Jeep Cherokee: una nueva cara a la creadora de las SUV medianas
Con un facelift en la Jeep Cherokee 2019, veremos si es capaz de mantener el nombre de una marca definida en las trochas
‘Jeep’. Un nombre con más de 75 años de historia. Las siete ranuras al frente, presentes desde los ‘yipaos’, identifican una marca con pura tradición todoterreno, incluso cuando muchos de sus vehículos son parte de la andanada de SUV y crossovers. La Jeep Cherokee 2019 es una camioneta que está en la mitad de estas dos posiciones.
Esta es una camioneta diseñada originalmente en la plataforma KL, en 2014, pero cambió su cara. La Cherokee original fue recibida con muchos interrogantes por su aspecto. El diseño frontal, con luces diurnas superiores y el sistema de iluminación en el bumper, fue duramente criticado.
Cuatro años después, Jeep corrigió esos errores y lanzó una camioneta con muy buena pinta. El principal cambio de diseño, al frente, lo muestra como un vehículo agradable. Las luces diurnas pasaron a ser una tira de diodos led, y las lámparas pasaron al mismo elemento visual. El resultado se suma a una parrilla más amplia, para un diseño frontal muy robusto.
En el resto del diseño no hay muchos cambios, excepto en los stops traseros y en la placa, que pasa a la puerta en vez del bumper. Aún así, el cambio en el interior es importante, ofreciendo un espacio de carga mucho más amplio. No hay opción de tercera fila.
También se destacan materiales interesantes y más refinados en el habitáculo, apenas para cinco personas. Los ocupantes cuentan con suficiente espacio para moverse. Asimismo, tienen sillas en cuero napa, y las delanteras tienen un gran número de selecciones. Sorprende que pueda ajustarse la altura del timón, pero no la profundidad.
Alma ‘trochera’
¿Dónde se prueba un Jeep? Obviamente, afuera del pavimento, en vías destapadas. La Jeep Cherokee 2019 se mueve muy bien, tanto dentro como fuera de la carretera. Ayudan un poderoso motor y una excelente caja automática de nueve velocidades, con levas en el timón.
El ruido que se produce al presionar el acelerador hace pensar que tiene un motor V8, pero no es tanto. Con seis cilindros en V y 3,3 litros de capacidad, produce 271 caballos de potencia. Además, el torque es excepcional, ayudado por la caja de nueve marchas, ajustada para una marcha más refinada.
Así, en carretera, uno se encuentra con una camioneta que en cualquier velocidad legal tiene muchos músculos, por ejemplo, para sobrepasos. Asimismo, la suspensión es cómoda, si bien un poco blanda para velocidad de autopista. Pero al entrar a terreno destapado, todas sus virtudes se multiplican.
La suspensión, que se sentía blanda, absorbe cualquier obstáculo, y el torque permite atravesar los terrenos más difíciles. También ayudan los modos de manejo, optimizados para arena, barro y nieve, deportivo o automático. En una marca como Jeep, cuyo fuerte es este ambiente todoterreno, todos estos son grandes premios.
La contraparte de esta capacidad llega al pasar por las estaciones de combustible. La Jeep Cherokee 2019 tiene una economía de combustible de hasta 35 kilómetros por galón en autopista. Pero en carretera quebrada o ciudad se resiente muy rápidamente, bordeando los 20 kilómetros por galón.
Al campo con todos los juguetes
En un vehículo familiar para el mercado estadounidense, los accesorios son una obligación. Entre otros, elementos como la cámara de reversa, obligatoria en dicho mercado, y control de crucero. También elementos de seguridad como los airbags, ABS y aire acondicionado.
Con todos estos elementos, llega la Jeep Cherokee 2019. Fiat Chrysler ha dotado su camioneta con una suite de tecnología en la que destaca el brillante sistema de infoentretenimiento Uconnect. Además de Android Auto y Apple Carplay, tiene un diseño muy intuitivo. Y algo cada vez más escaso: botones para funciones como volumen o aire acondicionado.
Asimismo, se destaca un aire acondicionado bizona, con ventilas dedicadas al asiento trasero. También se cuenta con tres puertos USB y dos puertos de 12 voltios, con lo que los cinco ocupantes podrían usar sus dispositivos electrónicos sin problema. Incluso elementos como sillas calentadas también están, para quien quiera descrestar a sus acompañantes.
Todo esto proviene de un mercado estadounidense, y al llegar a Colombia, encuentra una competencia muy complicada. Está a mitad de camino entre una Ford Escape o una Mazda CX-5 y una Chevrolet Trailblazer. La marca Jeep tiene un gran reconocimiento por sus capacidades, aunque su confiabilidad sigue en duda.
El nombre ‘Cherokee’ es un clásico. La generación XJ fue uno de los automóviles más queridos por miles de finqueros y trabajadores. Con ese recuerdo, y una cara mucho más aceptable, los precios pueden ser viables. A 130 millones de pesos no es una decisión rápida, pero sí es una opción muy importante a considerar. Sobre todo, con el pedigrí ‘trochero’ de las siete ranuras.