El Financiero (Costa Rica)

Contrato de colocación es la vía rápida para Hacienda

Gobierno cursa su segundo intento de utilizar este mecanismo de captación

- María Fernanda Cisneros maria.cisneros@elfinancie­rocr.com

El Gobierno Central le apuesta todo a su carta más efectiva y práctica para obtener recursos, ya que los canales tradiciona­les de captación le resultan insuficien­tes y le impiden cumplir con su estrategia de alargar el vencimient­o de la deuda.

Se trata del contrato de colocación, mecanismo que consiste en la venta de bonos de deuda interna, con la intermedia­ción de puestos de bolsa y bancos locales, pero que –y esta es la parte más interesant­e– abre las puertas a compradore­s extranjero­s.

Este mecanismo posibilita que la Tesorería Nacional pueda atraer inversioni­stas internacio­nales, siempre que las condicione­s les sean atractivas, principalm­ente, en cuanto a rendimient­o ofrecido.

A pesar de que el costo puede ser alto, la utilizació­n del instrument­o permitiría realizar una colocación a mayor plazo, sin estrujar el mercado interno (sin presionar las tasas de interés del mercado local).

Es la segunda ocasión en la que Hacienda intenta utilizar la medida. La primera se anunció en noviembre del 2017 y terminó sin éxito, debido a dudas legales sobre la implementa­ción, que fueron evacuadas por la Contralorí­a General de la República al término de agosto pasado.

La principal duda era si el Gobierno podía acudir al mecanismo, pero la Contralorí­a consideró que la regulación del mercado de valores se lo permite.

La duda quedó atrás y Hacienda decidió darle camino al nuevo intento de inmediato.

El martes 18 de setiembre realizó la audiencia, en la que convocó a los interesado­s, y explicó de forma previa los términos y condicione­s de referencia para la recepción de ofertas.

En este encuentro detalló que la oferta mínima debe ser de $200 millones y un plazo mínimo de tres años; en colones o en dólares.

En este contrato también podría participar un comprador local, pero dado el monto mínimo es más esperable que se trate de un inversioni­sta internacio­nal, por medio de un intermedia­rio local.

Lo que sigue es recibir las ofertas, ejecutar la evaluación de cada una de ellas y notificar a quién se le adjudicó. Tras la firma del contrato, se procedería a liquidar la transacció­n.

¿Es la única opción?

No se trata de la única vía a la que puede acudir el Gobierno en este momento, pero sí la más efectiva y rápida. ¿Por qué? El proyecto del fortalecim­iento de las finanzas públicas está varado en la Asamblea Legislativ­a, y sin la aprobación de este u otro texto que permita reformar las finanzas públicas, los organismos internacio­nales le negarán un nuevo financiami­ento a Costa Rica.

El Banco Mundial, el Banco Centroamer­icano de Integració­n Económica y el Fondo Monetario Internacio­nal han sido insistente­s en la necesidad de una reforma, inclusive más robusta de lo que se discute en el Congreso.

Otro camino alterno sería la adquisició­n de una nueva deuda externa, como la de los conocidos eurobonos de años atrás.

Sin embargo, nuevamente, la reforma se convierte en un requisito para que esta posibilida­d sea al menos discutida en el Congreso mismo.

El mercado interno, por su lado, todavía puede dotar a Hacienda de recursos, pero sin duda continuarí­a la presente presión al alza en las tasas de interés.

Las tasas han subido en la curva de rendimient­os, principalm­ente del 2021 en adelante, explicó Adriana Rodríguez, gerenta sénior de Estudios Económicos de Scotiabank.

Siendo así, el contrato de colocación parece ser la salida más expedita, aunque esto no quiere decir que sea indolora.

Los beneficios

Con la utilizació­n de este instrument­o, Hacienda puede disminuir los riesgos de contener una buena porción de los vencimient­os en el corto plazo y atender sus obligacion­es sin presionar las tasas de interés del mercado local.

Esta medida se vuelve necesaria en la coyuntura actual.

Los montos que el Ministerio de Hacienda requiere para atender sus obligacion­es son mayores que los que le pueden otorgar tanto las subastas del mercado interno, como el mismo Tesoro Directo (la plataforma mediante la que el Gobierno negocia directamen­te con las institucio­nes públicas, sin intermedia­rios).

De hecho, la incertidum­bre ha colmado al mercado de pocas intencione­s de invertir en los bonos públicos y algunos mecanismos de colocación muestran una fuerte reducción.

El Gobierno tiene una necesidad de recursos alta. Son ¢2 billones para atender las obligacion­es únicamente del segundo semestre del 2018.

Este contrato es la salida de la Tesorería para captar una buena porción de esos recursos y darle un respiro al mercado local.

“Dará aire en el sentido de que es posible que consigan más recursos para cumplir con sus con sus necesidade­s más inmediatas, tomando en cuenta el hecho de que sus colocacion­es en el corto plazo se han venido aumentando”, explicó Silvia Jiménez, jefa de análisis y estrategia de Inversión de Mercado de Valores.

Asimismo, aunque la estrategia de la Tesorería es alargar el perfil de vencimient­os de la deuda, esto no ha sido posible.

Los vencimient­os de corto plazo han aumentado, en los últimos dos años, dentro del portafolio de la deuda.

El refinancia­miento a menos de un año pasó de representa­r un 12% al 2016, a 15% en 2018 (con datos a junio). La cifra pasó de 32% a 37%, en el mismo periodo, para vencimient­os entre uno y cinco años.

Lo anterior sin duda impone presiones a la deuda, puesto que se deben atender vencimient­os más pronto de lo deseado y en forma acumulada (muchos vencimient­os en un solo periodo).

El contrato de colocación permitiría realizar una operación por una buena porción de dinero y a mayor plazo, dado que inversioni­stas internacio­nales apuestan por plazos más extensos. La operación podría ejecutarse con bonos que tengan vencimient­os de 10 a 30 años plazo.

Efectos colaterale­s

La vía puede no ser del todo indolora, pero ¿por qué? La efectivida­d del mecanismo dependerá de la negociació­n en cuanto a plazo y costo.

El posible que el Gobierno ofrezca un rendimient­o alto con tal de atraer más recursos, pero el monto de colocación debe ser alto (entre $500 millones y $1.000 millones) para que “valga la pena”.

Una colocación de mínimo $800 millones permitiría sacar provecho a la operación, sin pagar de más por muy poco dinero, afirmó Rodríguez, de Scotiabank.

Si el contrato se firma con compradore­s externos daría aire al mercado interno, pero generaría efectos colaterale­s.

Una colocación de este tipo se realiza en dólares y, por tanto, el Gobierno asume el riesgo del tipo de cambio, a un plazo extenso en el que se desconoce cuál podría ser el comportami­ento del precio del dólar.

La deuda, además, ya cuenta con un peso importante de dólares dentro de su composició­n.

Entre tanto, más allá de los bemoles, el beneficio para Hacienda es claro: obtener recursos en una época seca.■■

“Daría espacio para que se planee la deuda del siguiente periodo ya sea con deuda local o bien por la misma vía ”. Johnny Mora Dir. Fondos de Inversión, Acobo

 ??  ?? Fuente: Ministerio de Hacienda.
Fuente: Ministerio de Hacienda.
 ??  ?? Fuente: Ministerio de Hacienda.
Fuente: Ministerio de Hacienda.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica