Bogotá invadida
En la capital hay 20.819 asentamientos ilegales, muchos de los cuales constituyen barrios enteros sin vías ni servicios públicos. El Distrito pretende legalizar 214 de estas ocupaciones. ¿Sabe cuánto costaría llevar condiciones dignas a estos lugares?
Los asentamientos ilegales en Bogotá son un tema complejo que preocupa por varias razones: muchos están en zonas de protección ambiental y de alto riesgo de desastre; en algunos casos quienes ocupan los predios no hacen parte de población vulnerable, por ejemplo, la Secretaría de Hábitat ha encontrado familias con medicina prepagada y finca raíz en exclusivos sectores de Bogotá y el resto del país. También existen bandas criminales organizadas que negocian y estafan con las tierras, en grupos conocidos como tierreros; y finalmente, legalizar y llevar condiciones dignas a los asentamientos ilegales suele acarrear grandes costos para la administración distrital.
Cada año que pasa el número de asentamientos ilegales crece. La capital pasó de 15.832 en 2012 a 20.819 en 2016. Además, en 2003 había 813 hectáreas ocupadas ilegalmente mientras que el año pasado ya iban 3.690. A pesar de las escandalosas cifras, esta situación no es nueva ya que “el 21 por ciento del suelo urbano de Bogotá viene de origen informal. Ese es el diagnóstico que tiene el POT actualmente y el análisis se hace desde el acuerdo 6 de 1990”, asegura María Carolina Castillo, secretaria de Hábitat del Distrito.
En este momento Bogotá pretende legalizar 214 barrios, muchos de los cuales son ilegales desde hace más de 20 años. Las localidades donde se hará el mayor número de intervenciones son principalmente Ciudad Bolívar y San Cristóbal, seguidas de Usme y Rafael Uribe.
Cuando se habla de asentamientos ilegales es importante saber que existen cuatro tipos: consolidados, consistentes en construcciones edificadas en materiales definitivos como concreto, piedra, ladrillo, bloque, adobe y losas; en proceso, aquellos que presentan labores de edificación de por lo menos el primer nivel de la vivienda y donde se evidencia la presencia de materiales de construcción; provisionales, edificadas en madera, lata, plástico, lona, polisombra o cualquier tipo de material reciclable y por último los lotes, aquellos predios que presentan algún tipo de indicio de una futura construcción o desarrollo.