EL TAPABOCAS, parte de los estilos de vida
ser el salvavidas y así evitar el contagio de covid-19.
Nadie imaginó que sería necesario usar tapabocas de manera permanente, y mucho menos que este accesorio personal, además de salvar vidas, podría sacar de la crisis a empresas o personas, y convertirse en el negocio de moda, como parte de la nueva normalidad.
Es un negocio serio que, en solo dos meses, creció de manera exorbitante en Colombia. Mientras a mediados de marzo pasado en el país había apenas 53 empresas o personas autorizadas por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) para producir o importar este accesorio, la entidad tiene registrados hoy 1.100 productores de tapabocas convencionales, quirúrgicos N-95 e industriales N-95. En el país, los fabricantes formales deben acogerse a la norma Icontec que rige para este producto, pero también es posible producirlos bajo las normas de cualquier otro país.
El fin: crear productos que se usen como un accesorio de moda, pero que a la vez protejan al usuario. El tapabocas dejó a un lado el labial en las mujeres y la barba o el bigote en los hombres.
El coronavirus no solo es una pandemia que ha generado caos sanitario, económico y social, sino que con el uso del tapabocas ha impactado estilos de vida elementales como la presentación personal.
Diseños
Esta nueva prenda está disponible masivamente en el mercado mundial, con una alta variedad de pintas, diseños, modelos y hasta excentricidades que van desde $200 (desechables) hasta más de un millón de pesos (con diamantes), según un informe de Portafolio.
En Colombia, los tapabocas quirúrgicos para labores médicas e industrias especializadas tienen un valor que llega hasta los $50.000 la unidad, de la referencia N-95, que cumple con las máximas especificaciones señaladas por las autoridades de salud, y establecidas por el Invima.
El accesorio del momento
En el mercado de puede evidenciar tapabocas con respirador, materiales de distinto calibre, lavables o desechables. La variedad es aún mayor cuando se trata de colores y diseño. Algunos llevan mensaje románticos, de campañas sociales, ambientales, protesta o solidaridad, infantiles y hasta de marcas empresariales. También están los decorados con mensajes patrióticos, tales como los colores de la bandera o el escudo de un país, e incluso del equipo de fútbol o el artista preferido.
Además de los fabricantes registrados ante el Invima, en Colombia hay cientos de micro y pequeñas empresas familiares dedicadas a producir este accesorio, casi que a manera de rebusque, ya que no se necesita permiso para su fabricación, por cuanto corresponden a protectores básicos y convencionales.
De lo médico a lo estético
Una vez que el uso del tapabocas se volvió una práctica extendida, el mercado respondió ofreciendo diferentes variedades y modelos, separándose de lo considerado como suministro médico para adentrarse en el terreno de la indumentaria.