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La ciencia de La Pedregoza
Un estudio sobre el comportamiento nocturno de los primates y otro sobre las poblaciones forestales y su conexión con el incremento de escarabajos son apenas algunos ejemplos de las investigaciones científicas desarrolladas por La Pedregoza, en las que han sido esenciales las contribuciones de estudiantes y biólogos voluntarios que llegan allí cada año desde diferentes zonas de Colombia, así como de Alemania, Canadá y Haití.
La indagación sobre las especies de árboles nativos de la Orinoquia es otro de los aportes que esta reserva le ha hecho a la conservación. El trabajo inició en 2014 –cuando se convirtieron oficialmente en RNSC– y hoy, según dice Jennifer, es uno de los más completos de este tipo en el país.
Con estos esfuerzos aspiran a que especies como el congrio (Acosmium nitens), el aceite (Copaifera pubiflora) y el saladillo rojo (Caraipa llanorum) sean incluidas en el Certificado de Incentivo Forestal del Ministerio de Agricultura, lo que contribuiría a que los proyectos de siembra y restauración de bosques de Colombia tengan cada vez menos especies introducidas.
Madrina de otras reservas
Desde 2015 La Pedregoza es también una organización articuladora, lo que significa que puede acompañar a terceros en la constitución de nuevas RNSC. “Esto, sumado a un convenio que tenemos con WWF para el registro de nuevas áreas en el Vichada y la elaboración de planes de manejo para las reservas, ha hecho que tengamos una voz más activa en el Sistema Regional de Áreas Protegidas, y ha ampliado los esfuerzos de conservación en la Orinoquia”, explica la directora científica.
Al respecto, Hilayalit Rodríguez, gestora de Orinoquia de WWF, cuenta que por medio del proyecto GEF/SINAP –para la consolidación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap)–, la organización acompaña a los dueños de las RNSC en la creación de planes de manejo con un enfoque adaptativo frente al cambio climático, pues estos predios, al estar destinados a la preservación, restauración y uso sostenible de la biodiversidad, evitan las emisiones de gases de efecto invernadero y son un escudo contra el calentamiento global.
Rodríguez destaca que, más allá de lo técnico, esta reserva ha logrado construir un tejido social invaluable con los dueños de otros predios. “Gracias a los aportes que hizo Dexter y que ahora continúa haciendo su equipo, las personas han entendido que poner sus fincas al servicio de la conservación no significa perder la propiedad sobre ellas. Además, han aprendido que este tipo de iniciativas generan bienestar para las comunidades, especies y ecosistemas nativos”.
Un aporte invaluable
El 90 por ciento de La Pedregoza está dedicada a actividades para conservar los ecosistemas. Gracias a esto, se han podido restaurar las funciones ecológicas del bosque, entre ellas, la de provisión de alimento y sombra para animales como dantas, zorros, monos aulladores y chigüiros. También, se han recuperado las zonas adyacentes al Bita, ese río que se