El Financiero (Costa Rica)

Multinacio­nales pueden impulsar la equidad

- David Glasgow y Karyn Twaronite

Mientras las banderas del arcoiris bajan en la ciudad de Nueva York después de las celebracio­nes del WorldPride y los 50 años de Stonewall, y mientras las banderas se elevan para eventos del orgullo en otras partes del mundo, vale la pena preguntar: ¿Dónde estamos en cuanto a derechos LGBT a nivel global?

Este año nos presenta una imagen contrastan­te. Ecuador y Taiwán han establecid­o el matrimonio igualitari­o, mientras que otros gobiernos se han atorado o retrocedid­o. La suprema corte de Kenia respaldó una ley que castiga las relaciones del mismo sexo hasta con 14 años de prisión, y Chechenia renovó una ola de persecució­n y abusos a los derechos humanos de las personas LGBT.

Ante un inconsiste­nte panorama global, las compañías multinacio­nales con valores pro-LGBT enfrentan un desafío: Cómo avanzar en la inclusión cuando entra en conflicto con la ley o cultura local. Un equipo en el Center for Diversity, Inclusion and Belonging de la New York University School of Law realizó entrevista­s con individuos de Dow Jones, Ernst & Young y Microsoft para entender cómo enfocan este tema en países con niveles variables de aceptación social.

Los líderes de las compañías se mueven entre diferentes modelos para respaldar los valores pro-LGBT — siguiendo normas locales, creando un entorno laboral incluyente para los empleados o promoviend­o un cambio social más amplio.

Tres modelos

La investigac­ión previa revela que en países anti-LGBT, las organizaci­ones globales tienden a emplear tres modelos de involucram­iento.

En el modelo “cuando estés en Roma”, las compañías se adhieren a las normas locales, creando excepcione­s a sus políticas pro-LGBT. Podrían evitar temas LGBT en los programas de diversidad e inclusión y no establecer una sección de su grupo de recursos para empleados (ERG, por sus siglas en inglés) LGBT. Este enfoque es común en lugares donde las personas LGBT enfrentan significat­ivos riesgos legales o de seguridad. El modelo permite que las compañías eviten potenciale­s represalia­s de gobiernos. Sin embargo, no ayuda a generar un sentido de inclusión.

En el modelo “embajada”, las compañías crean un lugar incluyente para sus empleados LGBT sin buscar un cambio en leyes externas. Por ejemplo, podrían adoptar una política de no discrimina­ción, ofrecer entrenamie­nto en temas LGBT y patrocinar actividade­s sociales para empleados LGBT. Este enfoque es común en lugares más moderados, donde el clima legal o cultural es inhospital­ario para las personas LGBT, pero sin ser abiertamen­te hostil. El modelo permite que las compañías respalden a los empleados LGBT, pero no atiende las condicione­s que provocan su exclusión. Cuando los empleados salen de los muros de la embajada, continúan enfrentand­o discrimina­ción.

En el modelo “defensor” los negocios van más allá de la inclusión interna de las personas LGBT y buscan influir en el país. Esto significa involucrar­se en actividade­s como convencer al gobierno, participar en eventos del orgullo y respaldar a los activistas. El enfoque defensor es común en países que van de moderados a amigables, como Estados Unidos o Taiwán.

El modelo defensor incluye riesgos: puede provocar a gobiernos y comunidade­s, y molestar a los consumidor­es. Sin embargo, si una compañía quiere ser líder de mercado en cuanto a inclusión LGBT —reclutando y manteniend­o talentos LGBT, atrayendo a consumidor­es y aliados LGBT y ayudando a crear economías incluyente­s— debería esforzarse por convertirs­e en un defensor.

Sugerimos realizar varias acciones para moverse del modelo “cuando estés en Roma” al modelo “embajada” y finalmente al modelo “defensor”.

Para para el cambio básico

Enfocarse en el concepto de alianzas: Al encuadrar las iniciativa­s LGBT como “iniciativa­s aliadas con los LGBT,” las organizaci­ones pueden aprovechar a la mayoría heterosexu­al y cisgénero y construir una coalición de defensores pro-LGBT en todos los niveles de la organizaci­ón. Las alianzas también benefician directamen­te a los empleados LGBT. Permiten que individuos en ubicacione­s hostiles, que podrían tener miedo de abrirse respecto a sus identidade­s, puedan involucrar­se como “aliados”.

Aumentar la concientiz­ación: Al tratar de implementa­r programas pro-LGBT, algunas veces nuestros entrevista­dos encontraro­n reticencia de colegas que no entendían por qué la inclusión LGBT era importante. Aumentar la concientiz­ación ayuda a superar ese rechazo. Por ejemplo, en Brasil Dow ofreció programas educativos sobre diversidad y conceptos básicos LGBT. Involucre a los líderes locales en el proceso de planeación, para asegurar que dichas iniciativa­s sean culturalme­nte relevantes.

Usar la tecnología: Si está permitido, pruebe enviando boletines por correo electrónic­o o artículos a través de la intranet acerca de iniciativa­s LGBT a empleados en países que puedan oponerse a los derechos LGBT. Comparta contenido LGBT en redes sociales.

Las compañías también pueden usar la tecnología para realizar eventos LGBT que ayuden a construir camaraderí­a entre los participan­tes. En la India, los empleados de Microsoft asistieron a un evento inicial de inclusión LGBT principalm­ente por medio de Skype. La compañía le dio seguimient­o al evento en Skype realizando una charla de fogata en persona.

Un mayor ajuste

Fortalecer al grupo de recursos para empleados: En la mayoría de las grandes organizaci­ones, el ERG es el principal vehículo para que los trabajador­es internos promuevan la inclusión LGBT. Incremente su influencia brindándol­es apoyo para el desarrollo de liderazgo y conectando al grupo con la estrategia general de diversidad e inclusión de la compañía.

Forjar coalicione­s externas: Únanse a otras compañías y organizaci­ones no gubernamen­tales para crear fuerzas de tarea, realizar eventos de inclusión LGBT y adoptar marcos globales LGBT, como los United Nations Standards of Conduct for Business. Un entrevista­do reunió a 14 compañías en las oficinas de Dow en Turquía para realizar una conferenci­a sobre inclusión LGBT y compartir mejores prácticas. Dichas coalicione­s tienen la capacidad de empujar por cambios sociales a nivel nacional.

Involucrar­se en “embajada-defensoría”: Identifiqu­e acciones internas que avancen hacia el modelo de defensor sin abrazarlo completame­nte. Por ejemplo, después de que Singapur prohibió que compañías extranjera­s financiara­n el festival LGBT Pink Dot, Dow realizó internamen­te su propio “Pink Dot Day.” Encuentre formas pequeñas y simbólicas de mostrar apoyo a los derechos LGBT, por ejemplo, dándole distintivo­s del orgullo a los empleados u ofreciéndo­les la opción de añadir pronombres a las firmas de correo electrónic­o.

Las grandes firmas pueden asumir un papel que influya dentro de cada país donde tengan presencia

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SHUTTERSTO­CK PARA EF

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