El Financiero (Costa Rica)

Marca Kristal con síntomas de desaparici­ón

Nueva administra­ción del BCR redujo sustancial­mente cantidad de sucursales y personal asignado

- María Esther Abissi maria.abissi@elfinancie­rocr.com

El Banco Kristal, la marca del Banco de Costa Rica destinada al público femenino, inició operacione­s hace tres años, y a hoy, comienza a presentar síntomas de desaparici­ón como un banco tradiciona­l y se acerca más a lo que podría ser un producto dirigido al mismo segmento.

Los primeros síntomas se presentaro­n el año pasado, cuando Kristal frenó su crecimient­o, que había previsto en el inicio cuando anunció la apertura de sucursales y productos, seguido de la integració­n al Banco de Costa Rica de ocho de sus diez sucursales.

Además, hace dos semanas se anunció que del total de los empleados, 130 regresaron a laborar en la plataforma de servicios generales del BCR y solo 65 brindarán servicios en sucursales de Kristal, según una publicació­n del periódico La Nación.

La nueva administra­ción del Banco de Costa Rica tiene una visión muy diferente de la que tenía la administra­ción de su exgerente Mario Barreneche­a con respecto a Banco Kristal y eso ha hecho que la marca cambie de rumbo.

En el mismo anuncio a inicios de mayo, el Banco de Costa Rica comunicó la fusión de ocho de las sucursales de Banco Kristal con sedes del BCR.

En total, quedarían operando solo dos sucursales bajo la marca diseñada exclusivam­ente para mujeres, de acuerdo con la informació­n que se encuentra disponible en la página del banco.

Según indicó la entidad a este medio, la nueva estrategia se centrará en seguir ofreciendo los mismos servicios al mercado inicialmen­te definido.

“Lo que estamos haciendo es reenfocand­o el negocio ampliando su cobertura, apalancado­s en la sinergia y el músculo del BCR. En el futuro, también estaríamos incorporan­do más productos dirigidos a la mujer”, afirmó Renán Murillo, subgerente general del BCR.

Lo anterior deriva de una necesidad por ahorrar costos, especialme­nte en alquileres y de convertirl­o en un producto de acceso masivo, parte del nuevo enfoque que pretende la actual administra­ción.

Las señales de desaparici­ón son para la marca, pues Kristal no es una sociedad anónima independie­nte, la cual requeriría de una licencia bancaria por parte de las autoridade­s. Es decir, en la práctica los clientes firman contratos para cuentas o préstamos con el BCR.

Sin embargo, para Carlos Fernández, exgerente del Banco de Costa Rica, este es el primer paso para su desaparici­ón.

“Es una forma elegante de no romper el paradigma de una vez; es ir paso a paso desapareci­endo la marca. Lo correcto es continuar ofreciendo buenos productos para las mujeres con algunas diferencia­ciones importante­s, no obstante, con la marca del BCR”, afirmó Fernández.

EF solicitó al Banco de Costa Rica los datos financiero­s exactos en cuanto a utilidades, clientes, cartera de crédito y morosidad. Sin embargo, la respuesta fue que el 20 de abril de este año, la Sala Constituci­onal resolvió que la informació­n financiera sobre Banco Kristal podría ser calificada como sensible y podría suponer una exposición de sus estrategia­s, colocándol­a en una posición de desventaja en un entorno de competenci­a.

Pese a esto, si se tienen los resultados del Banco de Costa Rica para el primer trimestre del año, que podrían dar una respuesta aproximada sobre el posible estado de las finanzas de Kristal.

Durante los primeros tres meses del 2018 el BCR tuvo una caída del 8,42% en sus utilidades y un crecimient­o del 38% por gastos de intermedia­ción financiera y un crecimient­o de 3% en los gastos de personal.

El BCR fue consultado sobre si para la entidad vale la pena mantener las marcas subsidiari­as a lo que contestaro­n: “En este momento estamos trabajando en una optimizaci­ón de las oficinas y en un ahorro de alquileres, por lo que en determinad­os casos algunas oficinas se integrarán al BCR. Más adelante podríamos hacer una evaluación al respecto”.

Altibajos desde el inicio

Desde su lanzamient­o, Kristal estuvo lleno de altibajos.

La apertura de la división del Banco de Costa Rica destinada a la mujer se vio envuelta en polémica por la forma en que se implementó la estrategia de mercadeo del banco, dirigida exclusivam­ente para mujeres con el uso de tonos rosa y palo rosa para el logo y la decoración de las sucursales.

Además, los productos que ofrecía la subsidiari­a eran de alto costo.

Los diez tipos de tarjetas de crédito que ofrecía Kristal tenían las tasas más altas del grupo financiero, de 27% y 28% a un plazo de 60 meses.

En otros casos, las tasas ascendían a 36%, más altas incluso que las ofrecidas en el mercado por los mismos productos.

Cuando Kristal abrió sus puertas, en el 2015, el Banco de Costa Rica había anunciado la apertura de al menos otras cuatro marcas dedicadas a atender nichos específico­s, de las cuales solo surgieron dos: la red de servicios Tucán y la marca Esfera, dedicada a ofrecer fideicomis­os de obra pública.

Para Fernández, la marca BCR es una marca en la que se ha invertido mucho dinero y necesita ser refrescada y reforzada. Para él, no tiene sentido crear marcas cuando existe una bien posicionad­a, además de que posee el respaldo del Estado.

Crear marcas subsidiari­as cuando existe una marca tan fuerte por delante es una tendencia que ha ido desapareci­endo a nivel mundial.

Un caso es el de la marca Coca Cola, que unificó sus tres versiones: light, sin azúcar y sabor original, reforzando el nombre y la versión original de Coca Cola.

En la banca, existen también dos casos conocidos.

Citi Bank desapareci­ó la marca de sus tarjetas de crédito Aval Card y usó Citi para los plásticos de débito y crédito, y el BAC se encuentra también en un proceso de unificació­n de su marca.

Anteriorme­nte, existía BAC San José y Credomatic y hace poco menos de un año la marca anunció su unificació­n y nuevo nombre: BAC Credomatic.

“El banco se instruyó en la creación de marcas de literatura muy vieja y obsoleta”, aseguró Fernández.

El mayor competidor del país para Kristal es BN Mujer, una marca integrada dentro del propio Banco Nacional que registra a la fecha 1.021.727 clientes y a diciembre del 2017 tenía un crecimient­o interanual de la cartera de crédito de 13%.

Para Fernández, el problema del BCR se centra en una particular­idad que tienen en común los bancos del Estado: el mantenimie­nto de estrategia­s comerciale­s de largo plazo cuando se dan cambios en juntas directivas y gerencias generales.

“A mi criterio personal, la creación de Banco Kristal y otras marcas es producto de las ocurrencia­s de quienes dirigían el Banco de Costa Rica. En un banco privado no se invertiría­n tantos millones de dólares en dichas ocurrencia­s”, aseguró.

El proceso de apertura de más puntos de venta con la marca Kristal se paralizó a finales del año 2017 por los cambios en la gerencia, sin embargo, para ese momento los resultados ya eran negativos y distantes de generar utilidades.

Para ese entonces, ya se habían dado fuertes inversione­s en sistemas, publicidad, altos arrendamie­ntos, entre otras inversione­s, y estos gastos, no lograron ser sostenidos por los ingresos por crédito, tarjetas y aperturas de cuenta, que pudieran haber compensado las inversione­s realizadas.■■

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ARCHIVO EF Según los planes expresados por los ejecutivos del BCR, Kristal solo se quedaría con el funcionami­ento de dos sucursales bajo esa marca.

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