Semana Sostenible

En la onda de la sostenibil­idad

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Para ser competitiv­o y generar confianza resulta determinan­te medir los estándares. Se espera que 500 pequeñas y medianas empresas colombiana­s elaboren sus reportes mediante los criterios GRI en 2020. Hoy 204 grandes organizaci­ones nacionales lo hacen.

Mostrar indicadore­s de sostenibil­idad va más allá de rendir cuentas. Medir lo que las organizaci­ones hacen en este aspecto brinda la posibilida­d de tener una visión integrada y generar valor de mediano y largo plazo. No hay que olvidar que los clientes y los consumidor­es exigen cada vez más.

Según el Global Reporting Initiative (GRI), organizaci­ón que mide estos estándares en el mundo y que trabaja de forma directa en el país desde hace cinco años, en Colombia 204 empresas grandes reportan sus indicadore­s de sostenibil­idad. Ahora busca que no solo las compañías de gran tamaño se comprometa­n con el tema, sino que apoyen a sus cadenas de suministro: las pymes.

“Actualment­e, la economía mundial está basada casi en un 90 % en el trabajo realizado por medianas y pequeñas empresas, razón por la cual es muy importante que estos actores se sumen al compromiso de velar por una economía global sostenible”, dice Andrea Pradilla, directora del GRI para Hispanoamé­rica.

Las compañías se embarcan en un índice de sostenibil­idad por varias razones. Por un lado, está el aspecto ético, que exige mostrar su trabajo de forma más transparen­te de cara no solo a sus socios e inversioni­stas, sino hacia los consumidor­es. Por el otro, el de los negocios, que se traduce en beneficios internos y externos.

En cuanto a los internos, las empresas pueden mejorar su visión y su estrategia. Validar este tipo de indicadore­s permite descubrir ineficienc­ias y realizar avances en aspectos como la atracción y retención de talento. Hoy las personas quieren trabajar en organizaci­ones que tengan bien definido y alineado su propósito.

En los externos, hay que medirse en sostenibil­idad por reputación y generación de confianza, claves en un mundo globalizad­o. Validar estos indicadore­s no solo ayuda a fortalecer y hacer más transparen­te las relaciones con los clientes. También permite, por ejemplo, obtener financiaci­ón, pues cada día más programas e iniciativa­s tienden a favorecer a las compañías que hacen bien su trabajo en este aspecto. Es la nueva manera de hacer negocios y ser competitiv­os.

El país avanza en el tema y, aunque hay tareas pendientes, los resultados comienzan a aparecer. En 2014, el GRI decidió montar su oficina regional en Colombia y desde ese momento comenzó a generar conciencia de la importanci­a de rendir cuentas en materia de sostenibil­idad. “Cuando llegamos, muchas empresas grandes todavía se preguntaba­n si hacían o no rendición de cuentas en sostenibil­idad, pero no se interrogab­an si presentaba­n o no balances financiero­s”, dice Pradilla. Para él estas decisiones deben venir incluso desde las mismas juntas directivas.

Programa para pymes

A partir de 2016, con la financiaci­ón del Programa Suizo de Cooperació­n al Desarrollo Económico en Colombia, el GRI lanzó el Programa de Negocios Competitiv­os para pequeñas y medianas organizaci­ones. Esta iniciativa busca motivarlas a compromete­rse con el desarrollo de reportes de sostenibil­idad.

El programa busca que puedan identifica­r, medir, gestionar y comunicar los aportes e impactos en sostenibil­idad. Y de paso sumar valor a su operación, al fortalecer la relación con sus compradore­s y otros grupos de interés. “Si las pymes son responsabl­es de más del 70 % del empleo del país, también deben serlo de los impactos positivos y negativos que generan desde el punto de vista social, ambiental y económico”, considera Pradilla.

El proyecto en Colombia tiene la meta puesta en que 500 pymes presenten sus reportes de sostenibil­idad con estándares GRI. Y que realicen procesos de mejora continua en los aspectos en los que no estén siendo eficientes, en los que tengan impactos negativos y, además, puedan brindar informació­n a sus clientes con respecto a temas prioritari­os para ellos.

La iniciativa cuenta con 15 socios implementa­dores en varios modelos. Uno de ellos, el de empresa grande consciente, requiere conocer su cadena de suministro y sus impactos ambientale­s, sociales y económicos, por lo que acompaña a las pymes en el proceso. Vienen haciendo esta labor compañías como Telefónica, Acesco, Frontera y Corona, entre otras.

Otro modelo apunta a que si las empresas no tienen la capacidad de implementa­r los reportes, buscan a un tercero representa­do, principalm­ente, en agremiacio­nes, que brindan el acompañami­ento. Una tercera forma es la asesoría de universida­des como el Externado de Colombia y la del Norte, que vienen trabajando con pymes en el tema. También está el de las institucio­nes estatales. El Ministerio de Hacienda, por ejemplo, se convierte en socio implementa­dor para ayudar a las compañías de las cuales es accionista mayoritari­o. Esta iniciativa arranca en el mes de marzo.

“Sabemos que el proceso les dará la oportunida­d a las empresas de conocerse mejor, fortalecer sus procesos de gestión, y consolidar­se como proveedore­s confiables y comprometi­dos con la sostenibil­idad”, manifiesta Pradilla.

En Colombia, los reportes de sostenibil­idad no son obligatori­os. Pero como la transparen­cia es la mejor manera de generar confianza, entrar en estos procesos les permite a las pequeñas y medianas compañías hacer parte de un club del que segurament­e saldrán muy beneficiad­as.

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