El Financiero (Costa Rica)

Manifestac­iones han desgastado liderazgo sindical

Metas poco viables restan credibilid­ad

- Manuel Avendaño A. manuel.avendano@elfinancie­rocr.com

Costa Rica es un país con una amplia tradición de protesta social que incluye desde manifestac­iones públicas por medio de comunicado­s, hasta huelgas, bloqueos en carretera y piquetes.

A este amplio portafolio de manifestac­iones se les conoce como acciones colectivas y tienen tres caracterís­ticas: son movimiento­s que se desarrolla­n por un objetivo común que debe ser alcanzable, se nutren de la unión de personas para tener mayor impacto y buscan abrir espacios de negociació­n.

La historia recuerda protestas sociales que llevaron a la polarizaci­ón. Dentro de esta carpeta se encuentran las manifestac­iones contra Alcoa, la huelga de maestros de 1995, el Combo del ICE, la movilizaci­ón contra Riteve, el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, el rechazo a la concesión de OAS y, ahora, la reforma fiscal.

No todas las protestas nacieron en el seno del movimiento sindical, pero en la mayoría de los casos estas organizaci­ones fungieron como mentores y ejecutores. Esto acarrea un problema implícito: si la movilizaci­ón no consigue ningún resultado, la credibilid­ad y fuerza de los sindicatos –y sus líderes– se desgasta.

La torre de Babel sindical

Los sindicatos nunca han sido un cuerpo uniforme, con una sola voz y con una sola posición política. De hecho, son un movimiento que ha sufrido fisuras.

A inicios de la década de los 80 los trabajador­es de las institucio­nes públicas y privadas solo tenían una forma de asociarse para luchar por sus derechos laborales y para obtener fuentes de financiami­ento extra bancarias, el sindicalis­mo reinaba entre la clase trabajador­a.

En 1984 las cosas cambiaron y la aprobación de la Ley de Asociacion­es Solidarist­as le atestó un golpe al movimiento sindical costarrice­nse. Los trabajador­es del sector privado empezaron a migrar hacia la nueva modalidad y el sindicalis­mo se arraigó dentro del sector público amén de su cobertura legal.

A lo largo del tiempo los sindicatos se unieron para luchar por causas comunes y luego se dividieron por resquemore­s.

Las huelgas y movimiento­s sociales que se llevaron a cabo en las décadas de los 80 y los 90 eran encabezada­s por pocas personas. Era común ver figuras como Rodrigo Aguilar, presidente de la Confederac­ión de Trabajador­es Rerum Novarum, o Denis Cabezas, presidente de la Central del Movimiento de Trabajador­es Costarrice­nses.

Las delegacion­es para dialogar con el Ejecutivo estaban conformada­s solamente por dos o tres dirigentes gremiales.

En la actualidad existen dos grandes bloques sindicales en Costa Rica, uno de ellos es Patria Justa, encabezado por Albino Vargas, secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) y conformado por grupos de municipali­dades y de algunas institucio­nes públicas.

El otro gran grupo que opera

❛❛ Muchos líderes sindicales en la mesa solo ponen en evidencia desgaste y falta de liderazgo”. Vladimir de la Cruz Analista político ❛❛ La reforma fiscal es impopular y cobra un alto precio político cuando el Gobierno apenas empieza”. Ronald Alfaro Investigad­or Estado de la Nación

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 ?? Carlos Fonseca, Infografía / El Financiero ?? Fuente: Informe Estado de la Nación 2017, Programa Estado de la Nación (PEN)
Carlos Fonseca, Infografía / El Financiero Fuente: Informe Estado de la Nación 2017, Programa Estado de la Nación (PEN)
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