El crimen no paga, que lo diga el Chapo Guzmán
Desde hace tres años «el Chapo» Guzmán está encerrado en una prisión de máxima seguridad en Manhattan y sus abogados están suplicando que lo dejen comprar agua embotellada, poder salir dos horas al aire libre por semana y poder comprar tapones para los oídos porque no puede dormir en su celda por el excesivo ruido que produce el viejo aire acondicionado que hay instalado en su celda.
«El Chapo» que fue considerado uno de los mayores jefes del cartel mexicano de Sinaloa y es acusado de traficar a Estados Unidos más de 155 toneladas de cocaína, hizo llegar una carta al juez federal Brian Cogan , en la que le suplica que al menos le permita tener siquiera dos horas de recreación exterior por semana, acceso a la zona donde está la población carcelaria general, poder comprar seis botellas de agua por semana y acceso a un par de tapones de oídos para aliviar su dolor de oídos y ayudarlo a dormir».
Desde su detención el Chapo está detenido en aislamiento casi total en la cárcel de máxima seguridad de Manhattan, el Centro Correccional Metropolitano (MCC). Según sus abogados, sus condiciones de detención, durante más de dos años «sin aire fresco o luz natural» son «crueles e inusuales» y le han dejado «cicatrices psicológicas».
Encerrado en una celda de tres por cinco metros sin ventana, con la luz encendida las 24 horas, le ha provocado serios problemas de privación de sueño, causándole fatiga mental. «A raíz de su aislamiento, casi total, hay que repetirle las cosas varias veces para que las comprenda».
Además, al «Chapo le cae mal el agua del grifo, porque llega por tuberías viejas con moho y para evitar que se deshidrate o desarrolle cálculos en los riñones, buscan que pueda tomar agua de botella.
Desde el 15 de julio de 2019 y tras de haber sido sentenciado a cadena perpetua y 30 años de prisión por 10 delitos de narcotráfico en Estados Unidos, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán está incomunicado de todos y de todo.