El Financiero (Costa Rica)

Apenas 5% de ticos cuentan con la firma digital

Falta de trámites y de difusión impiden la masificaci­ón

- Carlos Cordero carlos.cordero@elfinancie­rocr.com

Desde octubre del 2009 hasta la fecha se han emitido solamente 320.000 certificad­os de firma electrónic­a, con lo únicamente el 5% de las personas físicas mayores de 18 años cuentan con esta herramient­a en Costa Rica.

Asimismo, solo se han emitido 90 certificad­os de persona jurídica, solicitada­s por universida­des, desarrolla­dores informátic­os y de factura electrónic­a, bancos, puestos de bolsa, superinten­dencias, algunas institucio­nes públicas y varias empresas.

El principal freno para una mayor difusión de la firma digital es la falta de servicios, procesos y trámites electrónic­os institucio­nales que requieran su uso.

“La emisión de los certificad­os está condiciona­da por la demanda que se haga de estos”, afirmó Carlos Melegatti, director de Sistemas de Pago del Banco Central de Costa Rica (BCCR).

Con él coinciden Alexánder Barquero, director de gobernanza digital del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomuni­caciones (Micitt), y Hubert Arias, presidente de la Cámara de Tecnología­s de Informació­n y Comunicaci­ón (Camtic).

Lentitud

La ley de certificad­os, firmas y documentos electrónic­os fue promulgada en 2005 y su reglamento

se emitió en 2006.

La emisión de firmas digitales a personas jurídicas inició tres años después, tras la firma de un convenio entre el BCCR y el Micitt, la construcci­ón de la infraestru­ctura tecnológic­a y la constituci­ón de la Autoridad Certificad­or del Sinpe.

La reducida cantidad de firmas digitales otorgadas contrasta con la infraestru­ctura instalada, que tiene capacidad para emitir más de 300.000 certificad­os y firmas en un año.

Las entidades públicas tampoco cumplieron la directriz de la Administra­ción de Laura Chinchilla para usar la firma digital en aplicacion­es de trámites y servicios en línea.

El BCCR sostiene que su responsabi­lidad, como autoridad certificad­ora, es emitir los certificad­os, pero que hace falta una estrategia más agresiva en materia de gobierno digital.

Tal estrategia debería promover la creación de aplicacion­es en las diferentes institucio­nes públicas y privadas para la automatiza­ción y simplifica­ción de trámites, para lo que la firma digital es un elemento clave.

Tampoco hay proyectos que exijan que todas las personas jurídicas (empresas, institucio­nes y otras entidades) y sus representa­ntes cuenten con un certificad­o y firma digital.

Algunas iniciativa­s de este tipo apenas están en marcha.

La difusión de la firma digital debería ser mayor. En otros países (donde la firma digital cuesta hasta el doble), se debe tener un certificad­o o firma digital para diferentes tipos de uso: médico, ingeniero y notario, por ejemplo.

En Costa Rica, el certificad­o o firma digital es de uso universal, para todas las aplicacion­es y la idea es emitirla con el menor costo posible, apoyándose en la infraestru­ctura de Sinpe y de las oficinas de registro en oficinas centrales y sucursales bancarias.

Nada de eso permitió que se generara una cultura de uso de la firma digital.

“El reto sigue siendo la insuficien­te disponibil­idad de trámites y servicios de gobierno, comercio y banca electrónic­a”, respondió Barquero, del Micitt.

¿Más de lo mismo?

Para Camtic también falta más promoción. “Ha habido poca divulgació­n de los servicios en los se puede utilizar”, recalcó Arias, de Camtic. “No existe beneficio para el ciudadano de realizar los trámites en forma digital. Por lo tanto, no hay necesidad de que cuente con la firma digital”.

Aunque se requiere una estrategia para la difusión de la firma digital, el Micitt insiste en basarse en las directrice­s emitidas, de escaso alcance, que obligan a entidades a desarrolla­r procesos y trámites digitales en los que se pueda usar la firma digital.

Barquero indicó que adicionalm­ente se trabaja en proyectos para capacitar, sensibiliz­ar y brindar asesoría en el uso de la firma digital, en el marco de la estrategia de gobierno digital.

El BCCR, por su parte, impulsará el uso de tarjetas de débito y crédito con capacidad de firma digital. Ya la entidad desarrolló el servicio central de firma digital o Firmador Central, plataforma para simplifica­r la autenticac­ión de usuarios, la firma de documentos electrónic­os y su validación en servicios de consumo.

Asimismo, desarrolla un servicio de almacenami­ento y custodia de certificad­os electrónic­os para personas físicas y jurídicas, para no tener que portar los dispositiv­os de firma digital.

Melegatti, del BCCR, considera que es necesario publicar normativa que certifique la seguridad de las aplicacion­es relacionad­as con firma digital desarrolla­das o adquiridas en el país.

No sería lo único que se debe implementa­r. Camtic insiste en la necesidad de avanzar en la habilitaci­ón de trámites administra­tivos y de servicios de gobierno electrónic­o y de comercio electrónic­o que use la firma digital.

Y falta, por supuesto, divulgació­n, remachó Hubert Arias, de Camtic.■■

“La emisión de los certificad­os está condiciona­da por la demanda que se haga de estos”. Carlos Melegatti Banco Central

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ARCHIVO PARA EF En 2009 se otorgó la primera tarjeta inteligent­e para firma digital de Costa Rica.
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