Gestiones municipales
En estos días mi esposa y yo hemos ido a tres municipalidades para hacer pagos y actualizar la información sobre bienes inmuebles.
Nos llevamos una muy grata sorpresa en la Municipalidad de Alajuela, con funcionarios bien entrenados para atender las necesidades del ciudadano, con respaldo tecnológico de punta, que permitió ver la propiedad y medir desde el escritorio del funcionario aparentes diferencias en los datos; y, sobre todo, con un enfoque y actitud de facilitar el proceso, pues tienen muy claro que en última instancia la idea es recolectar algo más de impuestos.
No ocurrió lo mismo con las otras dos municipalidades que visitamos, en las que pequeñas diferencias en datos entre el registro nacional y planos de catastro nos impidieron completar el trámite; en buena parte porque el personal no estaba bien capacitado para medir un perímetro irregular o calcular el área de un terreno irregular en su forma. Tampoco tenían el respaldo tecnológico de Alajuela y, por lo tanto, no pudieron verificar directamente los datos.
Lo peor, los funcionarios no tenían la intención de resolver, sino que asignaron culpas a desarrolladores, constructores y abogados y nos dijeron que nosotros debíamos resolver el problema antes de presentarnos de nuevo…
¿Por qué existen estas diferencias de sistemas, tecnología, capacitación y actitudes entre municipalidades?
Una respuesta obvia es que no se les ha explicado que el ciudadano es su cliente y que, siempre que no se rompa la ley, su deber es atenderlo y ayudarle a resolver sus necesidades, máxime cuando ese ciudadano no está ni ocultando información, ni tratando de sacar provecho de los errores y diferencias en los datos.
Se impone encontrar las mejores prácticas entre municipales, para que luego el IFAM se asegure de que estas prácticas y los sistemas que las respaldan estén disponibles en todas las municipalidades del país. Es sencillo, solo falta un poco de sentido común y ganas.