EUROPA LE DICE ADIÓS A LA ETA, SU ÚLTIMO GRUPO TERRORISTA
Después del adiós al IRA en Irlanda, solo faltaba que la ETA desapareciera para que Europa viera el final de sus viejos grupos armados
La disolución de ETA, que la banda terrorista ha escenificado por capítulos en los últimos días, supone el fin de la última de las grandes bandas terroristas europeas que, mucho antes del yihadismo, sembraron el terror por todo el continente, especialmente en los años setenta y ochenta.
De ideologías y motivaciones diferentes, el IRA en Irlanda; las Brigadas Rojas en Italia; La Fracción del Ejército Rojo (Baader-meinhof) en Alemania o ETA en España, presentan también algunas similitudes.
Fundada en 1959, ETA anunció su final casi 60 años después y ha causado 7265 víctimas, entre ellas 864 muertos, según los datos oficiales; sin apenas capacidad operativa (solo media docena de activistas liberados) y cerca de 300 presos entre España y Francia.
A lo largo de su historia, los terroristas han declarado 13 veces el alto el fuego o treguas parciales hasta llegar al cese definitivo de su actividad armada, el 20 de octubre de 2011.
También, el fin del Ejército Republicano Irlandés (IRA por sus siglas en inglés) llevó varios años, entre abril de 1998 cuando se firmaron los acuerdos de ‘Viernes Santo’ y el comunicado de la banda ordenando a todos sus militantes deponer las armas y finalizar la lucha armada, el 28 de julio de 2005.
La historia del terrorismo norirlandés se remonta casi a la segunda década del siglo XX y está marcada por sucesivas escisiones en grupos como el IRA ‘auténtico’, el ‘provisional’, el ‘oficial’ y el ‘de continuidad’.
No obstante, no fue hasta años después del final de la Segunda Guerra Mundial cuando el IRA adoptó el modo de actuación del terrorismo internacional, con una oleada de atentados para la reunificación de las dos Irlandas a partir de 1956 que se recrudeció en los años setenta, a partir del denominado Domingo Sangriento en 1972, cuando murieron 14 manifestantes católicos en Londonderry por disparos de las tropas británicas.
Ese año, el IRA asesinó a casi 500 personas, cifra que multiplica por cinco el peor año de ETA (98 muertos en 1980) y otorga a los norirlandeses el título de grupo terrorista más sangriento de Europa.
El último gran atentado del IRA, uno de los más sangrientos de su historia, se produjo cuando ya se había iniciado el proceso de paz: el 15 de agosto de 1998, el IRA Auténtico reivindicó la colocación de un coche bomba en Omagh, al oeste de Belfast, que provocó la muerte de 29 personas y más de 220 heridos.
A diferencia de los casos español e irlandés, en Italia las Brigadas Rojas no llegaron a hacer nunca un pronunciamiento de disolución, sino que desaparecieron paulatinamente, especialmente a raíz del rechazo social y político que causó el secuestro y asesinato de Aldo Moro, dirigente de la Democracia Cristiana, en 1978.
Las Brigadas Rojas, grupo terrorista de extrema izquierda, nacieron en 1969 y convivieron con otros grupos de origen neofascista entre los que se destaca Orden Nuevo, responsable del asesinato de 17 personas en la Piazza Fontana de Milán el 12 de diciembre de ese mismo año.
De Italia vino la expresión “años de plomo”, ya que varios grupos terroristas de distinto signo ideológico se cobraron la vida de decenas de personas en la década del setenta.
El peor atentado fue la colocación de una bomba en el vestíbulo de la estación de trenes de Bolonia que costó la vida a 85 personas el 2 de agosto de 1980.
Dos terroristas de extrema derecha, miembros del Núcleo Armado Revolucionario (NAR), fueron condenados como autores materiales del atentado, aunque se especuló con que la autoría intelectual podía deberse a la Logia Masónica Propaganda Dos.
Otra de las organizaciones terroristas que alcanzó una notable repercusión internacional en la década del setenta fue la Fracción del Ejército Rojo en la República Federal Alemana.
Conocida como la banda Baader-meinhof (los apellidos de dos de sus fundadores, Andreas Baader y Ulrike Meinhof) cometió su primer atentado en 1971 y su año más sangriento fue 1977, cuando se sucedieron los asesinatos y los secuestros en el denominado ‘otoño alemán’.
Aunque sus víctimas no superaron la treintena de personas, fue una de las bandas terroristas más conocidas de la época.
También hubo terrorismo
en Francia, Grecia, Bélgica y Portugal con grupos que desaparecieron en la década del noventa. El siglo XXI comenzó solo con el IRA y ETA como organizaciones activas.
“Nuestro primer recuerdo es para todas las víctimas, víctimas que nunca debieron producirse”
Iñigo Urkullu, presidente del Gobierno vasco