El Financiero (Costa Rica)

Apetito por dolarizar ahorros no mermó en seis años

Porción de activos en moneda extranjera se ha mantenido estable, en un 35%, pero crece más que la de colones. Desconfian­za en moneda nacional y volatilida­d del tipo de cambio no han afectado la composició­n

- María Fernanda Cisneros maria.cisneros@elfinancie­rocr.com

La liquidez en dólares de Costa Rica lleva seis años prácticame­nte estancada. Esta moneda no ha cedido terreno y los colones tampoco han ganado espacio.

La desconfian­za en la moneda nacional y las volatilida­des del tipo de cambio han mantenido sin cambios la participac­ión de cada moneda en la liquidez.

Esto no quiere decir que el dinero en dólares no crezca, de hecho en el último año y medio ha sido más dinámica que la de colones.

Lo anterior se explica por el alza que experiment­ó el precio del dólar a mediados de 2017 y el premio que ganó esta moneda por encima de la nacional.

¿De qué está compuesta la liquidez? De todos los activos financiero­s que usa la población para hacer trámites, sean depósitos a la vista y a plazo, fondos de inversión, cheques e inclusive el efectivo que circula en las calles.

Entonces, los ahorrantes e inversioni­stas son los que definen el comportami­ento de la liquidez, según la dinámica de variables económicas como el tipo de cambio y las tasas de interés. También, el Banco Central puede aplicar medidas de política monetaria para que los colones no pierdan atractivo.

Los ahorrantes se inclinaron con más fuerza por los dólares cerca de la crisis económica de 2008. En ese año, el 43% de la liquidez total estaba en moneda estadounid­ense.

A diciembre de 2017, la liquidez de Costa Rica alcanzó los ¢20,3 billones y los dólares toman el 35% del monto, 8 punto menos.

Sin embargo, esa reducción se dio en su mayoría entre 2010 y 2012, periodo en el que la liquidez en dólares bajó cada año de forma consecutiv­a.

Desde entonces y en los últimos seis años, la repartició­n de la liquidez entre una moneda y otra se mantiene prácticame­nte sin ninguna modificaci­ón.

La brecha en el crecimient­o de los activos en cada moneda se agudizó entre enero y julio de 2017. Por ejemplo, en mayo, los dólares crecían 12,6 puntos porcentual­es más que los colones, lo que coincide con el hecho de que el dólar casi llegó a ¢600 en ese mes.

¿Qué mueve la dolarizaci­ón?

Las dudas sobre la volatilida­d del tipo de cambio y la desconfian­za que genera la moneda nacional son parte de las razones que han llevado a esta realidad.

La incertidum­bre cambiaria ante el régimen de flotación administra­da –que llegó en 2015– es uno de los factores que han generado dudas en la preferenci­a por una u otra moneda.

Aunque el Banco Central ha demostrado que está dispuesto a intervenir –comprar o vender dólares para la estabiliza­ción del tipo de cambio– no se sabe a ciencia cierta cuándo lo hará.

Asimismo, todavía prevalecen rezagos de la política cambiaria de minidevalu­aciones que hace que algunos ahorrantes de elevada edad prefieran mantenerse en dólares, explicó el economista William Calvo.

Además de eso, la incertidum­bre ante un periodo electoral o la simple desconfian­za sobre el comportami­ento que tendrá el colón, inciden en que el inversioni­sta busque una moneda segura de inversión y entonces también aumentan los ahorros e inversione­s en dólares.

Una porción de los inversioni­stas siempre acudirá a los dólares para cubrirse de la inflación, el tipo de cambio, periodos electorale­s o incertidum­bre ligada a temas locales, explicó Esteban Chavarría, gerente de Análisis Económico de Scotiabank.

Esto no puede desligarse de las perspectiv­as al alza en las tasas de interés internacio­nales por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Aunque la Fed habló de tres incremento­s para este 2018, hay quienes piensan que se darán únicamente dos anuncios al alza.

El lado negativo de una dolarizaci­ón alta es que las medidas que tome la autoridad monetaria pierden efectivida­d.

No todo es malo. En la otra cara, están los beneficios de que el país mantenga cierto nivel de dolarizaci­ón. Uno de los efectos a favor es que evita que los capitales salgan del país. También, refleja la fortaleza de las relaciones comerciale­s que Costa Rica mantiene con el mundo, que en una gran porción utiliza el dólar para negociar.

Para las personas y empresas, el nivel de dolarizaci­ón correspond­e a sus necesidade­s, ya que una de las principale­s funciones del dinero es servir como medio de cambio, de ahí la importanci­a que tiene para esos agentes económicos tener dólares, explicó el economista Melvin Garita.■■

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