Mito o realidad
En Estados Unidos, Dewayne Johnson acaba de aceptar el pago de 78 millones de dólares que una juez de California le ordenó a Monsanto para indemnizar al exagricultor porque, según él, el herbicida Roundup incidió en el cáncer de piel que sufre y hoy se encuentra en etapa terminal.
La gigante de los agroquímicos, comprada en 2016 por la farmacéutica Bayer, quiere volver a apelar. Si en definitiva triunfa Johnson, sentaría un precedente importante para los cerca de 4000 demandantes en Estados Unidos que también alegan que el Roundup, y su concentración de glifosato es la causa del deterioro en su salud. En 2015, la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), adscrita a la Organización Mundial de la Salud (OMS), determinó que el glifosato era un compuesto “potencialmente cancerígeno” para los humanos. Una conclusión a la que llegaron luego de analizar cientos de investigaciones que evaluaban el impacto de la sustancia en humanos y animales. La profesora Zambrano explica que la IARC ubicó al glifosato en el grupo 2A (y no en el 1, en el que se encuentran las fuentes del cáncer, como el arsénico, el benceno o los rayos UV) porque hacen falta investigaciones que prueben el impacto del compuesto en la salud humana.