy Winehouse en 2011, se han realizado una serie de documentales en torno a la figura de la cantante británica. Ahora se estrenó la biopic sobre la también compositora que perdió la vida a los 27 años, a causa del consumo, abuso de alcohol y drogas.
Para los seguidores, e incluso para las nuevas generaciones, la historia puede ser la mejor excusa para retomar sus canciones.
“Me parecía que se estaba uniendo a ese grupo de mujeres que son recordadas más por su muerte prematura que por su talento. También quería luchar contra la fetichización del trágico fallecimiento de la estrella en 2011, a los 27 años. La gente prácticamente olvida lo grandes artistas que eran. Tenía muchas ganas de que eso no ocurriera con Amy, y que debía ser recordada por ser una de las artistas más inspiradoras del siglo XXI”, señaló Alison Owen, productora de la cinta.
La polémica trayectoria de la cantante, no solo quedó marcado en su trágico final, sino en cada una de sus canciones: “Mi intención era que se sintieran como si estuvieran con ella y vivieran su viaje con ella. Sin embargo, esto no estuvo exento de dificultades. Me pareció que era una gran responsabilidad darle vida a Amy de una manera positiva, reflejando al mismo tiempo la vida y el viaje que ella había hecho”, adelantó Sam Taylor-Johnson, directora de Back to Black.
El actor Jack O’Connell, quien interpreta al exesposo de Amy en la película, se reunió con el verdadero Blake Fielder-Civil durante la preparación de su papel: “De los dos, solo Blake está presente para dar cuenta de ese periodo. Por lo tanto, para mí era importante al menos sentarme con él y asegurarle que nadie estaba tratando de repetir ninguna de las versiones indolentes de esta historia –terminé sintiendo como si tuviera una enorme cantidad de cosas en común con este hombre–”, explicó el actor.
Marisa Abela –quien interpreta a Amy– quedó impresionada por el guion y por volver a situar a Amy en su propia narrativa: “Pone a Amy de vuelta en el asiento del conductor de su vida, no se trata de cómo se sentían los demás a su alrededor sobre quién era ella o por qué sucedió esto o aquello; se trata de que Amy tomara el control. En lugar de señalar con el dedo, es una historia contada con la misma vivacidad con la que Amy vivió su vida”, agregó la actriz.
Sin embargo, al principio, Abela se mostró reticente a aceptar el papel: “Sabía que exigía mucho respeto, cuidado y amor, pero también mucho trabajo”.
Eddie Marsan (Mitch Winehouse) estaba igual de impresionado por la nueva visión de la historia de Amy y la representación de su padre: “El hecho de que no haya villanos – el único villano es la adicción–, me hizo querer hacerla. Yo no
interpreto villanos, solo a seres humanos”, expresó Marsan. Tatuajes de vida
Los tatuajes eran parte fundamental de la identidad de Amy y también se utilizaron como señales de su evolución.
“Vemos cómo se hace su primer tatuaje de la pequeña Betty Boop y, a medida que avanza la película, vemos cómo se tatúa lo que le importa en ese momento”, agregó Abela.
Al final, las huellas en su mente y piel eran una muestra de sus debilidades: “Queríamos destacar la historia menos contada –la de la estrecha relación de Amy con su abuela Cynthia, y cuán profundamente afectó a Amy su muerte. Creo que fue entonces cuando todo empezó a ir mal y la vida se le fue de las manos. Para nosotros, era importante hacer que esa relación fuera lo más profunda y significativa posible”, finalizó la cineasta.