CONTROVERSIA
¿Podrá Colombia dejar de usar el glifosato?
Una hectárea cultivada recibe al año más de
26.000 litros de pesticidas. Por lo menos 93 de los usados en Colombia tienen glifosato como ingrediente activo. La dependencia de los químicos y el poco impulso de la agroecología distancian al país de una solución amigable con el ambiente.
En 2018, los cultivos colombianos recibieron un poco más de 115 millones de litros de plaguicidas. Así lo reportaron al Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) las 116 empresas que en el país producen este tipo de insumos de uso agrícola.
Esto significa que cada hectárea cultivada tuvo contacto con, por lo menos, 26.683 litros de estos compuestos químicos: en el país el área total sembrada equivale a 4.329.016 hectáreas, de acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) del Dane, correspondiente al primer semestre de 2019.
Productos como palma, algodón, maíz, caña de azúcar, tomate, arroz, además de los potreros para criar vacas, usan en mayor escala alguno de los 93 pesticidas con glifosato como ingrediente activo, según el ICA.
Este herbicida sigue siendo el más utilizado no solo en Colombia, sino en el mundo por su efectividad para combatir malezas y plagas, a partir de la mezcla con otros insecticidas.
Su empleo se da pese a los nocivos impactos en la salud humana y animal así como en el medioambiente, que evidencian más de 30 estudios internacionales y nacionales. Uno de ellos, el realizado por el Grupo de Investigación en Toxicología Acuática y Ambiental de la Universidad Nacional en los peces nativos de Colombia.
“En 1995 utilizaron 40 millones de litros de glifosato en el mundo y desde entonces su uso ha aumentado casi 15 veces”, dice Germán Vélez, ingeniero agrónomo y director de la Corporación Grupo Semillas.
Según la Cámara de Procultivos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), los productos finales con base en glifosato que venden en el país son, en su mayoría, de fabricación nacional (casi 85 por ciento de lo que se comercializa) y los ofrecen 45 empresas.
Ante este panorama, el Gobierno nacional pretende volver a implementar la aspersión aérea como una herramienta en la lucha contra el narcotráfico, a pesar de las 231 demandas instauradas en contra de la Nación por el uso de ese herbicida. Por eso surge el interrogante de si Colombia podrá algún día dejar de usar el glifosato, pesticida que desde 2015 la Corte Constitucional prohibió para fumigar los cultivos de uso ilícito mediante aspersión aérea.
Carrera por la agricultura limpia
Las opiniones están divididas. Manuel Rodríguez, exministro de Ambiente, no cree que algún país del mundo pueda dejar de utilizarlo por completo. Dice
“Es posible dejar de utilizar los pesticidas. Pero los costos de producir limpiamente son más altos y los tiempos muchos más largos. Por ahora es muy difícil”.
Guillermo Espinosa, agricultor de Toca (Boyacá)
que la agroecología, es decir, la agricultura amigable con el medioambiente, surgida como la principal alternativa para sustituirlo, no alcanza aún los niveles de productividad que sí tiene la agricultura intensiva.
“Para lograrlo habría que aumentar el área cultivada en un 30 o 40 por ciento, lo cual generaría un impacto ambiental muy alto porque habría que deforestar más para extender la agricultura limpia”, sostiene.
Asegura que de no ser así se podría registrar un déficit de alimentos y, por tanto, provocar hambrunas, tal y como sucedía antes de la denominada revolución verde entre 1960 y 1980, a partir de la cual empezaron a ser utilizados los pesticidas y fertilizantes en el agro, con el fin de mejorar la productividad, mas no la calidad nutricional.