Vigilancia en tiempo real retará la tolerancia británica
Sistemas de reconocimiento facial han generado preocupaciones entre los funcionarios públicos
Unas cuantas horas antes de un partido reciente de rugby entre Gales e Irlanda en Cardiff, en medio de multitudes de aficionados vestidos con los colores verde y rojo de los equipos, y vendedores en las aceras que ofrecían bufandas y banderas, un grupo de policías salió de una furgoneta blanca.
Los oficiales detuvieron a un hombre que llevaba un vaso grande de café de Starbucks, le hicieron una serie de preguntas y después lo arrestaron. Una cámara montada en la furgoneta había capturado su imagen, y la tecnología de reconocimiento facial utilizada por las autoridades de la ciudad lo identificó como un sospechoso buscado por haber cometido una agresión.
La presencia de las cámaras y el uso del programa por parte de la policía local se encuentran en el centro de un debate en el Reino Unido que está poniendo a prueba la aceptación histórica de la vigilancia en el país.
El Reino Unido tradicionalmente ha sacrificado la privacidad más que otras democracias occidentales, en su mayor parte en nombre de la seguridad. El uso de miles de cámaras de circuito cerrado por parte del gobierno y su capacidad de monitorear comunicaciones digitales han derivado de bombardeos en el país durante años de conflictos en los que estuvo involucrada Irlanda del Norte y ataques desde el 11 de setiembre de 2001.
Sin embargo, ahora han comenzado a usar una nueva generación de cámaras. Estas cámaras, como la que se encontraba en el toldo de la furgoneta de la policía de Cardiff, utilizan programas de reconocimiento facial, por lo que pueden llevar a cabo verificaciones de identidad en tiempo real, lo cual ha planteado nuevas preocupaciones entre los funcionarios públicos, los grupos de la sociedad civil y los ciudadanos. Algunos miembros del Parlamento han hecho un llamado a favor de una moratoria en el uso de programas de reconocimiento facial.
Además, este mes, en un caso que se ha observado de cerca porque hay pocos precedentes legales en el país respecto del uso del reconocimiento facial, un alto tribunal británico falló en contra de un hombre de Cardiff, capital de Gales, que presentó una demanda para acabar con el uso del reconocimiento facial por parte de la policía de Gales del Sur. Ed Bridges, el demandante, dijo que la policía había violado su privacidad y sus derechos humanos al escanear su rostro sin su consentimiento por lo menos en dos ocasiones.
“La tecnología está avanzando, y las leyes y regulaciones siempre se quedan rezagadas”, dijo Tony Porter, comisionado de cámaras de vigilancia del Reino Unido.
La experiencia del Reino Unido refleja debates acerca de la tecnología en Estados Unidos y otros países de Europa.
No obstante, los ciudadanos británicos ya se han acostumbrado al uso de cámaras de vigilancia. Con aproximadamente 420.000 cámaras de circuito cerrado, Londres tiene más que cualquier otra ciudad excepto Pekín, un equivalente de 48 cámaras por cada mil personas, más que en Pekín, de acuerdo con un informe de 2017 por parte de la Institución Brookings. Una encuesta reciente de gobierno mostró una reacción mixta respecto del reconocimiento facial, pues cerca de la mitad de los encuestados apoyaban su uso si se implementaban ciertas salvaguardas de privacidad.
El Servicio Metropolitano de Policía en Londres puso a prueba la tecnología de reconocimiento facial 10 veces desde 2016 hasta julio de este año. Los funcionarios por lo regular estaban apostados en un centro de control cerca de las cámaras, desde donde monitoreaban computadoras con la transmisión en tiempo real de lo que se estaba grabando. El sistema enviaba una alerta en cuanto identificaba a una persona que coincidía con alguien en la lista de alerta. Los oficiales se comunicaban por radio para detener a la persona.
La tecnología ha sido utilizada de manera más generalizada por la policía de Gales del Sur después de que recibió financiamiento para los sistemas por parte del Ministerio del Interior, la agencia que se encarga de la seguridad nacional en todo el Reino Unido. La fuerza policial utiliza las cámaras casi dos veces al mes en grandes eventos como el partido de rugby entre Gales e Irlanda, que se celebró en un estadio que da cabida a más de 70.000 aficionados. En el espectáculo aéreo en julio, fueron escaneados más de 21.000 rostros, de acuerdo con la policía. El sistema identificó a siete personas de una lista de alerta, cuatro de ellas de manera incorrecta.
En Cardiff, la ciudad más grande de Gales, se ha vuelto común ver furgonetas con cámaras de reconocimiento facial a lo largo del año pasado. En los días de partidos, los vehículos han remplazado a las furgonetas que la policía usaba para detener a los aficionados que causaban problemas, dijo Stephen Williams, de 57 años, que realiza trabajo como voluntario para el Partido Socialista en una mesa cercana. “La mayoría de las ocasiones, si es un evento concurrido, habrá una furgoneta ahí”, comentó.
La Policía de Gales del Sur dijo que la tecnología era necesaria para compensar los años de recortes presupuestales por parte del gobierno central. Alun Michael, policía de Gales del Sur y comisionado en materia de delincuencia, dijo que la tecnología “no era distinta de un policía que se pone en una esquina para buscar a personas.
La policía dijo que, desde 2017, 58 personas habían sido arrestadas después de que las identificara la tecnología.
Se están haciendo nuevas preguntas sobre el hecho de que el uso del reconocimiento facial se extienda más allá de la policía hasta las compañías privadas. Este mes, después de la publicación de un informe en The Financial Times, un gran promotor inmobiliario londinense reconoció que usaba la tecnología en Kings Cross, un centro de tránsito y comercio.
Los detractores han dicho que ha habido una falta de transparencia sobre el uso de la tecnología, sobre todo en cuanto a la creación de listas de alerta, que se consideran la columna vertebral de la tecnología porque determinan qué rostros está buscando el sistema de cámaras. En pruebas en el Reino Unido, la policía a menudo programaba el sistema para buscar unos cuantos miles de personas, de acuerdo con un artículo de investigación publicado en julio. Sin embargo, el potencial podría ser mucho mayor: otro informe de gobierno señaló que, hasta julio de 2016, hubo más de 16 millones de imágenes de personas que habían sido detenidas en la Base de Datos Nacional de la Policía que podían consultarse en el programa de reconocimiento facial.
Sandra Wachter, profesora adjunta de la Universidad de Oxford que se enfoca en la ética de la tecnología, dijo que, aunque se comprobara que la tecnología puede identificar a personas buscadas de manera precisa, se necesita que las leyes especifiquen cuándo pueden usarse estos programas, cómo deben crearse y compartirse las listas de alerta, y durante cuánto tiempo se almacenarán las imágenes.
“Aún necesitamos reglas en torno a la rendición de cuentas, pues ahora mismo no creo que contemos con ellas”, concluyó.
LOS DETRACTORES HAN DICHO QUE LA TECNOLOGÍA ES
UNA INVASIÓN DE LA PRIVACIDAD, SIMILAR A LAS VERIFICACIONES CONSTANTES DE IDENTIDAD DE UNA SOCIEDAD QUE NO SE LO ESPERA, Y QUE TIENE UNA PRECISIÓN CUESTIONABLE.