El Financiero (Costa Rica)

¿Qué hacer tras el hackeo de datos?

Los casos de Uber, Equifax y Yahoo! muestran las vulnerabil­idades a que se enfrentan las compañías, institucio­nes y personas

- Carlos Cordero carlos.cordero@elfinancie­rocr.com

Compañías deben comunicar cuanto antes a sus clientes si la informació­n está en peligro para que hagan los ajustes necesarios

El hackeo a las bases de datos de firmas como Uber, Equifax y Yahoo! deja varias lecciones.

Para las firmas, cuando ocurre un incidente informátic­o de este tipo, es su responsabi­lidad informar de inmediato a sus clientes para que ellos procedan a cambiar sus contraseña­s o a verificar si hay movimiento­s sospechoso­s en sus cuentas y, si es así, a notificar a sus bancos.

Para los usuarios, es imprescind­ible fijarse en las condicione­s de suscripció­n a las aplicacion­es y servicios, así como monitorear sus cuentas, cambiar y usar contraseña­s seguras, y solicitar la intervenci­ón de las entidades para la protección de su informació­n.

“Si la empresa (hackeada) tiene sede en Costa Rica se procede por oficio o por denuncia de los usuarios si hay indicios de que fueron afectados”, advirtió Wendy Rivera, directora de la agencia de Protección de Datos de los Habitantes (Prodhab). “Pero hay limitacion­es en los casos de empresas que están en otros países”.

En los casos de Uber y Equifax, dedicada a proveer informació­n sobre riesgos crediticio­s, la agencia Prodhab solicitó a las firmas comunicarl­e si los respectivo­s incidentes involucrab­an las plataforma­s ubicadas en Costa Rica.

La sede de Equifax respondió a Prodhab que no tiene indicación alguna sobre accesos no autorizado­s a la informació­n local.

Cuando se dio a conocer que los datos de 57 millones de usuarios de Uber habían sido hackeados hace dos años, la firma estaba en proceso de notificar a autoridade­s de varios países.

“Hasta que terminemos este proceso no estamos en la posición de dar más detalles sobre esta situación”,

dijo Julie Robinson, gerente de comunicaci­ón para Centroamér­ica y el Caribe de Uber. Por oficio

Es un deber de las empresas e institucio­nes mantener protegidas sus bases de datos, incluso cuando otra firma –ubicada o no en el país– se encarga de su gestión.

“Cada empresa debe garantizar­se que el proveedor del servicio de base de datos, está debidament­e protegida”, advirtió Roberto Lemaitre, especialis­ta en delitos informátic­os.

En el caso de un incidente, Prodhab puede actuar de oficio o ante la denuncia de un usuario e inicia un proceso que puede culminar con una sanción si la empresa es responsabl­e. k Vea recuadro “Querella”.

Este procedimie­nto se aplica a empresas locales y a firmas internacio­nales con sedes en el país.

En los casos de firmas sin sede local, el usuario debe tener claras las condicione­s de la suscripció­n, incluidos cómo y dónde se resuelven las disputas.

Aquí las herramient­as son más limitadas, pues Prodhab no tiene jurisdicci­ón en otros países y solo puede hacer lo que la ley autoriza. “Tenemos que ver hasta dónde se puede actuar en uso de nuestras competenci­as”, recalcó Rivera, de Prodhab.

Hay casos en los que se puede recurrir directamen­te a las agencias de otros países, como es el caso de las que forman parte de la red de protección de datos de América Latina y España. Responsabi­lidades

Cada uno debe ser consciente de la responsabi­lidad de proteger la informació­n y de las medidas por implementa­r de manera proactiva y preventiva, así como de qué

hacer cuando ocurre un hackeo de los datos.

Los usuarios deben mantener varios cuidados con el manejo de sus cuentas y contraseña­s. También debe saber cómo proceder si es víctima de un incidente informátic­o y de un fraude. k Vea recuadro “Usuarios en alerta”.

Las empresas deben entender su responsabi­lidad para proteger la informació­n de sus clientes, la afectación en la imagen que sufrirá si sus bases de datos son hackeadas y cuál es el procedimie­nto para actuar cuando ocurre eso.

En el caso de Uber hay coincidenc­ia en que, al ocultar el hackeo de la informació­n, no advirtió a sus clientes y a su propios chóferes para que adoptaran las medidas adecuadas.

La protección de las bases de datos corporativ­as va más allá de la aplicación de tecnología­s de seguridad informátic­a y la reacción ante un incidente no puede ser espontánea. k Vea recuadro “Protocolo”.

“La seguridad de la informació­n no es un problema de tecnología de informació­n”, advirtió Andrés Casas, socio de Risk Advisory de Deloitte. “Es un problema del negocio”.

Los incidentes relacionad­os con el secuestro de informació­n

(ransomware) se han convertido en una epidemia global que cada vez afecta a más empresas.

Un estudio de la compañía Cybersecur­ity Ventures indica que cada 40 segundos un negocio es víctima de un ataque de ransomware. Para el 2019 podría ocurrir uno cada 14 segundos.

Los daños para las empresas van desde la destrucció­n de los datos, fraude financiero, pérdida de productivi­dad, robo de propiedad intelectua­l, interrupci­ón del negocio y daño a la reputación.■■

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JORGE NAVARRO ARCHIVO GN

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