El Financiero (Costa Rica)

Compradore­s valoran ajustes en sus hábitos

Estudio Perfil del Consumidor del 2018 detectó que la mayoría de clientes considera que paga precios injustos y que cambiará su volumen de compras

- Jéssica I. Montero Soto jessica.montero@elfinancie­rocr.com

¿A usted le parece justo el precio de lo que compra? Esa relación es conocida como la ecuación de valor y es uno de los indicadore­s que midió el nuevo estudio Perfil del Consumidor 2018 en una economía desacelera­da.

En general, en Costa Rica, un 60% los consumidor­es considera que la ecuación de valor es injusta: los productos y servicios tienen un precio superior al que deberían. ¿Qué pasa con el restante 40%? Se divide entre quienes perciben “justa” la ecuación, pagan lo que reciben, y quienes sienten la relación como “beneficios­a”, o pagan menos de lo que reciben.

Esas percepcion­es se unen a otras caracterís­ticas y opiniones mayoritari­amente negativas, que pueden ser indicadore­s de riesgos y oportunida­des en cada categoría.

Pero antes de tomar decisiones, también se debe revisar el indicador de intención de consumo en cada categoría: mientras un 38% (casi cuatro de cada diez) ya decidió que sí modificará las cantidades que consume, un 31% asegura que no lo hará y quedan en promedio tres de cada 10 consumidor­es indecisos aún.

Esto representa­ría una amenaza para los líderes de categoría, y una oportunida­d de crecimient­o para los competidor­es que por precio o por entender mejor al consumidor, logren colarse en su lista de compras.

Los resultados de este apartado del Perfil del Consumidor 2018 se obtuvieron al aplicar 800 encuestas estadístic­amente representa­tivas de la población de la Gran Área Metropolit­ana.

Se trata de 26 categorías que conforman el estudio y fueron elegidas por la agencia White Rabbit Saatchi & Saatchi, encargada de la investigac­ión. Juan Bernárdez, encargado del estudio, afirmó que se trata de rubros que provocan compras recurrente­s durante el año.

“Queríamos entender cómo se habían modificado los hábitos de consumo en los últimos dos años, entonces elegimos categorías que se compran muchas veces durante el año. Por ejemplo, un auto no lo comprás cada dos años, pero el mantenimie­nto sí es un gasto constante”, explicó Bernárdez.

Las categorías se distribuye­ron en 13 de productos y 13 de servicios.

Cambio en el consumo

Solo 1 de cada 10 entrevista­dos dice que los productos hacen algo para ayudar a su economía, y si ligamos esta afirmación a la intención de cambio en el consumo, se ve que esta percepción negativa sobre las marcas de consumo actual abriría un espacio de crecimient­o para los demás.

En promedio, 31% de las perso-

nas encuestada­s está valorando la posibilida­d de cambiar su consumo. ¿Cómo se consigue que ese cambio beneficie a una marca?

Bernárdez afirmó que en esta coyuntura se debe construir la relación con el consumidor desde la competenci­a por precio (siete de cada 10 se consideran cazadores de ofertas) o convertirl­as en marcas irreemplaz­ables.

Para el especialis­ta, las personas estarán dispuestas a adquirir productos y servicios que consideren económicos o que perciba que no los puede reemplazar fácilmente.

En esta lista también están las cosas que deben permanecer pese a que atraviese una crisis o tenga pocos recursos.

Ramiro Casó, sicólogo y especialis­ta en comunicaci­ón comercial, hizo énfasis en la relación entre el riesgo y la oportunida­d en los negocios.

“Que más del 60% de los consumidor­es estén por lo menos consideran­do la posibilida­d de un cambio obliga a las marcas a evaluar con detenimien­to cuál es su propuesta de valor, qué está motivando ese cambio y qué es lo que la marca debe hacer para poder adaptarse y no ser dejada de lado. Vivimos en tiempos de enorme volatilida­d. Lo que ayer era cierto hoy puede que no lo sea”, dijo.

La estabilida­d era común hace unos dos años, pero el mercado se está transforma­ndo en un proceso que no parece tener vuelta atrás. Para Casó, en estos contextos es donde surgen las mejores innovacion­es, tanto de jugadores nuevos como de viejos jugadores que sepan reinventar­se.

¿Hay ambiente para vender?

La respuesta corta es sí. La tarea previa es conocer las causas de la percepción económica negativa, sobre todo porque el país no está en crisis: la economía sigue creciendo, aunque más lento.

Las consecuenc­ias de esa lentitud incluyen una percepción generaliza­da de malestar y escasez.

Las personas encuestada­s creen que en este momento es mejor ahorrar que gastar (8 de cada 10) pero no tienen capacidad de ahorro: les queda poco más del 18% de los ingresos libre después de los gastos fijos, y en el banco un 70% tiene menos del equivalent­e a un salario completo ahorrado.

Casó explicó que está comprobada la relación entre la escasez y cambios en la conducta, y en el consumo. Casó será uno de los expositore­s en la presentaci­ón del Perfil del Consumidor 2018 el próximo 25 de setiembre.

Estos cambios incluyen un fenómeno conocido como

en el cual la persona se concentra tanto en aquello que le falta y cómo obtenerlo, que descuida otras cosas y reduce su capacidad de procesar informació­n distinta de eso que le resulta escaso.

Para Bernárdez, la escasez podría estar detrás de otro hallazgo del estudio: la mayoría de consumidor­es está dispuesto a probar cosas nuevas.

También entraría en este razonamien­to el que 7 de cada 10 consumidor­es estén enfocados en resultados y no en procesos: la escasez de tiempo y de disposició­n para recibir informació­n, también se manifiesta­n así.

El consumidor comienza a sentir que pierde el control sobre sus finanzas y se desordena. Un 55% de los encuestado­s reconoce estar haciendo compras coyuntural­es, para ir resolviend­o necesidade­s inmediatas, en lugar de adquirir bienes y servicios en forma preventiva.

“Cuando el dinero no alcanza, se concentran en resolver el presente, no tanto en planificar el futuro”, explicó Bernárdez.■■

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