Trump lucha contra la influencia de China
Las mayores inversiones del gigante asiático están dirigidas a Pakistán y Nigeria, y su meta es expandir el poder geopolítico de Pekín
Con el objetivo de contrarrestar la creciente influencia geopolítica de China, el presidente Donald Trump está emprendiendo una gran expansión de ayuda internacional que financiará proyectos de infraestructura en África, Asia y América, respaldando de esta manera una iniciativa que alguna vez buscó evitar.
Hace poco más de una semana y con pocas fanfarrias, Trump firmó un proyecto de ley para crear una nueva agencia de ayuda internacional —U.S. International Development Finance Corp. (Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de Estados Unidos)— con la autoridad de otorgar $60.000 millones en préstamos, garantías de préstamos y seguros a empresas dispuestas a hacer negocios en naciones en vías de desarrollo.
La medida fue un revés para Trump, quien había criticado duramente la ayuda internacional desde los primeros momentos de su campaña presidencial en 2015.
Desde que tomó posesión como presidente, Trump había propuesto recortar $3.000 millones de ayuda al extranjero, había respaldado la eliminación del financiamiento a la Corporación para la Inversión Privada en el Extranjero (OPIC, por su sigla en inglés) y había realizado maniobras para eliminar la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la oficina del Departamento de Estado que administra $22.700 millones al año que distribuye en forma de subsidios por todo el mundo.
El giro que ha dado el presidente tiene menos que ver con un cambio de opinión repentino respecto de la ayuda internacional y más con un deseo por bloquear el plan de dominio económico, tecnológico y político de Pekín.
En duelo
Trump quiere combatir el fuego con fuego. “He cambiado y creo que él ha cambiado, y todo se debe a China”, confesó Ted Yoho, un representante republicano de Florida que ayudó a vender el plan a otros republicanos conservadores del Caucus de la Libertad en la Cámara de Representantes.
“El motivo principal para postularme al Congreso fue deshacerme de la ayuda internacional. Ese era mi objetivo”, comentó Yoho, presidente del Subcomité de Asuntos Internacionales del Congreso en Asia y el Pacífico. “Pero si podemos reformularla e no tengo problema con eso”.
La nueva iniciativa bipartidista busca aumentar la ayuda internacional que comenzó con el gobierno de Obama, pero se renombró para competir con la iniciativa china “el Cinturón y la Ruta de la Seda”, la cual tiene el objetivo de distribuir un billón de dólares en ayuda para construcción e inversiones en más de cien países.
Las mayores inversiones de China están dirigidas a países como Pakistán y Nigeria, y su meta es expandir el poder geopolítico de Pekín y obtener acceso a minerales y petróleo. Sin embargo, China también está gastando miles de millones de dólares en proyectos en países más pequeños.
Las inversiones han generado inquietudes respecto de que naciones pobres y emergentes como Yibuti y Sri Lanka se endeuden con China, pues Pekín podría apoderarse de activos locales si los países incumplen el pago.