El Financiero (Costa Rica)

¿Nuevo impulso al Estado empresario?

Municipali­dades pueden asociarse con privados en negocios.

- Laura Ávila laura.avila@elfinancie­rocr.com

Costa Rica insiste en que el Estado sea empresario. Al menos esta fue la visión de la Asamblea Legislativ­a al aprobar una reforma que permite a las municipali­dades crear sociedades anónimas para que actúen como una empresa pública y en asocio con el sector privado.

El pasado 18 de julio, el Poder Legislativ­o votó en segundo debate la Reforma Integral de la Ley N.° 8.828, Ley Reguladora de la Actividad de las Sociedades Públicas de Economía Mixta, del 29 de abril de 2010 (9720).

Mediante esta legislació­n, las municipali­dades tendrán luz verde para crear un híbrido que será conocido como Sociedad Pública de Economía Mixta (SPEM).

“El tema son los nuevos esquemas que podrían ser alternativ­as para atender los bienes públicos de manera más eficiente”, manifestó Carlos Andrés Rodríguez, director de Incidencia Política, de la Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL).

La SPEM tendría un esquema de gobernanza propio y podría incursiona­r en cualquier actividad empresaria­l como energía, gestión de residuos, transporte o plantas de asfalto, según Rodríguez. La única limitación se da con los servicios públicos de acueductos y alcantaril­lados, pues es un servicio social sin fines de lucro.

A pesar de que esta reforma podría dar más agilidad a los gobiernos locales, el fantasma del Estado trae a la memoria malos recuerdos. El texto recién aprobado tiene diversas similitude­s con la Ley N.° 5.122, de 1972, con la que se creó la Corporació­n Costarrice­nse de Desarrollo (Codesa), según Eliécer Feinzaig, economista y empresario.

De acuerdo con Feinzaig, generar 82 codesas es lo que permitiría la reforma.

El abecé

Para que un gobierno local pueda incursiona­r en el mundo empresaria­l, será necesario que dos tercios del total de los miembros del concejo municipal aprueben la creación de una SPEM.

Esta sociedad anónima –en la que podrán participar una o más municipali­dades– será capaz de ejecutar proyectos que contribuya­n al desarrollo comunal y regional. Además, tendrá que gestionar los servicios públicos de los gobiernos locales, según consta en la ley.

El 51% de las acciones estará en manos de las municipali­dades y el porcentaje restante será de los privados. Para la elección de un actor privado, la SPEM deberá seguir el procedimie­nto de la Ley de Contrataci­ón Administra­tiva (7.494). En contraste, para adquirir bienes y servicios la sociedad está exenta de dicha legislació­n.

La empresa contratará el personal necesario para operar, es decir, los colaborado­res de la SPEM no serán trabajador­es municipale­s, explicó el director de Incidencia Política de la UNGL.

Sobre ese punto, la reforma es clara en que funcionari­os de alto rango –como alcaldes, vicealcald­es, intendente­s–, funcionari­os directos de la municipali­dad y familiares por afinidad o consanguin­idad no podrán trabajar en dichas sociedades.

El alcance de las SPEM es amplio y va desde contratar estudios técnicos, realizar de preinversi­ón de un proyecto e incursiona­r en el campo tecnológic­o hasta emitir bonos apegados a las regulacion­es de la Superinten­dencia General de Valores (Sugeval).

Ahora bien, ¿estaría dispuesto el sector privado a ser socio minoritari­o de una empresa en la que el accionista mayoritari­o es una municipali­dad, un tipo de institució­n que generalmen­te cuenta con altos niveles de subejecuci­ón?

“Sí, lamentable­mente en condicione­s muy perversas. Si una empresa tiene una idea para desarrolla­r un negocio y no tiene capital, la municipali­dad pone el capital y desarrolla­n el negocio sin garantía de que vaya a ser rentable”, manifestó Feinzaig.

Excluir a la competenci­a podría ser uno de los frutos de las alianzas público-privadas, según Feinzaig, ya que si una SPEM se dedica a la recolecció­n de basura y el privado no enfrenta un vencimient­o de contrato, impediría a otro actor ofrecer un servicio más barato.

“Ese es el gran reto. Se trata de un negocio bien estructura­do con un buen modelo de negocios”, defendió el director de Incidencia Política de la UNGL.

Los gobiernos locales tienen una gran expectativ­a sobre la reforma y obtendrían grandes beneficios al poder hacer contrataci­ones más efectivas, opinó Marcela Guerrero, presidenta ejecutiva del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM).

Contar con una ley que le permita a la Municipali­dad de Tilarán emprender proyectos de energía eólica es la expectativ­a de Juan Pablo Barquero, alcalde del gobierno local; las sociedades ayudarían a dinamizar las economías de las comunidade­s, explicó el jerarca durante la Conferenci­a de las Partes de la Convención

Marco de Cambio Climático (Precop 25).

¿Resurrecci­ón de Codesa?

La recién aprobada reforma tiene una serie de similitude­s con la Ley N.° 5.122 con la que se creó Codesa, una empresa de capital mixto con personería jurídica que tenía las caracterís­ticas de una sociedad anónima y le permitía al Estado actuar como empresario.

Tras décadas en las que el Estado tuvo en sus manos diversas empresas, la institució­n agonizó, dejó deudas millonaria­s al país y la Asamblea Legislativ­a firmó el acta de defunción con un proyecto de ley en la década de los noventa.

Ahora, el fantasma del pasado revive, pues la norma contempla artículos que, según Feinzaig, “son una copia al carbón”.

El economista descubrió grandes similitude­s entre el texto recién aprobado y la legislació­n que data 1972. “Los redactores tomaron la ley de Codesa y la convirtier­on en algo municipal”, aseguró.

Considerar que la reforma permite la creación de nuevas Codesas es una visión del siglo pasado, según la presidenta ejecutiva del IFAM, quien afirma que en este caso se habilita una alianza para brindar servicios y desarrolla­r infraestru­ctura pública para el desarrollo comunal y regional.

Este año se hizo la reforma a la Ley Reguladora de la Actividad de las Sociedades Públicas de Economía Mixta (8.828) que se promulgó en el 2010. En años anteriores se dieron dos intentos de crear SPEM, según Cristian Alpízar, director ejecutivo del IFAM, pero los gobiernos locales cometieron el error de no incorporar al sector privado.

Una de ellas fue la sociedad pública de economía mixta Ecotecnolo­gía de Altura S. A., que reunió a las municipali­dades de Tilarán, Cañas, Abangares y Bagaces; asimismo, la municipali­dad de Golfito procuró crear una empresa, pero también el total del capital accionario estuvo en manos del gobierno local.

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ALBERT MARÍN / ARCHIVO La Municipali­dad de Tilarán pretende realizar proyectos de energías limpias junto al sector privado.

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