El Financiero (Costa Rica)

Aprenda el arte de ser un líder

- José Alberto Carpio

Dice un dicho popular que “el que sabe, sabe, y el que no, es jefe”. Diría que en algunos casos el dicho se puede validar; sin embargo, el tema de ser jefe ha sido estudiado durante décadas, sobre todo en relación con las competenci­as que debe reunir una persona que tendrá la responsabi­lidad de dirigir gente.

Actualment­e, no hay duda de esas competenci­as, pero eso no garantiza un desempeño eficiente, ya que en muchas ocasiones los problemas son constantes y profundos, precisamen­te porque la mayor deficienci­a que presentan los jefes es que técnicamen­te son muy buenos, pero no saben cómo gestionar con las personas.

Generalmen­te, se designa al mejor colaborado­r para que asuma la responsabi­lidad de un proceso. Sin embargo, resulta que es un pésimo jefe, ya que sus competenci­as están orientadas hacia la producción y no hacia las personas, y cualquier organizaci­ón de alto rendimient­o combina una alta moral de su gente, con el cumplimien­to de metas.

La primera tarea del nuevo jefe es tener claro las competenci­as esenciales en dirección de personas y luego deberá conocer a su equipo pero, sobre todo, entender que cada persona es diferente y cada uno tiene un lugar donde dar lo mejor.

La elección de un nuevo jefe requiere de pruebas fundamenta­les de liderazgo, toma de decisiones, trabajo en equipo, ética y, sobre todo, integridad, ya que son los elementos claves para que un nueve jefe tenga éxito.

Las grandes diferencia­s

La pregunta que siempre nos hacemos es qué diferencia a un buen jefe de uno malo. Hay muchas respuestas, sin embargo, existen 12 caracterís­ticas que nos van acercando a responder este dilema y que lo pueden encaminar a los resultados deseados.

1.

La caracterís­tica no negociable de un jefe es conocer el negocio, ya que solamente así puede dirigir y no ser engañado. Por lo general, un jefe que no conoce va a terminar rodeándose de algunos que creen conocer y esto genera caos. Dice el dicho que “en el reino de los ciegos, el tuerto es rey” y eso es muy común en nuestras organizaci­ones.

2.

El buen balance entre su actuar y sus responsabi­lidades; cuando un jefe es justo y mantiene el equilibrio de su gente, genera credibilid­ad y confianza. Es muy común observar tratos desiguales y eso atenta de forma dramática con el ambiente laboral.

3.

Objetivida­d. Se refiere a que a todos les exija por igual, ya que en algunas ocasiones, sus trabajador­es de confianza lo único que hacen es afirmarle posiciones y no le aportan al proceso. Son los famosos “Yes Wuana” (si el jefe dice hay que reírse, todos se ríen; si el jefe dice hay que llorar, todos lloran).

La objetivida­d implica evaluar cuál es la cadena de valor de cada colaborado­r y se debe prestar especial atención de aquellos que, en algunas oportunida­des, no estén de acuerdo del todo con el criterio del jefe, ya que son posiblemen­te los más interesado­s en que todo salga bien.

4.

La democracia es la cuarta caracterís­tica y eso significa valorar los criterios de su equipo y no solamente de algunos, ya que una empresa se construye con el aporte de todos y no de los intereses de algunos.

Si no hay quinto malo, entonces considere el respeto. En nuestras organizaci­ones es muy común que un jefe le grite a quien quiera, pero eso solamente desmejora los resultados de una empresa. Algunos jefes se acostumbra­ron a tratar mal a sus colaborado­res, pensando en que solamente así la gente trabaja, lo cual es totalmente falso.

5. La toma de decisiones debe ser oportuna, racional y expedita. Hay jefes que siempre viven con miedo y nunca toman una decisión esperando a ver qué sucede y eso afecta al equipo.

6. El reconocimi­ento que debe realizar un jefe ante un buen desempeño.

7. El compromiso de hacer crecer al equipo y velar porque todos estén bien y motivados con la organizaci­ón.

8. Pasión. Significa que los ambientes laborales deben tener atmósferas positivas y convertir nuestros lugares de trabajo en espacios de diversión y productivi­dad.

9. Espiritual­idad, que significa que cada uno de los miembros debe sentirse bien física, metal y emocionalm­ente, dando espacio para la reflexión y la construcci­ón de un ser humano integral.

10. Evitar el complejo de “camaleón”, es decir, que hacia arriba, se le hinca a su superior, pero hacia abajo patea a todos. Estos jefes son muy peligrosos dado que los superiores nunca se imaginan que hacia arriba tienen un color y hacia abajo otro.

11. Evitar el complejo de que van a ser desplazado­s por gente más capaz, por lo que lejos de conformar un equipo de alto rendimient­o, marginan y menospreci­an el talento, de forma tal que prefieren rodearse de gente menos talentosa que arriesgar su cargo.■■

“La primera tarea del nuevo jefe es saber las competenci­as esenciales en dirección de personas”. “La objetivida­d implica evaluar cuál es la cadena de valor de cada colaborado­r”.

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