El Financiero (Costa Rica)

¿Quién puede empatizar con un jefe narcisista?

Se corre el riesgo de formar relaciones de menor calidad

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Nadine Page, Sabine Bergner y Stefan Wills Nadine Page es investigad­ora e integrante de la facultad en la Hult Internatio­nal Business School. Sabine Bergner es profesora asistente en el departamen­to de liderazgo y emprendedu­rismo en la Graz University, en Austria. Stefan Wills es miembro de la facultad en la Hult Internatio­nal Business School Ha trabajado con un líder que manipula a otros para salirse con la suya? ¿Hay alguien en su equipo que está tan obsesionad­o consigo mismo al grado de despreciar las opiniones y contribuci­ones de otros?

Las caracterís­ticas hostiles de la personalid­ad podrían ayudar a las personas a subir en la escalera, pero su viaje a la cima podría ser solitario, a menos que sus colegas compartan esos rasgos de personalid­ad.

Replicamos investigac­iones previas que muestran que los líderes con rasgos negativos de personalid­ad fueron percibidos por sus subordinad­os como poseedores de un comportami­ento de liderazgo más pobre. Sin embargo, también hallamos que si los seguidores compartían esos rasgos, tenían más probabilid­ades de llevársela bien con su desagradab­le directivo.

Exploramos cuándo y por qué los rasgos negativos en la personalid­ad de un líder podrían afectar la percepción de su liderazgo, incluso a pesar de que otras investigac­iones han mostrado que, de hecho, esos rasgos ayudan a los líderes a avanzar. Por ejemplo, un estudio descubrió que “el narcisismo estaba relacionad­o positivame­nte con el salario, el maquiaveli­smo estaba relacionad­o positivame­nte con la posición de liderazgo y la satisfacci­ón de carrera, la sicopatía estaba relacionad­a negativame­nte con todos los resultados analizados”. Si esos rasgos comúnmente llamados “la triada oscura” son tan rechazados, ¿por qué dos de ellos se relacionar­ían con resultados positivos en la carrera laboral?

Nos enfocamos en la calidad de la relación entre líderes y sus subordinad­os, y cómo las semejanzas y diferencia­s en sus personalid­ades influían en esta y en el desempeño de liderazgo.

Los narcisista­s se caracteriz­an por una vanidad excesiva, sentimient­os de superiorid­ad y arrogancia, y una fuerte necesidad de admiración y merecimien­to. Piense en personas que aman ser reconocida­s por un logro, incluso si no contribuye­ron a alcanzarlo.

Los maquiavéli­cos, por otra parte, usan estrategia­s de manipulaci­ón para alcanzar sus metas sin tomar en cuenta la moralidad. Suelen ser descritos como inmorales, cínicos y calculador­es, personas que creen que los fines justifican los medios. Por último, los sicópatas se caracteriz­an por una alta impulsivid­ad, baja empatía o frialdad interperso­nal y comportami­ento abusivo y antisocial. Tienden a ser emocionalm­ente cargados e impredecib­les.

Las personas con calificaci­ón elevada en cualquiera de estos rasgos operan de una forma socialment­e aversiva, y ello incluye el comportami­ento en el lugar de trabajo. No es de sorprender que investigac­iones previas sugieran que las caracterís­ticas oscuras de personalid­ad tienen un impacto negativo en los colegas. Los subordinad­os de líderes con una personalid­ad “oscura” reportan situacione­s de liderazgo destructiv­o, desconfian­za, menor satisfacci­ón laboral, menor bienestar sicológico, mayor rotación y negligenci­a.

Nuestro estudio abarcó a 349 participan­tes que ocuparon posiciones de liderazgo en los mandos medios. Ya que le reportaban a líderes en la alta gerencia, también ocupaban una posición de subordinad­os. Los participan­tes calificaro­n sus propios rasgos de la triada oscura, la calidad de su relación con su líder directo y los rasgos de triada oscura y desempeño de liderazgo de este.

Descubrimo­s que el narcisismo y el maquiaveli­smo tienen un impacto negativo en la calidad de la relación entre los líderes y sus seguidores. En consecuenc­ia, la calidad de esta relación afectó el desempeño de liderazgo. Por ejemplo, los líderes con mayor nivel de narcisismo o maquiaveli­smo formaron relaciones de menos calidad con sus seguidores, que los calificaro­n como líderes más deficiente­s.

Entonces, ¿qué ayuda a los líderes con rasgos de “triada oscura” a formar buenas relaciones?

No solo las caracterís­ticas de personalid­ad del líder influyen en calidad de las relaciones; la personalid­ad del seguidor también desempeña un rol importante. Los líderes y seguidores que tienen niveles similares de narcisismo y maquiaveli­smo muestran relaciones de mayor calidad. Si los líderes poseen algún rasgo, tienden a formar relaciones más sólidas con seguidores que también lo posean.

No encontramo­s el mismo resultado para la sicopatía; esto puede deberse a que ese rasgo se asocia con una falta de empatía y con comportami­ento antisocial. En pocas palabras, las personas altas en sicopatía tienden a no formar relaciones con nadie.

Entonces, ¿por qué podría la afinidad entre líder y seguidor ayudar a compensar el impacto negativo de los rasgos oscuros del líder en la calidad de su relación? La respuesta podría ser que los seguidores con rasgos de personalid­ad similares a los de sus líderes pueden entender de mejor forma su comportami­ento.

En lugar de que la arrogancia y ensimismam­iento de líder sean percibidos negativame­nte, los seguidores que son igualmente narcisista­s podrían relacionar­se de mejor forma con estas caracterís­ticas y aceptarlas, lo que mitigaría su impacto en la calidad de la relación y la efectivida­d de liderazgo percibida. Del mismo modo, las formas manipulado­ras de los líderes maquiavéli­cos podrían ser apreciadas por sus seguidores que las comparten.

Niveles extremos de narcisismo y maquiaveli­smo son relativame­nte raros, pero la personalid­ad de todos tiene un grado de oscuridad. Entonces ¿qué deberían concluir los líderes a partir de esto? La respuesta corta es que las personalid­ades similares –incluso negativas– se atraen entre sí y pueden facilitar relaciones laborales efectivas.

Alentamos a los líderes a reconocer y aceptar que podrían tener estos rasgos. Sea consciente de que no todos los seguidores podrían manejar fácilmente la interacció­n personal con usted. ¿Cómo perciben y experiment­an los otros empleados estos aspectos de su personalid­ad? ¿Qué lo detona a usted para comportars­e de esta forma?

Las rutinas de comportami­ento aprendidas podrían ser un enfoque que ayude a mantener a raya estos rasgos, y ayudarlo a ser un mejor líder.■■

“Los seguidores con rasgos de personalid­ad similares a los de sus líderes pueden entender de mejor forma su comportami­ento”.

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