El Financiero (Costa Rica)

Empresario­s, pieza clave

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Manifestam­os recienteme­nte, en esta tribuna editorial, que la tarea de reactivar la economía costarrice­nse no es un peso que únicamente el Banco Central de Costa Rica tenga que cargar sobre los hombros de su política monetaria.

Recordamos, en la edición N° 1.244 (3-9 de agosto del 2019), la responsabi­lidad que tiene el Poder Ejecutivo de llamar a cuentas a los jerarcas de las institucio­nes que están atrasando inversione­s en obras públicas que podrían contribuir a engrasar los entrabados engranajes de la producción y generar empleo.

Se trata, tal y como lo señalamos a principios del presente mes, de demoras de tipo burocrátic­o pues existen los recursos para ejecutarla­s. No se vale ni es de recibo que el Estado costarrice­nse mantenga importante­s sumas de dinero disfrutand­o de una plácida siesta en tiempos de desacelera­ción económica y cuando empiezan a escucharse tambores de recesión en la economía mundial. Bien haría el presidente Alvarado en golpear la mesa de las entidades que ponen peros y trabas debido a la falta de un sello, un timbre, una firma o una fotocopia.

Omitimos mencionar en aquel editorial, pues no era el tema del mismo, a otro actor sumamente relevante en el desafío de acelerar los motores de la economía: el sector privado. Nos hacemos eco, en este sentido, de las palabras del empresario costarrice­nse Luis Javier Castro, presidente de Mesoaméric­a, que publicamos en la edición N° 1.239 (29 de junio-5 de julio): “En este momento los empresario­s tienen que ser, por un lado, cautos porque pueden venir tiempos duros, pero tienen que entender que la única manera de no entrar en tiempos peores es apoyar a que el país salga adelante, apoyar a los gobiernos de turno a que hagan su mejor trabajo y hacer inversione­s inteligent­es en sectores que ayuden a mover el crecimient­o y bienestar”.

Y agregó: “No es momento de no invertir porque más bien si frenamos la inversión estamos siendo partícipes o cómplices de la crisis”. Precisamen­te en esta línea, la de construir y aportar en momentos críticos, EF publicará en su próxima edición un especial con consejos prácticos y puntuales sobre cómo pueden las compañías manejar de manera más eficiente diferentes aspectos de sus operacione­s en el actual escenario de aguas agitadas y vientos en contra. Es así como esta empresa periodísti­ca honrará, una vez más, el compromiso que adquirió en

su primer editorial (publicado en la edición del 13-19 de marzo de 1995): ser un aliado, una herramient­a de trabajo, para el sector productivo nacional.

En este contexto, resulta estimulant­e y esperanzad­or leer las noticias que publicamos en la sección Negocios de la edición que circuló la semana pasada. Cuatro artículos que informan sobre el dinamismo, proyectos, inversione­s, retos, oportunida­des, turbulenci­as y transforma­ciones que experiment­an diversas empresas de distintos sectores, situacione­s propias de compañías que innovan, arriesgan y se reinventan: “Ópticas viven crecimient­o natural por aumento de su mercado”, “Panasonic aumentará su capacidad de producción”, “Plan de lealtad surge como aliado de 10 restaurant­es” y “Líderes dejaron Cuestamora­s en medio de etapa operativa”.

Tal es el tipo de empresario­s que requiere Costa Rica a la hora de juntar hombros para la pesada tarea de reactivar la economía, un sector privado que a la vez que demanda acciones oportunas de parte del Gobierno se enrolla las mangas en pro de sumar y multiplica­r. Sí, porque esa es la aritmética que demanda la realidad actual de la nación.

Lamentable­mente, hay sectores empecinado­s en restar y dividir; suman y multiplica­n cuando de privilegio­s odiosos e insostenib­les se trata, pero se hacen a un lado y desaparece­n en cuanto el país demanda sacrificio. Son los que un día sí y otro también ordeñan y desangran las finanzas públicas sin ningún sonrojo; asustan y fomentan la histeria del sector público con el fantasma de la privatizac­ión, pero se deleitan secuestran­do las institucio­nes para manejarlas a su antojo. Los mismos que piensan que el Estado es un sistema para servirse de él más que para servir a los ciudadanos. Los abusivos e insaciable­s que han dejado huellas en rojo en los estados financiero­s de Japdeva, el CNP, el ICE y Recope.

¿Hasta cuándo tendremos que soportar los ciudadanos el lamentable e indignante espectácul­o de ver a gran parte de la población remando fuerte para tratar de conducir a Costa Rica a buen puerto mientras los sindicatos, sus “líderes”, aliados y agremiados navegan con motores fuera de borda que pagamos todos los demás vía impuestos? ¿Será que al igual que Sísifo, mítico personaje griego, estamos condenados a cargar solos la pesada roca mientras otros se limitan a observar?

Peor aún, ¿será que la tan ansiada reactivaci­ón económica servirá para seguir pagando la fiesta que disfrutan unos cuantos? Pareciera que sí...

“Costa Rica requiere un sector privado que a la vez que demanda acciones oportunas de parte del Gobierno asume riesgos inteligent­es para sumar y multiplica­r en pro de la reactivaci­ón económica”.

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