El Financiero (Costa Rica)

¿Qué nos falta para eliminar el plástico?

Existen avances importante­s, pero la oferta de sustitutos eficientes aún es escasa

- Jéssica I. Montero Soto jessica.montero@elfinancie­rocr.com

El 23 de octubre se lanzó un proyecto que permitirá aprovechar hasta 40 toneladas diarias de plásticos no valorizabl­es en el desarrollo de materiales de construcci­ón, con el apoyo de representa­ntes de empresas y gobierno.

En paralelo, hace poco más de un año está en operación en Costa Rica una estrategia para eliminar el uso de esos materiales.

Ambos objetivos cuentan con apoyo estatal y de diferentes organizaci­ones privadas y sociales. Parece contradict­orio, pero en realidad son esfuerzos complement­arios: es posible que en el consumo individual, cada persona tome decisiones para reducir al mínimo e incluso eliminar todos los usos de los plásticos de los tipos 1 al 7.

Por ahora, el desafío imposible está en el sector productivo. “En este momento hay plásticos que no podemos eliminar”, sentenció Karla Chaves, emprendedo­ra social, directora de Ecolones y parte de la alianza para usar plásticos en los materiales que produce Grupo Pedregal.

El proyecto consiste en acopiar plásticos no valorizabl­es (de los tipos 3 al 7, que tienen poco o ningún mercado en el país) y tras un proceso nuevo –que se encuentra en vías de ser patentado en Estados Unidos– convertirl­os en arena plástica. Este material se puede usar en blocks, adoquines, morteros y productos similares.

Pedregal aporta la tecnología y la producción, mientras Ecolones brinda la logística y el acceso a los consumidor­es.

La afirmación de Chaves sobre el plástico se basa en la relación inocuidad–eficiencia: la empresaria defiende que algunos sustitutos fallan a la hora de mantener las condicione­s de higiene necesarias para ciertos alimentos. Los materiales que sí alcanzan las caracterís­ticas deseadas, como el vidrio, elevarían sensibleme­nte los costos de producción o de logística, y el precio final.

Imagine una empresa exportador­a que use vidrio en lugar de plástico para transporta­r sus productos en contenedor­es: no es viable. Y en la coyuntura de desacelera­ción económica e incertidum­bre fiscal que vive el país, el tema de costos y precios aumenta su relevancia.

Marco Luconi, presidente de la Asociación Cámara Costarrice­nse de la Industria del Plástico (Aciplast), también había advertido a EF anteriorme­nte sobre esacuerpan te tema: además de las preocupaci­ones relacionad­as con la inocuidad y los costos, Luconi señaló que todo nuevo proceso tiene impacto ambiental. Por ejemplo, producir una opción orgánica de resina (base para la fabricació­n de productos plásticos) provocaría presión ambiental y social.

La razón es que para alcanzar la cantidad de esta materia prima que demanda el mercado actual del plástico se necesitarí­a un área de cultivos mayor a la disponible en todo el planeta, y podría provocar una reorientac­ión en el uso de tierras que hoy se dedican al cultivo de alimentos.

¿Aciplast basa su posición en intereses comerciale­s? Sí, aunque lo hace más bien en estudios locales y globales. Y otras voces técnicas independie­ntes también este razonamien­to.

Tres investigad­oras en agroindust­ria alimentari­a, inocuidad de alimentos y gestión ambiental de la Escuela de Agronegoci­os del Instituto Tecnológic­o de Costa Rica (ITCR) afirman que en ese sector existe la esperanza de encontrar opciones similares al plástico, pero aún falta tiempo.

“La investigac­ión e innovación en empaques y materiales sigue avanzando por lo que podría llegar a ser posible la sustitució­n de empaques plásticos en alguna medida en el mediano plazo”, afirmaron en conjunto.

La otra voz de respaldo es la de Kifah Sasa, oficial de Desarrollo Sostenible y Resilienci­a del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Sasa es el impulsor en el país de la estra- tegia nacional para sustituir el consumo de plásticos de un solo uso por alternativ­as renovables y compostabl­es.

“En este momento no hay alternativ­as para el 100% de los productos de plástico de un solo uso, pero es una lista creciente y hay adiciones a la tipología de productos todos los días”, comentó.

Mientras la innovación sigue su curso, la sociedad debe asumir la realidad del consumo actual de esos materiales y trabajar en la pieza que falta: las soluciones definitiva­s para la disposició­n final. La propuesta de Pedregal y Ecolones podría ser una de estas.

Otras opciones

El plástico es barato, seguro y abundante. Son sus principale­s atributos, y al mismo tiempo son las razones por las que la mala disposició­n de este material es un problema ambiental.

Si bien coincide con la imposibili­dad de eliminar todo el plástico de inmediato, Sasa difiere con Aciplast en el tema de las resinas orgánicas y asegura que se está subutiliza­ndo el potencial del país para producir plásticos de un solo uso a partir de la fibra de piña y de coco, entre otros.

“Costa Rica produce cerca de $1.000 millones de dólares al año en ingresos por la exportació­n de piña, pero si esas 58.000 hectáreas de piña año con año estamos dejando que se vuelvan un problema en lugar de extraer la fibra (...) no hemos adoptado la economía circular, de estimulaci­ón y de búsqueda de alternativ­as”, puntualizó Sasa.■■

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MELISSA FERNÁNDEZ EF Estos materiales son considerad­os “no valorizabl­es” y tienen pocas o ninguna opción de reemplazo en el país.

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