¿Espectadores de sofá?
Despotricar en las redes sociales sobre el rumbo del país equivale al comportamiento de un fanático de perilla gritándole al DT desde su sofá: el desahogo tiene cero impacto sobre el resultado.
Dado el sentido de urgencia y la crisis que atraviesa Costa Rica, todos, incluyéndome, debemos hacer un alto y pensar en cómo aportar de manera más eficaz y constructiva.
No podemos quedarnos como espectadores y dejar en manos de unos pocos la definición y ejecución del rumbo de la nación; hoy más que nunca el país nos necesita a todos. Y si no ayudamos de alguna manera la culpa también será nuestra; nos convertiremos en cómplices del descalabro.
El asunto clave es: ¿Qué podemos hacer? Debemos involucrarnos de cualquier forma, ya sea en política o activismo comunitario o nacional. La política se ha convertido, lastimosamente, en mala palabra y aleja a muchos. Pero si no nos metemos, se meten los malos. Ese vacío siempre se llena, ni lo dudemos.
Identifiquemos aquellas causas que son importantes para nosotros (cualquiera, desde protección del ambiente, protección animal, asuntos sociales, apoyo en campaña o inclusive algo tan específico como el cuido del parque del barrio) y tratemos de ser agentes de cambio positivo para esos temas desde alguna plataforma, política o no.
Y por supuesto, como mínimo, hay que votar, ojalá de una manera informada y racional… Es el colmo que la apatía electoral esté a niveles del casi 40%. Eso es inaceptable e inexcusable para una democracia como la nuestra, y estoy convencido de que el que no vota pierde mucho de su derecho a reclamar.
No les voy a decir que dejemos de quejarnos. Todo lo contrario, ¡quejémonos bien fuerte! Pero eso sí, con autoridad moral. Y con acciones que acompañen ese descontento, porque, como dice un refrán muy sabio: “Si no ahora, ¿cuándo? Y si no nosotros, ¿quiénes?”.