Amazonia en pie
De la Macarena al Araracuara, este viaje al corazón de la selva muestra la grandeza de una creación de millones de años que sucumbe de manera irreversible ante la deforestación.conozca lo que no puede perder el planeta.
Todo está conectado desde hace millones de años. En verano, dantas, chigüiros, tortugas e infinidad de aves, que van de las sabanas a la selva amazónica, descansan bajo la sombra de los bosques que rodean ojos de agua que aparecen como oasis en medio de la inmensidad.
La lluvia drena y recarga pequeños caños que alimentan cauces más grandes. Cada mañana los ríos voladores que surgen de la transpiración del bosque, y que alcanzan a viajar incluso hasta los grandes páramos gracias a los vientos alisios que llegan del Atlántico, conforman una de las más maravillosas imágenes de la vida en la selva.
El ojo de Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, se agudizó con décadas de vivir y viajar por la selva. Conoce la dinámica de cada bosque, río, caño, y hasta distancias y medidas de los árboles. Este trabajo de seleccionar lo mejor del Amazonas, conforme a su visión, evidencia no solo la manera como ve la selva desde el aire en sus monitoreos permanentes de deforestación, casi que a ras de las copas de los árboles, sino la urgencia de preservar esta riqueza única en el planeta.