El incierto futuro de las basuras de Bogotá
La historia del basurero Doña Juana está a punto de terminar. Según la licencia ambiental otorgada por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), en 2022 el relleno tendrá que clausurarse y Bogotá deberá encontrar una nueva forma de gestionar las 6.300 toneladas diarias de desechos que genera.
Este plazo está en sintonía con una política nacional trazada a finales del año pasado en el documento Conpes 3874, según la cual los rellenos sanitarios existentes en el país deberán cerrarse apenas cumplan su vida útil y no habrá posibilidad de renovar sus licencias ambientales ni crear nuevos sitios de este tipo.
Aunque aún faltan cinco años para que se cumpla ese plazo, la administración distrital ya está recibiendo propuestas para implementar tecnologías de aprovechamiento de residuos. Las más acuciosas en este aspecto
El relleno Doña Juana se acerca al final de su vida útil y todavía no está claro el destino de las 6.300 toneladas de desechos que genera la ciudad diariamente.
han sido las propias comunidades vecinas de Doña Juana, quienes llevan varios años trabajando en una alternativa de tratamiento de desechos basada en la termólisis.
La razón de ese interés radica en una larga lucha social y ambiental de las comunidades del área de influencia del basurero, que se han visto afectadas por los malos olores y las plagas que se desprenden de ese lugar. Aparte de las medidas de mitigación y compensación establecidas en la licencia ambiental, las cerca de 300.000 personas afectadas por Doña Juana deberán ser incluidas en el esquema de gestión de residuos que remplazará al relleno sanitario.
Javier Reyes, líder de Asamblea Sur, la organización social que agrupa a los afectados por Doña Juana, explica que le han propuesto a la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) la implementación de un modelo de aprovechamiento para generar energía a partir de la termólisis de los residuos orgánicos que se generan en la ciudad.
La semana pasada, en una reunión con la subdirección de disposición final de la Uaesp, Reyes y otros líderes de Asamblea Sur presentaron los sustentos científicos, técnicos y financieros para la construcción de una planta con capacidad para transformar inicialmente 1.000 toneladas de desechos. La construcción y el montaje de la tecnología tomarían al menos dos años.