LES CONFIRMAN LIBERTAD A LOS PRESUNTOS AUTORES DE MASACRE
Los hermanos alias Carecortada y Ojón llegaron ayer al Palacio de Justicia para escuchar la decisión de un juez penal que tenía en sus manos la libertad o que volvieran a prisión.
En audiencia efectuada el 21 de agosto, un juzgado les otorgó a los hermanos y a otro hombre, conocido como Gilberto, presuntos implicados en la masacre del 5 de abril de 2018 en La Garrucha, la libertad por vencimiento de términos. La Fiscalía apeló de la decisión y pasó a manos de otro juez.
Ayer la decisión favoreció a Carecortada, Ojón y a Gilberto. El togado contó los días desde que se dio la captura, se les impuso medida de aseguramiento y se les formuló la acusación. Desde que todo empezó han corri
do 238 días, sin incluir los aplazamientos de audiencias por la defensa.
Esos plazos, según el juez, estuvieron bien calculados por su colega en primera instancia, lo que benefició a los procesados que siguen en libertad, pero vinculados al proceso. Al final los hermanos se abrazaron entre sí y con sus familiares, que estaban sentados en las bancas traseras de la sala de audiencias.
La masacre ocurrida el 5 de abril de 2018 se dio por un conflicto en la venta de drogas. En una finca, amarrados y con tiros de gracia, la Policía halló, luego de que el allegado de una de las víctimas les alertara, a cuatros fallecidos. 28 días después capturaron a los presuntos responsables. Los hermanos serían los autores intelectuales.
En las capturas, resultado de cinco allanamientos, también aprehendieron a una mujer, compañera sentimental de uno de los hombres, que tenía droga en su poder. Hoy no figura su nombre en el proceso.
Los hermanos serían los líderes de una banda que distribuía estupefacientes en Palestina, sobretodo en los sectores de Fundadores y Bello Horizonte.
Lo que habría motivado la masacre fue una decisión de Yony Esteban Echeverry Salazar, el fallecido natural de Palestina. Él era miembro de la banda de Carecortada y Ojón, pero decidió alejarse y montar su propio negocio de expendio entre Neira y La Garrucha. Eso molestó a los presuntos homicidas, pues también querían vender droga en ese corredor.
El palestinense puso a trabajar con él a los otros tres asesinados. Incluso, el día de la inspección técnica de los cuerpos las autoridades hallaron dosis de estupefacientes empacadas en la finca.