Reusar: la tendencia que no pasará de moda
La japonesa Marie Kondo, la gurú del orden, tiene un mantra: saquemos de nuestra vida todo lo que no genere alegría. Hacer esto también ayuda al planeta.
Ya no es un secreto. Todos somos cada vez más conscientes de que la industria de la moda genera un impacto en el planeta, del que no se salva nadie. Hay que tomar medidas y consumir responsablemente. La producción de ropa provoca aproximadamente 10 % de las emisiones globales de gases efecto invernadero. La industria de la moda consume más energía que el transporte aéreo, según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Claramente, los fabricantes deben revisar sus cadenas de producción y volcarlas a procesos más sostenibles que no desperdicien agua, no usen mano de obra ilegal y no derrochen los recursos. Pero los consumidores también deben sensibilizarse y empezar a controlar mucho más sus propias acciones.
Por el concepto del fast fashion (o la moda desechable), las tendencias exhibidas en las pasarelas más importantes del mundo aterrizan en los almacenes de ropa a muy bajos costos.
Muchas personas, conscientes del impacto de la industria de la moda, han creado movimientos importantes que mitigan en alguna medida los efectos nocivos de este sector sobre el planeta. Y han descubierto formas valiosas de encontrarle una segunda vida a lo que usan.
El efecto Marie Kondo
Personajes reconocidos, como la japonesa Marie Kondo, encontraron en la organización doméstica una forma de llevar alegría a muchos hogares y desintoxicar armarios.
Lili Ramírez, especialista en organización residencial, fundó Get Simple, miembro de la National Association of Productivity & Organizing Professionals (NAPO) de Estados Unidos. Su idea de crear una iniciativa especializada en la organización nació al descubrir que la mayoría de las personas se estresan al momento de guardar los adornos navideños y, por eso, almacenan cada cosa en el lugar menos apropiado, de la manera equivocada y en ocasiones de mala gana.
Ramírez comienza por pedirles a sus clientes visualizar el clóset de sus sueños. Después invita al descarte consciente, a salir de los artículos que ya no usan para ganar espacio en el clóset y, principalmente, visualizar mejor lo que hay y no tener que comprar. Según Lili, hay que hacerlo mínimo tres veces al año. Y, por último, llega el momento de ordenar con una técnica especial que hará todo más sencillo.
Lili organizó los armarios de tres mujeres ‘fashionistas’ para desintoxicar sus clósets y darles tips para ordenar mejor sus espacios. El resultado de este experimento saldrá al público en sostenibilidad.semana.com.
Las invitadas
Ita María (Ángela María Díez), consultora de marca, mercadeo y comunicación digital, bloguera de moda y miembro de Las Viejas Verdes. “La moda es un canal de comunicación y expresión, soy consciente de lo que me pongo y uso. Me regalan mucha ropa, demasiada; ahorita el problema es que tengo muchas cosas y poco espacio. Si voy a comprar algo, intento ser consciente del lugar donde lo compro, la procedencia, y trato de apoyar el diseño local, colombiano”, afirma Ita María.
Angélica Castillo, caleña creadora de la marca de turbantes Miss Balanta. “La moda es una herramienta con la que podemos mandar mensajes directos para generar cambios de pensamiento en cualquier ámbito de la vida. Desde que soy mamá me he vuelto mucho más consciente del consumo, entonces mi hijo ha usado mucha ropa heredada de su primo”.
Juliana Abaunza, comunicadora santandereana, otra Vieja Verde: “Cada vez trato de ser más consciente con mi consumo de ropa, aunque admito que debo seguir trabajando en el tema. Hubo una época en que compraba cada semana, pero me fui a vivir a Nueva York y descubrí que no necesitaba un clóset tan grande y aprendí a comprar ropa usada”.