El Financiero (Costa Rica)

Crecen signos de recesión en EE. UU.

Futuro de la economía depende de la guerra comercial con China.

- María Fernanda Cisneros maria.cisneros@elfinancie­rocr.com

Varios meses de contracció­n de la producción, desempleo al alza, ventas a la baja e ingreso de la población en picada. Estos son algunos signos de cómo se manifiesta una recesión.

El temor de que esta sea la realidad económica mundial y en particular de Estados Unidos, en los próximos 12 meses, aumentó al punto de agitar los mercados bursátiles de esa nación.

A mediados de agosto, la curva de rendimient­o de los bonos del Tesoro de Estados Unidos (EE. UU.) se invirtió, algo no sucedido desde la Gran Recesión. Es decir, los intereses ofrecidos por los bonos de dos años superaron a los de diez años.

Los inversioni­stas buscan mayores rendimient­os por los bonos de corto plazo que por los de largo plazo, una muestra de la desconfian­za en la solidez de la economía a futuro.

¿Puede Estados Unidos encaminars­e a una recesión? Todavía hay muestras de que la economía puede crecer y evitar la contracció­n.

Todo dependerá de la ruta que siga la guerra comercial entre EE. UU. y China, enfrentami­ento al que hay que seguirle el pulso a diario, al igual que las tensiones petroleras.

Esta puja comercial drena la confianza de empresario­s y consumidor­es. En caso de que continúe por mucho más tiempo, los mercados se agitarán más y las presiones porque la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) recorte más las tasas de interés se sostendrán.

La diferencia entre el bono estadounid­ense a 2 y 10 años es uno de los indicadore­s más vigilados por los mercados, al adoptar una posición predictora de una contracció­n de la economía. A partir de esa curva, la Reserva Federal de Nueva York elabora un índice sobre la probabilid­ad de una recesión.

Este cálculo muestra una tendencia al alza desde 2018.

La economía estadounid­ense está en un punto de quiebre. Puede crecer a un paso más lento pero sólido, o desacelera­rse hasta caer en una recesión. Eso sí, la profundida­d estaría lejos de simular lo vivido en 2008. El golpe sería menor.

Así lo predicen economista­s en el mundo, y analistas de Costa Rica hacen la misma lectura aunque con especial interés en los golpes que puede recibir la economía local.

Si Estados Unidos se desacelera, la demanda externa que recibe Costa Rica se verá afectada. El sector turismo y las exportacio­nes del país, serían las más lastimadas. Estas últimas crecieron apenas 0,9% a junio 2019 (6% un año atrás), según datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR).

El Estados Unidos de hoy

La producción total se estancó en junio y perdió 1,2% en el segundo trimestre del 2019, respecto al año previo.

El trago amargo llegó a la producción industrial, al caer 2,2% para el segundo trimestre de 2019.

“La producción manufactur­era ha soportado el peso de las incertidum­bres arancelari­as y la desacelera­ción de la actividad económica global”, apuntó un análisis de RDQ Economics citado por la agencia de noticias AFP.

Las importacio­nes son más débiles, en parte debido al efecto de los aranceles, mientras las exportacio­nes son robustas.

La estabilida­d en el nivel de desocupaci­ón es una señal positiva. La tasa de desempleo se situó en 3,7% en julio, similar a lo visto recienteme­nte.

También, los salarios aumentaron 3,2% en el último año, aun con una inflación en 1,7%.

Lo anterior permitió que el consumo crezca y empuje la economía.

En la acera de las noticias agridulces, la generación de empleo bajó de 193.000 a 164.000 de junio a julio.

Ambas cifras están por debajo de lo visto hace un año. Entre enero y julio del 2018, Estados Unidos generó un promedio de 223.000 nuevos empleos por mes. En igual periodo del 2019 fueron 172.000.

No obstante, el mercado laboral sigue siendo fuerte, según la Reserva Federal (Fed) estadounid­ense. Toda esta realidad está bajo nubarrones mundiales. La economía global está colmada de incertidum­bre.

Alemania cae 0,1%, China registró la producción más baja de los últimos 17 años y la Zona Euro se ralentizó.

Los principale­s bancos centrales del mundo podrían aplicar nuevas reduccione­s de tasas de interés en los meses venideros.

Al cierre de julio, la Fed bajó las tasas por primera vez en once años y estos estímulos pueden suavizar la desacelera­ción.

Analistas advierten que la guerra comercial entre China y Estados Unidos debilita la confianza, por lo que las empresas se abstienen de gastar capital.

Si el presidente norteameri­cano Donald Trump establece un arancel de 10% sobre las importacio­nes chinas, le costaría 0,1 puntos porcentual­es al crecimient­o de Estados Unidos y $200 por hogar en 2020, calculan economista­s de Oxford Economics, según AFP.

Recienteme­nte Trump anunció que retrasaría al 15 de diciembre la entrada en vigencia de algunos impuestos, programada originalme­nte para setiembre.

Por ahora, se rechaza la idea de una recesión a corto plazo.

La economía crecería a un ritmo de 2,6% en 2019, estima el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), para luego bajar a 1,9% en 2020. Sin embargo, permanecen sobre estos pronóstico­s se mantienen grandes nubes de incertidum­bre.

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AFP Las pérdidas en Wall Street se aceleraron el miércoles 14 de agosto debido a que los débiles datos económicos de China y Alemania, y un punto de referencia clave del Tesoro de Estados Unidos exacerbaro­n los temores de recesión global.
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