Efecto dominó
A Hernando García le preocupa enormemente la transformación de los bosques. Explica que los mayores cambios de paisajes andinos han tenido lugar entre los 2.000 y 3.000 metros de altura, en donde han venido desapareciendo. “El 70 por ciento de estos bosques ya no existe y detrás de su desaparición también ha llegado la de los bosques de palma de cera, que requieren de estos ecosistemas para reproducirse y permanecer. La palma de cera necesita bosques para sobrevivir”, enfatiza.
Para García, Tochecito es una “joya natural”, y, por eso, insiste en encontrar fórmulas para conservarla, pues de ella dependen miles de especies de flora y de fauna. Allí, por ejemplo, han aparecido registros de la danta de la montaña, una especie en peligro de extinción, al igual que del puma y muchas otras como tucanes y loros, entre los que se encuentra el emblemático orejiamarillo, además de mirlas. Tochecito es el futuro de la palma de cera en el país y por ello todos los esfuerzos para conservarlo vienen bien.